2013
Llegar a ser un hombre de paz
Octubre de 2013


Llegar a ser un hombre de paz

El templo, las misiones y el servicio ayudaron a Roger y a su familia a progresar para llegar a ser una familia eterna.

Roger Randrianarison sabía que su vida familiar carecía de algo.

“Oré para que Dios me ayudara a encontrar algo a fin de guiar a mi familia”, dijo. “Tenía el deseo de dirigir a mi familia en algo bueno, algo que nos condujera al sendero correcto”.

Le preocupaba cómo criar a sus dos hijos varones Randrianandry y Sedinirina, y a su hija Nirina. Se sentía desdichado de que su mal genio hubiese causado problemas en la familia y deseaba ser un padre más afectuoso.

“Decidí que el que tenía que cambiar era yo, pues vi la persona en la que me había convertido”, afirmó.

Roger había perdido su compañía de construcción unos años antes y ahora trabajaba como taxista en Antananarivo, Madagascar. Un día, recogió a dos hermanas misioneras.

“Cuando estaban en el auto, me preguntaron cómo me llamaba y si tenía una familia”, comentó. “Preguntaron si sabía quién era Dios y si le oraba”.

Durante el trayecto, las misioneras cantaron algunas canciones con Roger y lo invitaron a la Iglesia. Él trató de ir varias veces, pero nunca podía acomodar su horario a las reuniones y perdió contacto con las misioneras.

Un día, más o menos cinco meses después, cuando se encontraba trabajando en casa, Roger oyó que dos misioneros hablaban con alguien del otro lado de la cerca; él sabía que vendrían a hablar con él; sintió que debía contestar de forma afirmativa a cualquier pregunta que le hicieran.

Después de presentarse, los misioneros le preguntaron si sabía acerca de Dios; sí. ¿Tenía el deseo de orar a Dios?; sí. ¿Quería hablar con los misioneros?; sí. ¿Cuándo?; en ese momento. Los misioneros le dijeron que regresarían en veinte minutos y cuando volvieron venían con un miembro que vivía cerca de allí.

Los misioneros enseñaron a Roger muchas veces en su hogar por un mes. Debido a lo que habían oído acerca de la Iglesia, el resto de la familia no quiso escuchar las lecciones de los misioneros. Después de un mes de estar aprendiendo sobre el Evangelio, Roger acompañó a los misioneros a la Iglesia. La cálida bienvenida que recibió lo dejó impresionado. “Los miembros me recibieron como si me conocieran desde hacía mucho tiempo”, dijo.

Al salir de la Iglesia, Roger fue a casa y le dijo a su familia que se iba a bautizar en un mes y que ellos podían decidir con toda libertad si se unirían a la Iglesia o no. Ellos le pidieron que esperara para que pudieran hacerlo junto con él y empezaron a asistir a las reuniones; ellos también quedaron favorablemente impresionados.

La primera vez que Randrianandry, el hijo mayor de Roger, asistió a las reuniones de la Iglesia, le dejó una impresión perdurable. “La primera vez que fui a la Iglesia quedé muy sorprendido porque las personas eran muy humildes”, dijo. “En primer lugar, estaban vestidos de manera apropiada para ir a la Iglesia; además, me di cuenta de que estaban allí con un verdadero propósito y no sólo para presumir delante de la gente”.

La familia Randrianarison se bautizó el 20 de febrero de 2003. En esa época, Nirina tenía 8 años, Sedinirina 17 y Randrianandry 19; dejaron de trabajar los domingos y el vivir el Evangelio fue para ellos una prioridad.

Cambios

“Después de que me bauticé, vi muchos cambios en nuestro hogar”, dijo Arelina, la esposa de Roger. “Se convirtió en un hogar espiritual y recibimos muchas bendiciones por vivir el Evangelio, tanto temporales como espirituales”.

Desde una perspectiva temporal, Roger le da crédito al Padre Celestial por ayudarlo a restablecer su negocio. Después de dos años de trabajar como taxista y de hacer lo que podía a fin de proveer de lo necesario para su familia, empezó a recibir contratos de construcción. “Creo que Dios siempre me bendice cuando decido seguirlo”, dijo.

Sin embargo, sus hijos dicen que el cambio más grande que han presenciado es en el temperamento de su padre; ahora lo describen como un ejemplo de humildad y de bondad. Roger dice que el Evangelio lo convenció de que tenía que cambiar y, desde que empezó a estudiarlo, ha tratado de llenar su vida con cosas buenas.

“Gracias a las enseñanzas del Evangelio, nunca me pongo furioso”, dijo. “A veces surgen situaciones que me provocan, pero llevo el Evangelio en el corazón, en la mente y en el espíritu; y eso me ayuda a mantener la calma”.

Cuando surgen problemas, Roger es el que calma a la familia y les recuerda que actúen como lo haría el Salvador.

“Mi padre se volvió humilde y ahora cuida de nuestra familia con amor”, dijo Sedinirina. “Cuando veo el cambio en él, estoy muy agradecido a mi Padre Celestial por el Evangelio y por ser miembros de la Iglesia”.

Una familia eterna

En 2006, con la ayuda del Fondo General de Ayuda para los Participantes del Templo, Roger y Arelina fueron a Johannesburgo, Sudáfrica, para ser sellados en el templo.

De 2009 a 2011, Sedinirina y Randrianandry sirvieron en misiones en Sudáfrica: Sedinirina en Ciudad del Cabo y Randrianandry en Johannesburgo. Parte de su motivación de servir era ayudar a otras familias a cambiar, tal como había sido el caso con su familia.

“Pueden suceder milagros como éste, que sucedió porque los misioneros vinieron a nuestra casa”, dijo Randrianandry. “De modo que yo tenía el deseo de hacer exactamente lo mismo por una familia de algún lugar”.

Esa decisión acarreó otra bendición a la familia Randrianarison. Había un período de nueve días en que Sedinirina y Randrianandry estarían en el Centro de Capacitación Misional de Johannesburgo al mismo tiempo. Roger hizo arreglos para viajar en avión a Sudáfrica con Arelina y su hija Nirina, a fin de que toda la familia pudiera sellarse en el templo. Nirina, que tenía 14 años en aquella época, dijo que es difícil describir la experiencia y lo que sintió.

“Fortaleció mi fe y me ayudó a sentirme más cerca de Dios”, dijo.

Hoy día, la familia se esfuerza por edificar y fortalecer a las personas que la rodean. Roger es el obispo del barrio; Arelina trabaja en la Primaria con el programa Fe en Dios; Sedinirina es secretario auxiliar de estaca y Randrianandry es secretario auxiliar de barrio. Nirina es la directora de música del barrio.

El Evangelio ha sido una respuesta a las oraciones en el hogar de los Randrianarison; ha sanado viejas heridas, los ha unido y les ha dado la oportunidad de estar juntos para siempre. Ha enseñado a Roger a amar. “La vida familiar”, dijo, “es una vida llena de amor”.

El recoger a las misioneras en el taxi colocó a Roger Randrianarison en el sendero del discipulado.

Fotografías de la familia Randrianarison por Matthew D. Flitton.

El estudiar el Evangelio como familia ha ayudado a la familia Randrianarison a unirse más.

El viajar a Sudáfrica para ser sellados en el Templo de Johannesburgo fortaleció a la familia Randrianarison.

Arriba: fotografía por David William Newman © IRI; abajo: fotografía por © Laura Parker.