2009
Mi casa es una casa de orden
marzo de 2009


Tiempo para compartir

“Mi casa es una casa de orden”

“Organizaos; preparad todo lo que fuere necesario; y estableced una casa, sí, una casa de oración, una casa de ayuno, una casa de fe, una casa de instrucción, una casa de gloria, una casa de orden, una casa de Dios” (D. y C. 88:119).

El Señor dijo: “…mi casa es una casa de orden” (D. y C. 132:8). El templo es la casa del Señor, pero nuestros hogares también pueden ser una casa de orden. Una casa de orden es un hogar en donde nos esforzamos por hacer lo que Jesús enseñó; es un hogar en donde sentimos amor y paz.

El Padre Celestial ha dado a los padres la responsabilidad de enseñar a sus hijos y cuidar de ellos con amor y bondad. Él ha dado a los hijos la responsabilidad de obedecer y honrar a sus padres. El Padre Celestial desea que todos los integrantes de una familia trabajen unidos para lograr que su hogar sea un lugar feliz y tranquilo donde reine el Espíritu.

El élder Glenn L. Pace, de los Setenta, contó cómo su hija menor ayudaba a su familia a actuar a la manera del Señor. Él dijo: “Ella era la que nos recordaba que debíamos hacer la oración familiar; era la que trataba de entusiasmarnos a todos con la noche de hogar; ella armaba búsquedas del tesoro, preparaba refrigerios, hacía lo que fuera necesario para que la familia tuviera ganas de llevar a cabo la noche de hogar” (“Friend to Friend”, Friend, febrero de 1997, pág. 7).

Actividad

Saque la página A4 de la revista y péguela en cartulina gruesa. Recorte las piezas del rompecabezas. Lean Doctrina y Convenios 88:119 y, luego, armen el rompecabezas según el orden de palabras correcto, de tal modo que corresponda al versículo de las Escrituras. Cuando hayan terminado el rompecabezas, repitan el pasaje varias veces e intenten memorizarlo.

Piensen en las cosas que pueden hacer para ayudar a su familia a tener un hogar como el que el Padre Celestial desea que tengan: un hogar donde sientan amor y paz, un hogar donde sientan Su Espíritu.

Organizaos;

preparad todo lo que fuere necesario;

y estableced una casa,

sí, una casa de oración,

una casa de ayuno,

una casa de fe,

una casa de instrucción,

una casa de gloria,

una casa de orden,

una casa de Dios.

Ideas para el Tiempo para compartir

  1. Invite a una hermana líder de la Primaria a que cuente acerca de alguna ocasión en la que haya obedecido a sus padres. Pídale que comparta también las consecuencias. Pida a los niños que busquen Colosenses 3:20. Explique que este versículo fue escrito por Pablo, quien fue un apóstol de Jesucristo. Antes de leer el versículo juntos, dígales que busquen respuestas a las siguientes preguntas: ¿A quiénes está hablando Pablo? ¿Qué les dice Pablo que hagan? Lean el pasaje de las Escrituras y pida las respuestas. Luego pregunte: ¿Cuáles son algunas de las formas en que el obedecer a sus padres los ha ayudado a estar a salvo o a escoger lo correcto? Lance a varios niños un objeto suave y pídales que mencionen algo que sus padres les piden que hagan y que podrían obedecer. Testifique de la importancia de obedecer a los padres.

  2. Presentación de la canción: “Mi familia eterna” (Bosquejo de la Presentación de los niños en la reunión sacramental y del Tiempo para compartir 2009). Toque la música varias veces para que los niños la escuchen, en especial la del estribillo. Luego, tóquela una vez más y diga a los niños que, con el puño de una mano, golpeen suavemente la palma de la otra mano siguiendo el ritmo de las notas de la melodía y que, así, hagan de cuenta que están martillando como si fueran albañiles. Busque láminas que representen palabras clave del estribillo, que hacen referencia al trabajo (véase el sobre de láminas de Primaria 1). Con pegamento o cinta adhesiva, pegue cada lámina a una caja. Escriba la palabra clave en el lado opuesto de la caja. Primero, enseñe la canción mostrando las palabras clave del estribillo y de la segunda estrofa, que se refieren a trabajar y servir. Cuando los niños aprendan una frase, ponga una caja sobre la otra como si estuviera construyendo una casa con bloques. Cuando los niños puedan cantar la estrofa entera usando las palabras clave, desordene todas las cajas y póngalas en una línea con las láminas mirando hacia el frente. Canten cada frase y deje que los niños elijan la lámina que consideren que se relaciona con la frase. Si realmente tiene relación, pida a uno de los niños que vuelva a colocar la caja en su lugar para construir una casa con las láminas a la vista. Cada vez que los niños canten “Debo trabajar”, pídales que golpeen con sus puños llevando el ritmo.

    Para enseñar la segunda estrofa, recorte una lámina de una familia a fin de obtener las piezas de un rompecabezas. En la parte de atrás de cada pieza, escriba una palabra clave de cada frase de la segunda estrofa. Enseñe cada frase usando la palabra clave. Cuando los niños la sepan, pegue la pieza en la pizarra de tal modo que se vea el lado de la lámina. Haga lo mismo con cada pieza hasta que hayan terminado el rompecabezas de la familia.

Ilustración por Thomas S. Child.