2012
Nuestro espacio
Agosto de 2012


Nuestro espacio

¿Por qué tenemos pruebas?

Muchas veces nos preguntamos por qué tenemos problemas incluso cuando guardamos los mandamientos y vivimos el Evangelio. No debemos olvidar que vinimos a esta tierra para ser probados. Cuando superamos las pruebas y mostramos al Padre Celestial que lo amamos con nuestras decisiones, Él nos bendice para que el Espíritu del Señor reine en nuestra familia.

Kahellyn V. (abajo), Venezuela

Mi Deber a Dios

He estado esforzándome por conseguir el premio Mi Deber a Dios, mientras vivía en Venezuela y también cuando me mudé con mi familia a China.

El programa Mi Deber a Dios es verdaderamente inspirado. Al llevar a cabo las metas que contiene, el joven aprende cosas maravillosas que se aplicarán a lo largo del resto de su vida; aprende cuestiones espirituales, temporales, físicas y mucho más.

De verdad merece la pena el esfuerzo de dedicarnos a realizar estas metas. He aprendido a ser una mejor persona, mi testimonio del evangelio de Jesucristo ha aumentado, y me he preparado mejor para recibir el Sacerdocio de Melquisedec y para servir en una misión. Resulta gratificante saber que podré ser un buen ejemplo para mis futuros hijos cuando llegue el día.

Jonathan A., China

Mi pasaje favorito

1 Nefi 3:7

Este pasaje de las Escrituras me fortalece en la fe, ya que durante las pruebas Nefi muestra que sigue obedeciendo y hace lo que el Señor espera de él, y el Padre Celestial lo bendice por ello.

Kaila T. (arriba), Filipinas

Progreso Personal

El 27 de febrero de 2011 recibí mi Reconocimiento a la Mujer Virtuosa. Me siento feliz por haber terminado el programa del Progreso Personal, por haberme conservado pura y limpia, y por poder llevar el medallón con orgullo. Sé que la organización de las Mujeres Jóvenes nos ayuda a progresar y a prepararnos para el matrimonio en el santo templo. Me siento agradecida a mi Padre Celestial por esta organización. Al ganar este medallón, he conseguido una de mis metas, y sé que puedo seguir haciendo mucho bien en la obra del Señor.

Katherine M., Venezuela

La búsqueda de un testimonio personal

He estado en la Iglesia desde que nací, y no recibí verdaderamente un testimonio hasta que empecé a leer las Escrituras con verdadera intención. En vez de limitarme a leer las palabras escritas sobre el papel, escudriñé profundamente su significado. Leí 3 Nefi 11:3 poniéndome en el lugar de esas personas, y ese versículo y los siguientes me impactaron. Desde ese momento, seguí leyendo las Escrituras y orando con sinceridad, y mi testimonio creció.

Ryan R., Washington, EE. UU.