2014
Voces de los jóvenes
Enero de 2014


Voces de los jóvenes: Bendiciones de la historia familiar

Hace poco, jóvenes de Nueva York, Estados Unidos, recibieron la invitación de su presidencia de estaca de buscar el nombre de uno de sus familiares para llevar al templo, como parte de una conferencia especial para la juventud. Los jóvenes descubrieron grandes bendiciones al sentir que sus corazones se volvían hacia sus padres (véase Malaquías 4:5–6).

Llevar nombres de familiares al templo

  • “Antes, yo pensaba que la historia familiar era sólo otra tarea más para hacer, pero ahora entiendo que se trata de personas reales, que han estado esperando por años. Mi experiencia en el templo es diferente cuando llevo nombres de mi familia. Me imagino que es por todo el trabajo, el tiempo y las oraciones que se requieren para encontrar un nombre. Pero, un nombre vale todo el esfuerzo, porque se trata de una persona que necesita estar con el Padre Celestial”. —Hannah A., 13 años

  • “Una vez que encuentras a una persona, creas una conexión con esa persona en el mundo de los espíritus. El traer tus propios nombres es una manera de fortalecer ese vínculo. Te ayuda a comprender a tu familia eterna”. —Spencer S., 15 años

  • “El llevar los nombres de tus familiares al templo te ayuda a comprender la realidad de quiénes eran esas personas. No son simples nombres en una hoja de papel; son hermanos y hermanas reales que comparten tu historia —y forman parte de ella”. —Lilli N., 16 años

Recibir bendiciones

  • “Noto una diferencia en mi vida. Es un sentimiento cálido, protector”. —Noah R., 13 años

  • “Sientes en tu corazón que formas parte de una gran obra. El dar a tu familia la oportunidad de recibir las bendiciones del templo es un sentimiento como ningún otro”. —Corinne C., 17 años

  • “Me he sentido más a gusto y en paz desde que estoy haciendo la historia familiar. Cuando llevo los nombres de mi familia al templo, me produce una tremenda sensación de gozo”. —Tyler M., 16 años

  • “Mi amor por el Salvador, por mi Padre Celestial y por mis antepasados ha aumentado. Me he sentido más cerca de mi familia inmediata y mi testimonio del Evangelio ha crecido”. —Alexandra H., 14 años

  • “Me he sentido mucho más feliz”. —Ross S., 12 años

  • “Con cada nombre, siento una enorme sensación de paz y entusiasmo, como si la persona hubiera estado esperándome sólo a mí”. —Rhiannon B., 15 años

  • “Sé de dónde provengo y se fortalece mi confianza”. —Eliza L., 13 años

  • “He discutido menos en casa”. —Gehrig L., 12 años

  • “Cada vez entiendo más la importancia de las familias. Quiero estar más unida a mi familia en la tierra”. —Emma L., 15 años

  • “Me ha ayudado a entender más el plan de Dios para nosotros. Me siento más cerca del Padre Celestial y del Evangelio porque comprendo mejor las ordenanzas que se están realizando”. —Noah C., 14 años