2009
Tardes de hogar
marzo de 2009


Tardes de hogar

Irma de Mackenna, Chile

Un día, mientras estaba en la capilla, una de las hermanas me contó que se sentía sola. Al igual que ella, yo era viuda y vivía sola. De repente, se me ocurrió algo: ¿por qué no juntarnos los lunes y efectuar una noche de hogar? También podríamos invitar a otras hermanas que vivían solas.

Investigué un poco y encontré a ocho mujeres de nuestro barrio que podrían participar. Seis de ellas eran viudas, una era soltera y el esposo de otra no era miembro de la Iglesia.

Con la aprobación de mi obispo, hice los arreglos necesarios para que lleváramos a cabo juntas las “tardes” de hogar. (La llevamos a cabo temprano, durante el día, porque la mayoría de nosotras no ve bien y no nos gusta estar fuera cuando oscurece.) Nos turnamos para reunirnos en la casa de cada una y para dar una lección breve. Quizá lo más importante que ha resultado de esto es un sentimiento de verdadera amistad que nos une en amor como hermanas.

Todas esperamos ansiosas nuestras “tardes” de hogar. Nos sentimos felices por estudiar el Evangelio juntas y disfrutamos de una maravillosa amistad que fortalece nuestra fe y nuestro amor por el Señor Jesucristo.