2014
Cómo prepararse para la Segunda Venida
Diciembre de 2014


Cómo prepararse para la Segunda Venida

De un discurso de la Conferencia General de abril de 2004.

“Esta vida es cuando el hombre debe prepararse para comparecer ante Dios” (Alma 34:32). ¿Nos estamos preparando?

¿Y si el día de Su venida fuese mañana? Si supiéramos que mañana nos encontraríamos con el Señor, ya fuese por medio de nuestra muerte prematura o de Su inesperada venida, ¿qué haríamos hoy? ¿Qué confesiones haríamos? ¿Qué dejaríamos de hacer? ¿Qué problemas o desacuerdos resolveríamos? ¿A quién perdonaríamos? ¿De qué cosas testificaríamos?

Si haríamos esas cosas entonces, ¿por qué no ahora? ¿Por qué no procurar la paz mientras se puede alcanzar?

La maldad que solía estar restringida a un lugar y se cubría como una llaga ahora se ha legalizado y se exhibe como un estandarte. Las raíces y baluartes (paredes protectoras) más fundamentales de la civilización se ponen en tela de juicio o se atacan; las naciones rechazan su legado religioso; las responsabilidades del matrimonio y la familia se abandonan como impedimentos para la satisfacción personal; las películas, las revistas y la televisión, que moldean nuestras actitudes, están llenas de historias e imágenes que representan a los hijos de Dios como bestias depredadoras, o en el mejor de los casos, como creaciones triviales que buscan nada más que el placer personal; y muchos de nosotros aceptamos eso como entretenimiento.

Lo bueno, lo verídico y lo hermoso está siendo reemplazado por lo que de nada sirve, por la indiferencia y por lo que proviene del impulso personal que no tiene ningún valor. No es de sorprender que muchos de nuestros jóvenes y adultos queden atrapados en la pornografía, en la costumbre pagana de perforarse partes del cuerpo, en la búsqueda egoísta del placer, en la conducta deshonesta, en la ropa inmodesta, en el lenguaje profano y en el degradante placer sexual.

Todo esto es doloroso a la vista de nuestro Padre Celestial, quien ama a todos Sus hijos y que prohíbe toda práctica que impida a cualquier persona regresar a Su presencia.

¿En qué estado se encuentra nuestra preparación personal para la vida eterna? El pueblo de Dios siempre ha sido un pueblo de convenios, entre ellos las sagradas promesas que hicimos en las aguas del bautismo, al recibir el Santo Sacerdocio y en los templos de Dios. ¿Hacemos promesas que no cumplimos; y somos creyentes que no actuamos según lo que creemos?

“¿Seguimos el mandamiento del Señor: ‘…permaneced en lugares santos y no seáis movidos, hasta que venga el día del Señor; porque he aquí, viene pronto’?” (D. y C. 87:8).

Por doquier nos rodean desafíos (véase 2 Corintios 4:8–9), pero con fe en Dios, confiamos en las bendiciones que Él ha prometido a quienes guarden Sus mandamientos. Tenemos fe en el futuro y nos estamos preparando para ese futuro.

Imagen
The resurrected Jesus Christ (wearing white robes with a magenta sash) standing above a large gathering of clouds. Christ has His arms partially extended. The wounds in the hands of Christ are visible. Numerous angels (each blowing a trumpet) are gathered on both sides of Christ. A desert landscape is visible below the clouds. The painting depicts the Second coming of Christ. (Acts 1:11)

Detalle de La Segunda Venida, por Harry Anderson.

“Por lo tanto”, nos dice el Salvador, “sed fieles, orando siempre, llevando arregladas y encendidas vuestras lámparas, y una provisión de aceite, a fin de que estéis listos a la venida del Esposo.

“Porque he aquí, de cierto, de cierto os digo, que yo vengo pronto” (D. y C. 33:17–18).