2010
¿Tan ocupada como para no prestar servicio?
Julio de 2010


¿Tan ocupada como para no prestar servicio?

Ngozi Francisca Okoro, Nigeria

En 1997 nuestro presidente de rama anunció que la rama llevaría a cabo un proyecto de servicio en el vecindario de nuestro centro de reuniones, y que llevaríamos a cabo esa actividad para unirnos a los miembros de la Iglesia de todo el mundo en la conmemoración del 150 aniversario de la llegada de los pioneros al Valle del Lago Salado.

La actividad consistía en limpiar calles y rellenar baches. El presidente de rama dijo que nos ensuciaríamos, pero que la actividad podría darnos la oportunidad de hablar con otras personas acerca de la Iglesia.

Me parecía que no iba a ir, porque mi profesor había programado clases adicionales a la misma hora de la actividad. Sentía que todos comprenderían, pero entonces me topé con un folleto titulado Fe en cada paso. Al leer algunos extractos sobre las penurias que los Santos pasaron durante su viaje a pie hacia el oeste de los Estados Unidos, me emocioné hasta derramar lágrimas. Algunos Santos dejaron sus cómodos hogares para ir al desierto, sin estar seguros de con qué se encontrarían. Otros continuaron, incluso después de que la mitad de los integrantes de su familia falleciera en el trayecto. En medio de la enfermedad, el dolor, el hambre y la pobreza, tuvieron fe en que, si emigraban al oeste, estarían libres de la opresión.

Me sentía mal porque los primeros Santos hubieran tenido que hacer tan grandes sacrificios, incluso el de dar su propia vida en algunos casos, para asegurarse de que la Iglesia siguiera avanzando. Gracias a su sacrificio y su fe, ahora disfruto de las bendiciones del Evangelio.

Entonces me di cuenta de cuán pequeño, en comparación, sería el sacrificio que tendría que hacer. Se me estaba pidiendo que diera apenas dos horas de servicio y que compartiera el Evangelio con unas pocas personas, y, aún así, me estaba excusando para no ir.

Me olvidé de las clases adicionales y participé en la actividad. Me ensucié, pero las personas se acercaron y preguntaron acerca de la Iglesia. Me sentí feliz por haber participado y más adelante me gradué en la universidad, a pesar de haber faltado a unas pocas clases.