2014
Señales
Febrero de 2014


Hasta la próxima

Señales

Me pregunté cuántas veces había dejado de lado mi seguridad espiritual por estar centrado en las cosas del mundo.

Normalmente tomo una de las autopistas locales para llegar al trabajo; es la manera más rápida y fácil de llegar. Intento salir lo suficientemente temprano cada mañana para evitar mucho tráfico, cuando la marcha es más lenta y ocurren los accidentes.

Sin embargo, una mañana salí de casa más tarde de lo normal y terminé en tráfico pesado. Al entrar a la autopista, pensé en cuanto a mi estudio de las Escrituras esa mañana. Había tenido la impresión de que me centro demasiado en las cosas del mundo y no lo suficiente en las espirituales. Al manejar al trabajo, pensé en cómo podría prestar más atención a las cosas espirituales a lo largo del día.

Entonces noté un mensaje en una de las carteleras electrónicas encima de la autopista que alerta a los conductores sobre accidentes o sobre las condiciones de la carretera. Al acercarme más, leí: “Accidente en Mesa Drive — carril central bloqueado”. No quería aceptar el inconveniente de tener que salir de la autopista, y me pregunté cuánto tiempo podría permanecer en ella antes de tener que salir.

De pronto me vino otro pensamiento: Si no hacía caso a la señal, ¿me estaría poniendo en una situación peligrosa? ¿Estaba pasando por alto una advertencia sólo porque no quería que se alterara mi horario? Claramente, tenía la inclinación a no hacer caso a las advertencias en cuanto a mi seguridad física; ¿con cuánta frecuencia había dejado de lado los susurros sobre mi seguridad espiritual?

Al meditar en cuanto a cómo prestar más atención al Espíritu, me di cuenta de que mi Padre Celestial probablemente me manda muchos mensajes a lo largo del día. Me pregunté cuántas veces no había recibido Sus mensajes porque no estaba prestando atención a los susurros del Espíritu. Me comprometí a mejorar.

Miré el tráfico, cambié de carril, y tomé la siguiente salida. Al usar las calles locales para llegar al trabajo, pude evitar todos los obstáculos y peligros que habría tenido si me quedaba en la autopista mientras limpiaban el lugar del accidente.

Sé que el Señor me ama lo suficiente para mandarme Sus mensajes; yo tan sólo necesito estar a tono con las impresiones espirituales que me envía.

El autor vive en Arizona, EE. UU.