2010
Doctrina y Convenios 1:38
Agosto de 2010


Línea por línea

Doctrina y Convenios 1:38

Debemos dar oído a todas las palabras que el Señor comunica por medio de Sus profetas.

“Lo que yo, el Señor, he dicho, yo lo he dicho, y no me disculpo; y aunque pasaren los cielos y la tierra, mi palabra no pasará, sino que toda será cumplida, sea por mi propia voz o por la voz de mis siervos, es lo mismo”.

Lo que yo, el Señor, he dicho

A continuación se presentan algunas cosas que las Escrituras nos enseñan acerca de la revelación de Dios:

  • El hombre vive de toda palabra que sale de la boca del Señor (véase Deuteronomio 8:3; Mateo 4:4; D. y C. 98:11).

  • “Sin profecía, el pueblo se desenfrena” (Proverbios 29:18).

  • El Señor no hará nada sin revelar Su secreto a los profetas (véase Amós 3:7).

  • Dios dará a los hijos de los hombres línea por línea, precepto por precepto (véase 2 Nefi 28:30; D. y C. 98:12).

  • Lo que hablen los siervos de Dios cuando sean inspirados por el Espíritu Santo será la voz del Señor (véase D. y C. 68:4).

Mi palabra no pasará

Las profecías y las bendiciones dadas por los profetas del Señor no siempre se cumplen en el tiempo y en la forma que las personas esperan. Piensa en algunos ejemplos de profecías y bendiciones que se hayan cumplido en un momento o de un modo inesperado y escribe en tu diario de qué manera ese principio puede aplicarse a tu vida.

Sea por mi propia voz o por la voz de mis siervos

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Elder M. Russell Ballard

“No es cosa insignificante, mis hermanos y hermanas, el tener un profeta de Dios entre nosotros. Grandes y maravillosas son las bendiciones que recibimos en nuestra vida cuando damos oído a la palabra del Señor dada a nosotros por intermedio de él… Cuando escuchamos el consejo del Señor expresado por medio de las palabras del Presidente de la Iglesia, nuestra respuesta debe ser positiva y pronta. La historia ha demostrado que hay seguridad, paz, prosperidad y felicidad cuando respondemos al consejo profético tal como lo hizo Nefi de la antigüedad: ‘Iré y haré lo que el Señor ha mandado’ (1 Nefi 3:7)”.

Élder M. Russell Ballard, del Quórum de los Doce Apóstoles, “Recibiréis Su palabra”, Liahona, julio de 2001, pág. 80.

No me disculpo

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President Gordon B. Hinckley

“Cuando los críticos se burlan de esta obra, cuando los enemigos se mofan de ella, y cuando los incrédulos la menosprecian, estas formidables palabras del Todopoderoso recobran vida en mi mente. El Señor no se justifica por lo que ha dicho o hecho. Toda promesa se guardará, toda profecía se cumplirá”.

Presidente Gordon B. Hinckley (1910–2008), “El orden y la voluntad de Dios”, Liahona, agosto de 1989, pág. 2.