2014
Dirigir a la manera del Salvador
Julio de 2014


El prestar servicio en la Iglesia

Dirigir a la manera del Salvador

Imagen
J. Kirk Richards painting of the Savior helping lift a woman.

Woman Healed [Mujer sanada], por J. Kirk Richards.

Existe una marcada diferencia entre los peores líderes del mundo y el líder perfecto, el Salvador del mundo. El presidente Spencer W. Kimball (1895–1985) explicó: “…aquellos líderes que a lo largo de la historia han tenido el impacto más nefasto en la humanidad, lo hicieron precisamente porque carecían casi por completo de las cualidades exhibidas por el Hombre de Galilea. Mientras que Jesús fue abnegado, ellos fueron egoístas; a Jesús le preocupaba la libertad, a ellos el dominio; Jesús estaba interesado en prestar servicio, ellos en obtener estatus social; Jesús se preocupaba por atender las necesidades de los demás, ellos se ocuparon sólo de sus propios deseos y necesidades; Jesús se interesaba en el perfeccionamiento de sus discípulos, ellos procuraron manipular a los seres humanos; mientras que Jesús estaba lleno de compasión equilibrada con justicia, ellos a menudo estaban llenos de severidad e injusticia1.

Para tener éxito como líderes en la Iglesia del Señor, debemos seguir Su ejemplo. Las siguientes ideas nos ayudarán a ser más semejantes a Cristo en nuestro liderazgo:

Los líderes a la manera de Cristo sirven “con la mira puesta únicamente en la gloria de Dios” (D. y C. 4:5), procurando hacer la voluntad del Padre Celestial. El Salvador dijo: “Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió” (Juan 6:38).

Los líderes a la manera de Cristo no confían en “el brazo de la carne” (2 Nefi 4:34); oran con humildad para recibir orientación; tienen esperanza en el Señor y procuran hacer Su obra en Su tiempo y a Su manera en vez de depender de sus propios talentos y habilidades.

Los líderes a la manera de Cristo no buscan cargos en la Iglesia; para ellos, los llamamientos son oportunidades para servir y no ascensos; no consideran los relevos como descensos. Todo llamamiento lleva implícito un relevo.

Los líderes a la manera de Cristo son servidores; ayudan, enseñan y alientan a quienes sirven; procuran bendecir a los demás, como lo hizo el Salvador: “Él no hace nada a menos que sea para el beneficio del mundo” (2 Nefi 26:24). Se consideran representantes del Señor para ayudar a otras personas a volver a Él.

Los líderes a la manera de Cristo ayudan a que los demás se desarrollen. El presidente Kimball también enseñó:

“Jesús confía en quienes le siguen al punto de compartir Su obra con ellos a fin de que así se desarrollen. Ésa es una de las grandes lecciones de Su liderazgo. Si hacemos a un lado a otras personas a fin de asegurar que se efectúe una tarea de manera más rápida y eficaz, es posible que se logre la tarea, pero sin que los seguidores progresen ni se desarrollen, lo cual es sumamente importante…

“Jesús dio a la gente verdades y tareas que estaban en proporción a su capacidad. No las abrumó con más de lo que ellas podían hacer, sino que les dio lo suficiente para que progresaran interiormente”2.

El profeta José Smith describió lo que hacía para dirigir tan bien a su gente: “Les enseño principios correctos y ellos se gobiernan a sí mismos”3. Ésa es la esencia del método de dirigir del Señor.

Notas

  1. Véase de Spencer W. Kimball, “Jesús: El líder perfecto”, Liahona, agosto de 1983, pág. 10.

  2. Véase de Spencer W. Kimball, “Jesús: El líder perfecto”, pág. 9–10.

  3. Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith, 2007, pág. 300.

  4. Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: Lorenzo Snow, págs. 159--160.

  5. Véase de Thomas S. Monson, “Llamados a servir”, Liahona, julio de 1996, pág. 47.