2011
Preguntas frecuentes acerca del Libro de Mormón
Octubre de 2011


Preguntas frecuentes acerca del Libro de Mormón

Ya sea de amigos, de familiares, de personas verdaderamente interesadas o de personas antagonistas, todos recibimos preguntas sobre el Libro de Mormón. Éstas son algunas de las posibles respuestas.

¿Qué es el Libro de Mormón y cómo se compara con la Biblia?

El Libro de Mormón es un libro de Escrituras similar a la Biblia. Es otro testamento de Jesucristo1. La Biblia describe principalmente la vida y las enseñanzas del antiguo Israel. El Libro de Mormón contiene los escritos de varios grupos que vinieron al continente americano, entre los que se encuentra una familia que salió de Jerusalén en el año 600 a. C. Estas personas también eran descendientes de la casa de Israel. Por tanto, la Biblia y el Libro de Mormón fueron escritos por personas del mismo origen, pero en diferentes partes del mundo.

Al igual que la Biblia, el Libro de Mormón es más que un relato histórico. Contiene “la plenitud del evangelio de Jesucristo” (D. y C. 20:9): las enseñanzas, doctrinas y profecías que dan testimonio de Dios el Padre y de Su Hijo Jesucristo.

El profeta José Smith explicó que en el Libro de Mormón “se relata que nuestro Salvador apareció en este continente después de Su resurrección; que Él estableció aquí el Evangelio en toda su plenitud, y riqueza, y poder, y bendición; que del mismo modo tenían apóstoles, profetas, pastores, maestros y evangelistas, el mismo orden, el mismo sacerdocio, las mismas ordenanzas, dones, poderes y bendiciones, tal y como se disfrutaban en el continente oriental… que el último de los profetas recibió el mandamiento de escribir un compendio de sus profecías, historia, etc., y de esconderlo en la tierra, y que éste saldría a luz y se uniría con la Biblia para llevar a cabo los propósitos de Dios en los últimos días”2.

Los miembros de la Iglesia estudian tanto la Biblia como el Libro de Mormón. De hecho, dos de los cuatro años de nuestro plan de estudio dominical se dedican al estudio de la Biblia. (Para más información sobre este tema, consulte las páginas 16, 24 y 52 de este número.)

¿Quién escribió el Libro de Mormón?

Profetas antiguos, como Nefi, Jacob, Mormón y Moroni, el hijo de Mormón, fueron sus principales autores. Mormón compiló y resumió los registros que llevaron los profetas acerca de su historia, sus profecías y sus enseñanzas. También incluyó algunas de sus propias experiencias. Mormón grabó este registro en hojas de metal recopiladas, de color oro, a las cuales a menudo se las refiere como las planchas de oro.

Después de la muerte de Mormón, Moroni concluyó el registro y lo enterró en una colina a fin de preservarlo para nuestra época. En 1823, Moroni se le apareció como un ángel a José Smith y le mostró dónde estaba enterrado el registro. Cuatro años después, se le permitió a José obtener los anales. Él, “por el don y el poder de Dios… traduj[o] este registro” al inglés, de la lengua antigua en la que fue escrito3. A continuación, publicó y distribuyó el Libro de Mormón. (Para mayor información sobre este tema, consulte las páginas 22 y 72 de este ejemplar.)

¿Qué pasó con el registro original: las planchas de oro?

José Smith obtuvo las planchas en septiembre de 1827 y las tuvo hasta la primavera de 1829. Cuando escribió su historia en 1838, explicó lo que pasó con ellas: “…Cuando el mensajero [Moroni], de conformidad con el acuerdo, llegó por [ellas], se [las] entregué; y él [las] tiene a su cargo hasta el día de hoy, dos de mayo de mil ochocientos treinta y ocho” (José Smith—Historia 1:60).

¿Quién más vio las planchas de oro?

Además de José Smith, varios otros hombres y mujeres vieron las planchas y dieron testimonio de su existencia. Once hombres, en particular, conocidos como los Tres Testigos y los Ocho Testigos, registraron su testimonio de haber visto las planchas y, en el caso de los Ocho Testigos, de tenerlas en sus manos. Sus testimonios se encuentran en las primeras hojas de cada ejemplar del Libro de Mormón.

Estos hombres son testigos poderosos del Libro de Mormón, tal vez más aún porque algunos de ellos “fueron hostiles a José” por un tiempo, afirma el élder Jeffrey R. Holland, del Quórum de los Doce Apóstoles. Sin embargo, “testificaron hasta la muerte que habían visto un ángel y que habían palpado las planchas: ‘[Las planchas] se nos han mostrado por el poder de Dios y no por el de ningún hombre…’ afirmaron; ‘por tanto, sabemos con certeza que la obra es verdadera’”4.

¿Hay evidencia física de que el Libro de Mormón es verdadero?

Aunque no basamos nuestra fe en la evidencia física, sí existe evidencia lingüística, histórica y arqueológica del Libro de Mormón. Por ejemplo, la idea de escribir en planchas de metal antes se ridiculizaba, pero en los últimos años se han encontrado numerosos ejemplos de escritos sagrados sobre planchas de metal, algunos de ellos escondidos en cajas de piedra.

