2009
Bienvenida en cualquier idioma
Junio de 2009


Bienvenida en cualquier idioma

¿Asiste a una rama o a un barrio donde los miembros no hablan todos el mismo idioma? Debido a que la Iglesia sigue creciendo en todo el mundo, ésta es una experiencia que es cada vez más común. Durante dos años, mi esposo y yo asistimos a una rama de este tipo en Nueva York. La experiencia que tenía en enseñar inglés a personas que hablaban otros idiomas fue útil, pero, incluso si usted no cuenta con esta experiencia, hay mucho que puede hacer para salvar la brecha de la comunicación con otras personas que no hablen la lengua materna de usted.

Sonría y salude a los demás. Esfuércese por aprender a saludar a otras personas en la lengua materna de ellas. Aun si no pudiera pronunciar ni siquiera una palabra en el idioma de ellas, puede hacer que se sientan bienvenidas. Cada domingo, Marta me daba la bienvenida con un cálido abrazo y un saludo en español. A pesar de que yo no entendía lo que me decía, sentía su amor por medio del abrazo y del tono de su voz.

Responda correctamente desde un punto de vista gramatical. Las personas aprenden un idioma, en parte, por escucharlo. Es mejor aprender a decir “No traje mi manual” que aprender “No traer manual”. Incluso si el vocabulario y la gramática de otra persona son muy limitados, conteste con frases que sean correctas. De esta manera demuestra respeto a los demás y los ayuda a aprender el idioma de manera correcta.

Hable lentamente, pero no a gritos. Muchas veces, las palabras que escuchamos se entremezclan, sobre todo cuando alguien está aprendiendo un idioma nuevo. Cuando hable, hágalo más lentamente, a fin de asegurarse de que lo entiendan con facilidad. No es necesario hablar más fuerte, a menos que la otra persona tenga dificultades para oír. Si usted es maestro, incluya a aquellos que no hablen el idioma materno de usted cuando exista la posibilidad de que comprendan una pregunta y contesten con una simple respuesta. Inste a otros para que presten su ayuda; de ese modo se creará en las aulas un ambiente de amistad y comodidad.

Utilice ayudas visuales. Es posible que los que no hablen el idioma materno de usted no entiendan todas las palabras de una lección acerca de la Primera Visión. Sin embargo, entenderán una lámina de José Smith arrodillado ante Dios y Jesucristo. También podrán mejorar su vocabulario al asociar las palabras que usted use con el relato de la Restauración que ya conocen.

Escriba en la pizarra las referencias de las Escrituras y de la lección. Esto servirá para que las personas que no hablen el idioma materno de usted encuentren las referencias con más facilidad. Afortunadamente, nuestros manuales de lecciones y las Escrituras están disponibles en una variedad de idiomas. Mientras alguien lee los pasajes en voz alta, el resto de los integrantes de la clase puede seguir la lectura con los materiales en su propio idioma. Esto no sólo permite que todos participen en la clase, sino que también alienta a los integrantes de la clase a que lleven sus Escrituras y manuales.

Sea una mejor maestra visitante y un mejor maestro orientador. Ofrézcase para ayudar a aquellos que sean nuevos en el país. Para empezar, podría ayudarles a hacer las compras, usar el correo o matricularse en la escuela.

Algunas de las amistades más preciadas que tenía en Nueva York eran las que había hecho con personas a quienes apenas podía decirles cinco palabras en su idioma. Sabía que necesitaban mi ayuda y eso era suficiente para hacer amistad con ellas.