2010
Preguntas y respuestas
Junio de 2010


Preguntas y respuestas

“He orado y estudiado las Escrituras durante mucho tiempo, pero tengo la sensación de que nunca recibo respuestas a mis preguntas. ¿Por qué no me bendice el Señor con un testimonio?”

Algunas personas relatan experiencias grandiosas, incluso milagrosas, mediante las cuales obtuvieron su testimonio, pero, la mayoría de las veces, un testimonio se obtiene de manera gradual y apacible. Si no has recibido un poderoso testimonio espiritual, no te desanimes; por tu deseo de creer, ya has dado el primer paso que te conducirá a obtener un testimonio (véase Alma 32:27). Tu Padre Celestial te ama y desea bendecirte con un testimonio, pero lo hará a Su propio tiempo y a Su propia manera (véase D. y C. 88:68).

No todos reciben su testimonio de la misma manera. Algunas personas sienten “un ardor en el pecho” (véase D. y C. 9:8); otros sienten que el Espíritu Santo les comunica verdades a su mente y a su corazón (véase D. y C. 8:2). Tu testimonio también llegará por medio de la voz suave y apacible del Espíritu. Pídele al Padre Celestial que te ayude a reconocer esas delicadas impresiones.

Una excelente manera de obtener un testimonio es aprovechar las oportunidades de compartir el Evangelio con los demás. Al enseñar las verdades del Evangelio, el Espíritu podrá testificarte a ti, así como a los demás, que lo que dices es cierto.

Sigue orando con fe y sinceridad, mientras esperas con paciencia la respuesta del Señor. Si guardas los mandamientos, serás digno de la compañía del Espíritu Santo, la fuente del testimonio.

Ora siempre

Entiendo lo que estás pasando. He pasado épocas difíciles en las que mi testimonio ha sido sacudido. La forma en que logré superar esos momentos y obtener el fuerte testimonio que tengo hoy día fue mediante el estudio de las Escrituras y la oración constantes. Leía las Escrituras en cada oportunidad que tenía; oraba de día y de noche, esforzándome por sentir el Espíritu; aun así, parecía que todo era en vano. Pero, un día, cuando llegué a casa de la escuela, me arrodillé junto a mi cama. No sé durante cuánto tiempo oré, pero recibí una respuesta. Ora siempre; estudia las Escrituras y así encontrarás las respuestas que has estado buscando.

Christopher W., 15, Nevada, EE. UU.

Sé sincero

El Padre Celestial sabe lo que hay en tu corazón incluso antes de que le pidas algo; Él simplemente está esperando que le lleves tus preguntas mediante la oración sincera. Tengo un testimonio personal de que Él contesta las oraciones. Quizá recibas una respuesta de inmediato o quizá tome un poco más de tiempo, pero realmente sé que Él contestará. Sé paciente y sigue siendo fiel.

Sharon F., 20, Lagos, Nigeria

Escucha al Espíritu Santo

Ora y pide guía cuando busques sabiduría. El Padre Celestial escucha y contesta todas nuestras oraciones. Las respuestas se reciben mediante las impresiones del Espíritu Santo. Pide con fe, sé humilde, guarda los mandamientos, participa dignamente de la Santa Cena, dedica tiempo a meditar las Escrituras y pacientemente procura la voluntad de Dios.

Ana Mae R., 20, Davao Oriental, Filipinas

Comparte tu testimonio

Los líderes de la Iglesia han enseñado que, además de pedir, debemos compartir nuestro testimonio de aquello que deseamos saber, aunque aún no hayamos recibido una respuesta segura. Muchas veces oré para recibir un testimonio y no recibí la certeza que buscaba hasta que compartí mi testimonio del Evangelio y de la Restauración. A pesar de que aún no había obtenido un testimonio firme, recibí esa clara, suave y poderosa confirmación del Espíritu Santo. Sé que si compartes tu testimonio, el Señor lo fortalecerá.

Aura O., 18, Huila, Colombia

Ayuna y ora

La oración y el ayuno prepararán el terreno espiritual donde tu testimonio crecerá y éste será un punto fuerte y un ancla que te ayudarán a resistir cada prueba y cada tentación. El testimonio se logra mediante la constancia; nuestra diligencia nos ayuda a sentir la verdad. En muchas ocasiones debemos ayunar como lo hizo Alma (véase Alma 5:45–46). Tal vez tu testimonio sea pequeño al principio, pero si sigues orando y escudriñando las Escrituras, empezarás a ver los frutos de tu fe.

Élder Zubieta, 20, Misión Colombia Cali

Busca revelación divina

Como nuevo converso, tuve la oportunidad de ir al templo a efectuar algunos bautismos por mis antepasados. Mientras me encontraba en el agua para realizar esa sagrada ordenanza, tuve un fuerte sentimiento de que el bautismo por los muertos es divino. Desde ese momento, mi testimonio del bautismo por los muertos ha crecido. Según lo entiendo yo, el testimonio se define como una revelación divina que reciben las personas que tienen fe. A fin de obtener un testimonio, debemos orar, estudiar las Escrituras y obedecer las enseñanzas de Jesucristo. La base de cada testimonio es una vida recta; cuando ése no es el caso, el Espíritu no puede dar testimonio de la obra del Señor en nuestra época.

Mariam N., 19, Accra, Ghana

Nunca te des por vencido

El obtener un testimonio puede llevar tiempo. Hay muchas cosas que puedes hacer para lograr un testimonio inquebrantable. Simplemente, nunca te des por vencido y sigue pidiéndole al Padre Celestial respuestas a tus oraciones.

Wilben G., 18, Benguet, Filipinas

Ten paciencia

A veces nuestras oraciones no se contestan de inmediato. Las respuestas pueden demorar y llegarán de acuerdo con los deseos de nuestro corazón. Una de las cualidades de un santo es la paciencia. Sigue orando, estudia las Escrituras, guarda los mandamientos y escucha los testimonios de otras personas. Además, presta mucha atención a las impresiones del Espíritu Santo. Quizá la respuesta llegue cuando menos la esperes.

Chioma O., 15, Abia, Nigeria

Quédense tranquilos

El Padre Celestial siempre está dispuesto a contestarnos; sin embargo, a veces algo dentro de nosotros podría impedir que recibiéramos las respuestas que buscamos. Creo que la mejor manera de obtener un testimonio es estar tranquilos, tanto espiritual como físicamente. De ese modo, cuando oremos y leamos las Escrituras, estaremos preparados para recibir inspiración.

Mónica N., 19, Lima, Perú