2013
La razón por la que necesitamos el Libro de Mormón
Abril de 2013


La razón por la que necesitamos el Libro de Mormón

Imagen
Santa Biblia, El Libro de Mormón

Ilustración por Bryan Beach; captura de video © 2001 IRI.

Puede que algunas personas se pregunten por qué necesitamos el Libro de Mormón cuando ya tenemos la Biblia. De hecho, Jesucristo testificó que eso sucedería (véase 2 Nefi 29:3). Hay muchas razones por las que el Libro de Mormón es importante en nuestros días (por ejemplo, véase 2 Nefi 29:7–11). A continuación se encuentran sólo algunas razones por las cuales es esencial.

Otro Testamento de Jesucristo

Las Escrituras nos muestran un modelo que incluye el uso de múltiples testigos para establecer la verdad en la Iglesia de Cristo. El Libro de Mormón es un segundo testigo de la Biblia como testimonio de Cristo. El élder Mark E. Petersen (1900–1984), del Quórum de los Doce Apóstoles, dijo una vez: “La razón principal por la cual tenemos el Libro de Mormón es que en boca de dos o de tres testigos se establecerá toda palabra (véase 2 Corintios 13:1). Tenemos la Biblia, y también el Libro de Mormón. Constituyen dos voces —dos volúmenes de Escrituras— de dos pueblos antiguos separados por gran distancia, y ambos testifican de la divinidad del Señor Jesucristo”1. El presidente Ezra Taft Benson (1899–1994) agregó: “No debemos olvidar que el Señor mismo proporcionó el Libro de Mormón como Su testigo principal”2.

La plenitud del Evangelio

Sabemos que hay “cosas claras y preciosas que se… han quitado” de la Biblia a través de los tiempos (1 Nefi 13:40). El Libro de Mormón aclara la doctrina de Cristo y establece la plenitud del Evangelio sobre la tierra una vez más (véase 1 Nefi 13:38–41). Por ejemplo, el Libro de Mormón nos ayuda a saber que el bautismo se debe efectuar por inmersión (véase 3 Nefi 11:26) y que los niños pequeñitos no necesitan ser bautizados (véase Moroni 8:4–26).

Esencial para la Iglesia restaurada

José Smith testificó que el Libro de Mormón es “la clave de nuestra religión”3. Ya que sabemos esto, no parece ser una coincidencia que La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días haya sido organizada el 6 de abril de 1830, sólo once días después de que el Libro de Mormón estuviera a la venta al público por primera vez, el 26 de marzo de 1830. La Iglesia no fue organizada sino hasta que su volumen de Escrituras clave estuvo disponible para sus miembros.

Una bendición en nuestra vida

Del libro de Mormón, José Smith dijo “que un hombre se acercaría más a Dios al seguir sus preceptos que los de cualquier otro libro”4. Tiene el poder de cambiar vidas, incluso la de ustedes y la de aquellos con quienes compartan el Libro de Mormón. El presidente Henry B. Eyring, Primer Consejero de la Primera Presidencia, testificó: “…la influencia del Libro de Mormón en la personalidad, el poder y la valentía de ustedes para ser testigos de Dios es real. La doctrina y los ejemplos de valor que contiene el libro los elevarán, los guiarán y les darán valor… El estudio con oración del Libro de Mormón edificará la fe en Dios el Padre, en Su Amado Hijo y en Su evangelio. Fortalecerá la fe de ustedes en los profetas de Dios, tanto los antiguos como los modernos… Puede acercarlos más a Dios que cualquier otro libro; puede cambiar una vida para mejor”5.

Únete a la conversación

En el mes de abril se estudiará acerca de la Apostasía y de la Restauración en las clases de los quórumes del sacerdocio, de las Mujeres Jóvenes y de la Escuela Dominical (si tu barrio o rama tiene las lecciones nuevas en tu idioma). La salida a luz del Libro de Mormón fue una parte importante de la Restauración. Después de leer este artículo, piensa en cuanto a la manera en que tu vida es diferente debido a que tienes el Libro de Mormón. Podrías anotar tus sentimientos en tu diario personal y tal vez podrías compartirlos con los demás al testificar en tu hogar, en la Iglesia o en las redes sociales.

Lecciones dominicales

Tema de este mes: La Apostasía y la Restauración

Notas

  1. Véase Mark E. Petersen, “La evidencia de las cosas que no se ven”, Liahona, agosto de 1978, págs. 101–102.

  2. The Teachings of Ezra Taft Benson, 1988, pág. 204.

  3. José Smith, en la introducción del Libro de Mormón.4. José Smith, en la introducción del Libro de Mormón.

  4. Henry B. Eyring, “Un testigo”, Liahona, noviembre de 2011, págs. 69–71.