2012
Valor para resistir la tormenta
Enero de 2012


Jóvenes

Valor para resistir la tormenta

La segunda noche del campamento de las Mujeres Jóvenes de mi estaca hubo una fuerte tormenta y un tornado. De mi barrio habíamos asistido 24 jóvenes y dos líderes, y sólo teníamos una pequeña cabaña para protegernos. La lluvia arreciaba y el viento empeoraba. Tenía que recordarme constantemente de la oración que nuestro presidente de estaca había ofrecido un poco antes pidiendo que se nos protegiera. Además, nuestro barrio ofreció una oración de grupo en nuestra cabaña y yo también oré personalmente.

Muchas jóvenes estaban atemorizadas y era fácil ver por qué; nuestra cabaña no era muy resistente y estábamos junto a un río. En unos veinte minutos la tormenta empeoró tanto que toda la estaca tuvo que correr de las cabañas de sus barrios a las cabañas de los consejeros, que estaban en terreno más alto. Mi presidente de estaca ofreció otra oración y cantamos himnos, canciones de la Primaria y canciones de campamento para intentar calmarnos. Sí, teníamos miedo, pero sentimos que todo estaría bien. Media hora más tarde nos fue posible regresar a nuestras cabañas.

Más tarde nos enteramos de lo que había sucedido con el tornado esa noche; se había dividido en dos tormentas. Una de ellas nos pasó por la derecha y la otra por la izquierda. ¡Lo que nos había afectado a nosotros no fue nada en comparación!

Yo sé que esa noche Dios escuchó nuestras oraciones y nos protegió de lo peor de la tormenta. ¿Por qué se dividiría un tornado a menos que Dios necesitara que así fuera? Sé que en las tormentas de la vida siempre podemos orar a nuestro Padre Celestial y Él nos escuchará y nos responderá, dándonos el valor y la protección que necesitemos para salir de ellas a salvo.

Fotografía © Corbis.