2015
Cómo apreciar el verdadero significado de la Navidad
Diciembre de 2015


Respuestas de líderes de la Iglesia

Cómo apreciar el verdadero significado de la Navidad

Tomado del Devocional de Navidad de la Primera Presidencia de 2010.

Imagen
A baby representing the baby Jesus lying in a manger. The hands of a woman representing Mary are seen touching the baby.

Cuando nos preparamos para la Navidad meditando en su verdadero significado, nos preparamos para sentir a Cristo y sentir Su mensaje. Permítanme sugerir tres cosas que tal vez deseemos estudiar, meditar y aplicar en esta época de preparación.

Primero, regocijémonos en el nacimiento de nuestro Salvador. Celebramos el nacimiento del Hijo de Dios, el Creador, nuestro Mesías. Nos regocija que el Rey de Reyes viniera a la tierra, naciera en un pesebre y viviera una vida perfecta. Cuando Jesús nació, el gozo en los cielos fue tan grande que no se pudo contener (véase Lucas 2:8–14).

Segundo, meditemos en Su influencia actual en nuestra vida. La Navidad es una época para recordar al Hijo de Dios y renovar nuestra determinación de tomar Su nombre sobre nosotros. Es el tiempo para reexaminar nuestra vida y evaluar nuestros pensamientos, sentimientos y hechos. Dejen que sea un tiempo de recuerdo, de gratitud y un tiempo de perdón. Permitan que sea una época para meditar en la expiación de Jesucristo y en el significado personal que tiene para cada uno de nosotros. Dejen que sea, especialmente, un tiempo de renovación y de volver a comprometerse a vivir de acuerdo con la palabra de Dios y a obedecer Sus mandamientos. Al hacer eso, lo honramos mucho más de lo que lo haríamos con luces, regalos y fiestas.

Tercero, aguardemos anhelosamente Su venida. Si bien la época navideña suele ser un tiempo para dar una mirada retrospectiva y celebrar el nacimiento de nuestro Señor, a mí me parece que también debiera ser un tiempo para mirar al futuro. Miremos hacia adelante. Preparémonos para ese día bendito cuando Él venga otra vez. Seamos tan sabios como los de la antigüedad, que velaron por Su venida.

Ruego que durante esta época, y siempre, veamos la pureza del relato del nacimiento del Salvador y sintamos gratitud sincera por Su vida, Sus enseñanzas y Su sacrificio de salvación por nosotros. Que esa gratitud nos haga renovar nuestra determinación de seguirle; que también nos acerque más a nuestra familia, a nuestra Iglesia y a nuestro prójimo; que esperemos anhelosamente el día bendito cuando el Cristo resucitado camine nuevamente sobre la tierra como nuestro Señor, nuestro Rey y nuestro bendito Salvador.