Los lingüistas han señalado palabras y frases del Libro de Mormón que suenan raras en inglés, pero que tienen perfecto sentido en hebreo y lenguas afines, que habrían sido conocidas por el pueblo del Libro de Mormón —idiomas que el joven José Smith desconocía.

Pero esta clase de pruebas no es lo que nos convence de la veracidad del Libro de Mormón. Es una cuestión de fe y de revelación personal.

¿Cómo puedo saber que el Libro de Mormón es verdadero?

La única manera segura de saber por uno mismo es mediante el poder del Espíritu Santo. El último capítulo del Libro de Mormón invita a cualquier persona que lo lea, lo medite y sinceramente desee saber si es verdad, a preguntar a nuestro Padre Celestial en el nombre de Jesucristo. Los que adopten este método sabrán por el poder del Espíritu Santo que el libro es verdadero (véase Moroni 10:3–5). Millones de miembros de la Iglesia han orado y saben, por medio del testimonio del Espíritu Santo, que el Libro de Mormón es verdadero. (Para más información sobre este tema, consulte las páginas 4, 60 y 80 de este ejemplar.)

Estoy confundido con Apocalipsis 22:18–19, que nos dice que no añadamos nada a la palabra de Dios.

Una de nuestras creencias clave es que Dios siempre ha revelado Su voluntad a Sus hijos en la tierra y siempre lo hará. Creemos que la Biblia es la palabra de Dios, pero no creemos que contiene toda la revelación que Dios ha dado o dará a sus profetas. Incluso hoy en día sigue revelando Su voluntad por medio de profetas y apóstoles vivientes, el fundamento de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (véase Efesios 2:20).

Cuando el apóstol Juan escribió el libro de Apocalipsis, no era el último libro de la Biblia. El Antiguo y el Nuevo Testamento no se encuadernaron en un solo libro de Escrituras —que ahora se llama la Biblia— sino hasta el siglo III d. C.

De la misma manera, Deuteronomio 4:2 nos dice que no añadamos a las palabras de Moisés. Por supuesto, este versículo, al principio del Antiguo Testamento, no invalida el resto de la Biblia. Ni Moisés ni Juan pudieron haberse referido a la modificación de un tomo que aún no existía, sino que advirtieron en contra de alterar las verdaderas enseñanzas del Evangelio.

El Libro de Mormón, que contiene la plenitud del Evangelio, no altera la palabra de Dios, sino que la reafirma. (Para más información sobre este tema, consulte las páginas 24 y 38 de este número.)

He oído que se han hecho cambios al Libro de Mormón desde que se publicó por primera vez. ¿Qué se cambió y por qué?

La respuesta a esta pregunta tiene que ver con entender un poco acerca del proceso de traducción y publicación del Libro de Mormón.

1. A medida que José Smith traducía las planchas de oro por el poder de Dios, él dictaba las palabras a un escriba. Los escribas de vez en cuando cometían errores ortográficos y gramaticales al anotar sus palabras. Por ejemplo, en 1 Nefi 7:20 las palabras “were sorrowful” [se sintieron apesadumbrados] se transcribieron como “ware sarraful”. Los escribas no eran ignorantes, sino que la ortografía no se había estandarizado en esa época.

2. Luego se copiaba el manuscrito original de la traducción para hacer un nuevo manuscrito para la imprenta. En esta etapa se corregían algunos errores ortográficos y gramaticales, y se añadían signos de puntuación; pero también surgían algunos nuevos errores al copiarse mal algunas palabras.

3. El impresor hizo todo lo posible por colocar bien los tipos. Sin embargo, de vez en cuando, igualmente introdujo otros errores. Por ejemplo, en Alma 57:25 leyó mal la palabra “joy” [alegría] y en su lugar colocó la palabra “foes” [enemigos].

4. El profeta José Smith revisó detenidamente las tres primeras ediciones del Libro de Mormón y continuó ayudando a hacer mejoras y ajustes. Sin embargo, algunos errores no se encontraron hasta ediciones posteriores. En 1981, un error de imprenta en Alma 16:5 se corrigió finalmente, cambiando “whether” [si] por “whither” [a dónde], conformándolo al manuscrito original, tal como el Profeta lo tradujo de las planchas de oro.

5. Entre otros cambios se encuentran las nuevas divisiones de capítulos y de versículos, y notas al pie de página con correlación de pasajes.

Compartir un ejemplar

No importa qué preguntas haga la gente acerca del Libro de Mormón, el libro es el mejor defensor de sí mismo. Se puede dar testimonio del libro, compartir un ejemplar e invitar a otros a orar por sí mismos acerca de él. Si una persona tiene un corazón sincero y verdaderamente desea saber si el libro es verdadero, el Señor le “manifestará la verdad de [él a esa persona] por el poder del Espíritu Santo” (Moroni 10:4).

Notas

  1. Véase, por ejemplo, Boyd K. Packer, “El Libro de Mormón: Otro Testamento de Jesucristo”, Liahona, enero de 2002, pág. 71.

  2. Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith, 2007, pág. 67.

  3. Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith, pág. 63.

  4. Jeffrey R. Holland, “Seguridad para el alma”, Liahona, noviembre de 2009, pág. 90.

Ilustraciones fotográficas por Robert Casey.