2013
Convertidos al Señor
Febrero 2013


Mensaje de las maestras visitantes

Convertidas al Señor

Con espíritu de oración, estudie este material y, según sea apropiado, analícelo con las hermanas que usted visita. Utilice las preguntas como ayuda para fortalecer a sus hermanas y para hacer que la Sociedad de Socorro forme una parte activa en su propia vida. Si desea más información, visite www.reliefsociety.lds.org.

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Sello de la Sociedad de Socorro

Fe, Familia, Socorro

Las hermanas nuevas en la Iglesia —entre ellas las mujeres jóvenes que ingresan a la Sociedad de Socorro, las hermanas que vuelven a la actividad y las conversas nuevas— necesitan el apoyo y la amistad de las maestras visitantes. “Podrán ver cuán vital es la participación de los miembros en la retención de los conversos y en el hacer volver a los menos activos a la actividad total”, dijo el élder M. Russell Ballard, del Quórum de los Doce Apóstoles. “Comprendan… que la Sociedad de Socorro… [puede ser uno de los recursos más poderosos] para demostrar amistad que tengamos en la Iglesia… extiendan temprano una mano de amistad a los que se les esté enseñando y reactivando, y amen a los que lleguen a la Iglesia [mediante su organización]”1.

Como integrantes de la Sociedad de Socorro, podemos ayudar a los miembros nuevos a aprender prácticas básicas de la Iglesia, tales como:

  • Dar un discurso.

  • Expresar su testimonio.

  • Obedecer la ley del ayuno.

  • Pagar el diezmo y otras ofrendas.

  • Participar en la obra de historia familiar.

  • Efectuar bautismos y confirmaciones por sus antepasados fallecidos.

“Se requieren amigos atentos que… hagan sentir [a los miembros nuevos] cómodos y bienvenidos en la Iglesia”, dijo el élder Ballard2. Todos nosotros, pero especialmente las maestras visitantes, tenemos la responsabilidad importante de establecer amistad con los miembros nuevos como una manera de ayudarlos a estar firmemente “convertidos al Señor” (Alma 23:6).

De las Escrituras

2 Nefi 31:19–20; Moroni 6:4.

De nuestra historia

El presidente Gordon B. Hinckley (1910–2008), dijo: “Con un número de conversos cada vez mayor debemos incrementar de manera substancial nuestros esfuerzos para ayudarlos a integrarse. Cada uno de ellos necesita tres cosas: un amigo, una responsabilidad y ser nutrido ‘por la buena palabra de Dios’ (Moroni 6:4)”3.

Las maestras visitantes están en la posición de ayudar a quienes están bajo su cuidado. A menudo la amistad viene primero, como lo fue para una joven hermana de la Sociedad de Socorro que era la maestra visitante de una hermana mayor. Les había costado forjar una amistad hasta que trabajaron juntas en un proyecto de limpieza; se hicieron amigas y, mientras hablaban acerca del mensaje de las maestras visitantes, las dos fueron nutridas por “la buena palabra de Dios”.

El presidente Joseph Fielding Smith (1876–1972) dijo que la Sociedad de Socorro “es parte vital del reino de Dios sobre la tierra y… ayuda a sus miembros fieles a obtener la vida eterna en el reino de nuestro Padre”4.

Notas

  1. M. Russell Ballard, “Los miembros son la clave”, Liahona, septiembre de 2000, págs. 18--19.

  2. Véase M. Russell Ballard, Liahona, septiembre de 2000, pág. 17.

  3. Gordon B. Hinckley, “Cada converso es valioso”, Liahona, febrero de 1999, pág. 9.

  4. Joseph Fielding Smith, en Hijas en Mi reino: La historia y la obra de la Sociedad de Socorro, 2011, pág. 107.

Ilustración fotográfica por Matthew Reier.