2016
Ayuda por medio del Espíritu Santo
Febrero de 2016


Ayuda por medio del Espíritu Santo

El Espíritu Santo puede ayudarte en la escuela, la familia y el trabajo, así como en cuestiones espirituales.

Imagen
illustration of a young man writing with a window behind him.

Ilustración por Red Hansen.

El Espíritu Santo puede ayudarnos en cada aspecto de la vida. Aprendí eso de manera práctica cuando estudié en la Universidad Brigham Young–Hawái.

Por aquel entonces trabajaba e iba a la universidad horario completo. Además, mi esposa y yo teníamos un bebé que cuidar. Con todas esas exigencias en mi horario, no tenía mucho tiempo para estudiar. Cada día oraba para tener la compañía del Espíritu Santo. Necesitaba guía para ayudarme a aprovechar mi tiempo al máximo; necesitaba ayuda para entender el material y recordarlo luego durante los exámenes.

Ayuda del cielo para un examen

Un día, durante una clase, un profesor estaba escribiendo conjuntos de ecuaciones avanzadas en la pizarra para ilustrar un argumento. Aquellas ecuaciones complejas no se relacionaban con la clase, pero él quería comentarlas brevemente. Después de unos minutos, el profesor borró la pizarra.

La clase siguiente era de informática y ese día teníamos examen, ¡y nos preguntaron las mismas ecuaciones que estaban en la pizarra en la clase anterior! Lo más asombroso es que nunca las habíamos estudiado en la clase de informática. Me acordé de la clase anterior a la que había asistido y pude responder el problema.

Cuando el profesor de informática corrigió los exámenes, estaba tan seguro de que nadie había respondido ese problema específico de manera correcta que automáticamente marcó como erróneas las respuestas de todos los alumnos, pero cuando me devolvió el examen, le mostré que mi respuesta era correcta. Fue maravilloso.

El Espíritu Santo me ayudó a aprovechar al máximo todas las oportunidades de estudio que tuve en la universidad. Obtuve altas calificaciones y logré becas que me ayudaron a costearme los estudios.

Guía a lo largo de la vida

Hacia el final de mis estudios, muchos de mis amigos tenían pensado seguir estudiando y cursar una maestría. A mí me encantaba estudiar y quería hacer lo mismo que ellos, pero el Espíritu me dijo claramente que mi misión en Hawái había terminado: era hora de volver a casa en Hong Kong.

Mi esposa y yo hicimos caso de esa impresión. En aquel entonces no pude entender por qué se me disuadía a seguir con mi formación académica, pero a veces seguimos el Espíritu sin saber todos los detalles. Si bien ni mi esposa ni yo sabíamos qué esperar durante nuestra búsqueda de empleo y de un apartamento, fuimos bendecidos y no tardamos en tener éxito.

Al mirar ahora hacia atrás, entiendo por qué el Espíritu fue tan intenso al alentarnos a regresar a Hong Kong. Fue muy valioso para mi familia y para mí ser fortalecidos en la Iglesia entre los miembros de ese lugar. Serví como obispo, consejero en la presidencia de estaca y presidente de estaca antes de ser llamado como Setenta de Área. Después de jubilarme, obtuve una maestría. Todas aquellas experiencias contribuyeron a prepararme para mi llamamiento actual.

Les testifico que procurar la guía del Espíritu Santo y seguirla es siempre la mejor manera de planificar y vivir la vida. Ustedes ya recibieron el don del Espíritu Santo cuando fueron confirmados miembros de la Iglesia, y si utilizan ese don, les será de gran ayuda en todo lo que hagan.