2013
¿Qué significa Jesús para nosotros en la actualidad?
Septiembre de 2013


Clásicos del Evangelio

¿Qué significa Jesús para nosotros en la actualidad?

El élder David B. Haight fue ordenado apóstol el 8 de enero de 1976, y sirvió en ese quórum hasta su fallecimiento en 2004. Como Ayudante del Consejo de los Doce, pronunció este discurso en la conferencia general el 6 de abril de 1974. Para el texto completo en inglés, véase la revista Ensign de mayo de 1974 en LDS.org.

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Élder David B. Haight

El Jesús que conozco y en el que creo es Jesucristo, el Hijo de Dios. Se me ha revelado este testimonio mediante la bendición y la influencia del Espíritu Santo. Sé que Él es… el Creador del mundo y de todo lo que hay en él; que Él es nuestro Salvador, que nos ama a cada uno y murió en la cruz por nosotros; es quien nos enseña la compasión y el perdón, el amigo de todos, el que sana a los enfermos, el que da paz a todos los que escuchen y crean.

El hombre moderno no debe desviarse de las verdades de la antigüedad ni de las de los últimos días: verdades y experiencias espirituales que ocurrieron cuando los profetas caminaron con Jesús y hablaron con Él. ¿Qué significó Jesús para los antiguos apóstoles? ¿Qué significó para Pedro?

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Jesús reparte la Santa Cena a Sus discípulos en la Última Cena

El hombre moderno no debe desviarse de las verdades de la antigüedad ni de las de los últimos días: verdades y experiencias espirituales que ocurrieron cuando los profetas caminaron con Jesús y hablaron con Él.

En memoria de Mí, por Walter Rane.

Marcos, al registrar los acontecimientos ocurridos en la mañana de la Resurrección, declara que María Magdalena y María, la madre de Santiago, recibieron instrucciones de los [dos ángeles] que encontraron al entrar en el sepulcro: “Id, decid a sus discípulos, y a Pedro” (Marcos 16:7). Se les indicó específicamente que le informaran a Pedro. Éste y Juan se apresuraron a ir al sepulcro; Pedro entró, vio los lienzos cuidadosamente doblados y el sudario que había estado sobre Su cabeza. Pedro era ahora un testigo ocular de ese grandioso acontecimiento.

En el día de Pentecostés, Pedro… predicó sobre el glorioso Evangelio y testificó de Jesús de Nazaret. Las personas se compungieron de corazón y preguntaron: “Varones hermanos, ¿qué haremos?” (Hechos 2:37). Pedro, con esa recién adquirida profundidad de convicción, respondió: “Arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo” (Hechos 2:38). Tres mil personas creyeron y fueron bautizadas; sintieron el espíritu y el poder del apóstol mayor de nuestro Señor. ¿Podemos dudar de lo que Jesús significó para Pedro?

Siempre me siento fortalecido por el fervor y la magnitud de la convicción de Juan. Nunca tuvo ninguna duda; él testificó: “En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios… Todas las cosas por medio de él fueron hechas… En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. Y la luz resplandece en las tinieblas, y las tinieblas no la comprendieron” (Juan 1:1, 3–5).

Quizás esté más allá de nuestra capacidad comprender lo que Jesús significó para Nefi cuando el Cristo resucitado se apareció en el continente occidental y dijo: “He aquí, yo soy Jesucristo, de quien los profetas testificaron que vendría al mundo…”

Entonces Nefi escribe: “…los de la multitud se adelantaron y metieron las manos en su costado, y palparon las marcas de los clavos en sus manos y en sus pies” (3 Nefi 11:10, 15). Habían estado en Su presencia y podían testificar.

¿Qué significó Jesús para el joven José Smith? La aparición de Dios el Padre y de Jesucristo al joven profeta en tiempos modernos está descrita en sus propias palabras: “…vi una columna de luz, más brillante que el sol, directamente arriba de mi cabeza… Al reposar sobre mí la luz, vi en el aire arriba de mí a dos Personajes, cuyo fulgor y gloria no admiten descripción. Uno de ellos me habló, llamándome por mi nombre, y dijo, señalando al otro: Éste es mi Hijo Amado: ¡Escúchalo!” (José Smith—Historia 1:16–17).

El conocimiento y las experiencias espirituales no deben y no tienen por qué desaparecer de la mente del hombre moderno, pues los testimonios de los profetas antiguos y modernos se han registrado para el beneficio del hombre, y los creyentes de la actualidad testifican de esas verdades. El hombre moderno debe reemplazar la incertidumbre y la duda con un deseo de saber más acerca de Jesús.

Tenemos la responsabilidad y la gloriosa oportunidad de dar testimonio constante de Jesús el Cristo. Debemos testificar al mundo de Su divinidad, de la realidad de Su nacimiento en la carne tanto de origen divino como mortal. Fue seleccionado para llevar a cabo la misión esencial de la Restauración y la Redención; y así lo hizo: fue crucificado y se levantó de la tumba, lo cual permitió que todo ser humano resucite por medio de esta maravillosa expiación de Jesús, tanto los santos como los pecadores.

Todos pueden caminar en el sendero del progreso eterno. Todo aquel que lo acepte a Él y se arrepienta recibe el perdón de sus pecados anteriores y la oportunidad de lograr la exaltación. “Yo soy el camino, y la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí” (Juan 14:6). ¿Podría la mente humana concebir un concepto más noble para el destino del hombre? Jesucristo es la figura central.

Respondiendo a la pregunta: “¿Qué significa Jesús para el hombre moderno?”, testifico que Él significa todo.