2014
Desafía la gravedad: Sigue adelante con fe
Agosto de 2014


Para la Fortaleza de la Juventud

Desafía la gravedad Sigue adelante con fe

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Official portrait of Bonnie Lee Green Oscarson, Young Women general president, 2013. Sustained at the April 2013 general conference.

Al seguir adelante, puedes mantenerte en posición vertical aun cuando las fuerzas externas procuren hacerte caer.

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girl on bike on a trail

Ilustración por Julia Yellow.

Tuve mi primera bicicleta cuando tenía ocho años. Con la ayuda de mi hermano mayor y de mi padre, comencé el proceso un tanto aterrador de aprender a andar en ella. Los otros niños del vecindario lo hacían parecer tan fácil y natural al andar velozmente de acá para allá en las suyas. Me subí al asiento —que parecía estar por lo menos a tres metros del suelo— y me di cuenta de que no había absolutamente nada que evitara que me cayera y comprobara que la ley de gravedad era real.

Al tratar de andar, aprendí rápidamente que, si quería mantener el equilibrio, tenía que seguir pedaleando. Cuando me subí por primera vez, lo que menos quería hacer era agregar velocidad a la ya sobrecogedora tarea; pero rápidamente entendí la sabiduría de seguir hacia adelante y la ley física que abarcaba. En tanto que siguiera pedaleando, podría mantenerme en posición vertical y evitar caer al áspero concreto que me rasparía la piel de los brazos y las piernas. Al poco tiempo, andaba pedaleando velozmente por todo el vecindario con mis amigas.

Lo mismo se aplica a vivir el Evangelio y las normas de Para la Fortaleza de la Juventud. Se requiere fe para creer que si constantemente seguimos el consejo de la Primera Presidencia tal como se detalla en ese librito, nuestra vida estará equilibrada y será estable, y seremos guiados adonde queremos ir.

Es necesario que sigamos avanzando para evitar caer. Para lograrlo, debemos hacer ciertas cosas de manera fiel y constante:

  • Orar por la mañana y por la noche.

  • Estudiar las Escrituras a diario.

  • Asistir a las reuniones de la Iglesia y participar dignamente de la Santa Cena.

  • Prestar servicio a los que nos rodean.

  • Ser dignos de asistir al templo.

Todas estas cosas hacen que sigamos avanzando en la dirección correcta.

Es por eso que leer las normas que se describen en Para la Fortaleza de la Juventud y estar familiarizados con ellas servirá para asegurar que estemos tomando decisiones que vayan de acuerdo con las normas de Dios. El vivir esos principios y guardar los mandamientos invitan al Espíritu Santo a ser nuestro compañero constante. Al igual que los que siguen pedaleando en la bicicleta pueden mantenerse en posición vertical a pesar de la fuerza de la gravedad, los que son guiados por el Santo Espíritu en todo lo que hacen pueden resistir la influencia del adversario.

¿A dónde quieres llegar a medida que pedaleas hacia adelante? Para todos los jóvenes del Sacerdocio Aarónico, el prepararse ahora para servir en una misión de tiempo completo es importante para el crecimiento espiritual. Para todos los jóvenes y jovencitas, el estar preparado para ir al templo y recibir la investidura y hacer y guardar convenios sagrados también debe ser una meta primordial.

Como dice el mensaje de la Primera Presidencia al principio de Para la Fortaleza de la Juventud: “En todo lo que hagan, mantengan su mira en el templo. En el templo recibirán las más grandes de todas las bendiciones del Señor, incluso el matrimonio por el tiempo de esta vida y por toda la eternidad”1. Es posible que el recibir el convenio del matrimonio eterno en la casa del Señor, y llegar a ser esposos, esposas, padres y madres justos parezcan estar sumamente distantes, pero el momento de empezar a prepararse es ahora. Todas esas cosas llevan al destino más glorioso y espectacular de todos: la vida eterna con nuestro Padre Celestial.

Uno de mis pasajes favoritos de las Escrituras resume lo que tenemos que hacer a fin de seguir avanzando hacia nuestras metas: “Por tanto, debéis seguir adelante con firmeza en Cristo, teniendo un fulgor perfecto de esperanza y amor por Dios y por todos los hombres. Por tanto, si marcháis adelante, deleitándoos en la palabra de Cristo, y perseveráis hasta el fin, he aquí, así dice el Padre: Tendréis la vida eterna” (2 Nefi 31:20).

Así como cuando era una niña de ocho años aprendí que necesitaba seguir pedaleando y avanzando a fin de desafiar la gravedad y mantener el equilibro en la bicicleta, es importante que todos sigamos avanzando hacia adelante con fe, confiando en el consejo de los profetas vivientes y de un amoroso Padre Celestial para evitar caer. Algunos de nuestros destinos están a una corta distancia, mientras que otros tomarán toda una vida de vivir rectamente para alcanzarlos. Las promesas de lo que nos espera al final del camino, si somos fieles, son ciertas y gloriosas, y bien valen la pena.

Nota

  1. Para la Fortaleza de la Juventud, 2011, pág. II.