2016
Evaluando bendiciones en Madagascar
Abril de 2016


Perfiles de jóvenes adultos

Evaluando bendiciones en Madagascar

A pesar de la agitación política y las dificultades económicas de su país, Solofo confía en las bendiciones que provienen de vivir el Evangelio.

Después de que su esposa sufriera un aborto espontáneo durante su primer embarazo, lo cual les partió el corazón, Solofo Ravelojaona sintió que sus oraciones fueron contestadas, un año después, con el segundo embarazo. Él y su esposa, Hary Martine, consideran el nacimiento de su hija como una de sus más grandes bendiciones. Solofo explica: “A causa de que le pedimos a Dios y Él nos la dio, le pusimos un nombre que, en malgache, significa ‘respuesta de Dios’”.

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Solofo with his daughter

Solofo, un joven adulto de Madagascar, se aferra al conocimiento de que Dios contesta las oraciones y que, con el tiempo, bendice a los fieles. “La vida es difícil”, dice Solofo, “y cuando las personas no obtienen lo que desean, algunas empiezan a preguntar: ‘¿Por qué me sucedió esto a mí?’. Quizá dejen la Iglesia o pongan en duda su creencia en Dios; pero cuando vivimos el Evangelio y leemos las Escrituras, es más fácil. Cuando uno realmente vive el Evangelio, de verdad se pueden ver las bendiciones”.

Ya que vive en un país con serios desafíos, tales como la pobreza extrema, la inestabilidad en el gobierno, una infraestructura débil y desastres naturales, es evidente por qué Solofo dice que la vida es difícil. Sin embargo, para él, las bendiciones que recibe por vivir el Evangelio tienen más peso que cualquier dificultad. “No es posible contar la cantidad de bendiciones que recibo por vivir el Evangelio”, dice él.

Debido a que la Iglesia es relativamente nueva en Madagascar (la primera rama se organizó en 1990), Solofo dice que lo más difícil de ser miembro son los rumores y las ideas erróneas en cuanto a la Iglesia. Solofo comenta que, tal como en la visión de Lehi del árbol de la vida, “las personas quizá no abracen completamente el Evangelio porque se sienten avergonzados al estar frente a sus amigos y tienen miedo de que su familia los rechace”. Lo que hace que Solofo sea diferente, en su opinión, es que “yo nunca me he sentido avergonzado. Vivo el Evangelio y siempre lo quiero compartir con mis colegas, aun cuando a algunos de ellos realmente no les interesa”. A menudo comparte su sencillo testimonio, y lo hace con tanta frecuencia que sus compañeros de trabajo le han puesto el sobrenombre de “pastor”.

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Solofo and Hary Martine

En medio de la crisis económica y la agitación política, Solofo y Hary Martine confían en las bendiciones de los convenios que hicieron en el templo (se casaron en el Templo de Johannesburgo, África del Sur, un año después de haber cumplido una misión: él en Uganda, ella en Madagascar), así como en el Señor. “Tengo el Evangelio, y simplemente pongo mi vida en las manos de Dios”, explica Solofo. Él puede apoyarse en su firme testimonio porque ya tiene fe en “las respuestas de Dios”.

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lemur and baobab tree

Fotografías: las de arriba las proporcionó Solofo Ravelojaona; las de abajo © iStock/Thinkstock