2010
El poder de la noche de hogar
Diciembre de 2010


El poder de la noche de hogar

Mi esposo, Luiz Antonio, y yo tenemos un gran testimonio del poder de la noche de hogar y de su utilidad para hacer que nuestras familias sean más fuertes en el Evangelio. No siempre ha sido fácil hacer ese esfuerzo, pero con el paso del tiempo ha marcado una enorme diferencia para nosotros y nuestros cuatro hijos.

Uno de los momentos más especiales que tuvieron lugar en nuestras noches de hogar fue cuando nuestro hijo, Renan, se estaba preparando para bautizarse. Nuestras dos hijas mayores, Cynthia y Lilian, se ofrecieron para enseñar las lecciones durante el mes anterior al octavo cumpleaños de él. A mi esposo y a mí nos encantó verlas enseñar el significado y el propósito del bautismo, las mismas lecciones que les habíamos enseñado a ellas cuando se preparaban para el bautismo. Cuatro años más tarde, Renan siguió el ejemplo de sus hermanas mayores y enseñó las lecciones del bautismo a su hermana menor, Ellen.

La noche de hogar siguió bendiciéndonos a nosotros y a nuestros hijos a través de los desafíos de los años de la adolescencia. Les sirvió para conservar su testimonio y permanecer fieles en el Evangelio. Nuestro hijo ya regresó de la misión, y nuestras hijas se han casado en el templo y ya tienen hijos.

Nuestro testimonio es que la noche de hogar es uno de los mejores programas de la Iglesia. Sabemos que el seguir el consejo profético de llevar a cabo la noche de hogar de manera constante ha traído grandes bendiciones a nuestra vida, y sabemos que las aportará a todos los que estén dispuestos a seguir ese mismo consejo. Reconocemos que esto requiere mucho trabajo y planeamiento pero, para nosotros, las bendiciones de la eternidad valdrán cada minuto dedicado a esos esfuerzos.