2014
Samuel
Junio de 2014


Profetas del Antiguo Testamento

Samuel

“Lo que le sucedió al niño Samuel, cuando respondió al llamado del Señor, siempre ha sido una inspiración para mí”. —Presidente Thomas S. Monson1

Mi madre, Ana, era estéril y oró en el templo para tener un hijo, prometiendo que lo daría al Señor. Dios contestó sus oraciones y me tuvo a mí. Mientras yo aún era pequeño, me llevó al templo para que sirviera al Señor, donde el sacerdote Elí me cuidó y me enseñó2.

Cuando era niño, una noche oí una voz que me llamaba por mi nombre. Tres veces fui a donde estaba Elí, pero él no me había llamado; dijo que el que me llamaba era el Señor. Seguí el consejo de Elí cuando oí mi nombre por cuarta vez y respondí: “Habla, que tu siervo escucha”3. El Señor me habló, y al ir creciendo, Él estuvo conmigo y me llamó para que fuera Su profeta.

Al envejecer, nombré a mis hijos jueces sobre Israel. Mis hijos eran inicuos, de modo que los ancianos de Israel pidieron tener un rey. Advertí a la gente de los peligros de tener un rey, pero siguieron insistiendo. El Señor me mandó que “[oyera] su voz”4.

El Señor me envió a Saúl, que era “joven y apuesto”5, y lo ungí como “príncipe sobre [el] pueblo Israel”6. Él llegó a ser su rey; sin embargo, cuando el Señor le mandó a Saúl que destruyera a los amalecitas y todo lo que poseían, él desobedeció; se quedó con los animales de los amalecitas y los ofreció como sacrificios. Le enseñé a Saúl que “el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros”7.

Debido a la desobediencia de Saúl, el Señor me mandó ungir a un nuevo rey de entre los hijos de Isaí. Isaí me presentó a sus siete hijos mayores, pero el Señor no había escogido a ninguno de ellos8. El Señor me reveló que el hijo menor, David, debía ser el rey. Tal vez por su apariencia o estatura, los hermanos mayores de David se hayan visto más como futuros reyes; pero el Señor había elegido a ese joven pastor para dirigir a Su pueblo. De esa experiencia aprendí que “Jehová no mira lo que el hombre mira, pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón”9.

Dios se aparece por la noche, en una visión, al joven profeta Samuel, por Harry Anderson; Los israelitas desean un rey, por Paul Mann; detalle de Samuel instruye a Saúl, por Ted Henninger; fotografía del rollo por forplayday/iStockphoto/ThinkStock.