2016
Vayan a ver a Rebecca
Septiembre de 2016


Del campo misional

Vayan a ver a Rebecca

La autora vive en Utah, EE. UU.

Nadie acudió a la puerta cuando tocamos, pero sabíamos que se nos había mandado allí para ayudar a una de las hijas de Dios.

Imagen
sister missionaries knocking on window

Hacía pocos meses que había empezado a prestar servicio en la Misión Illinois Chicago Sur y todavía me encontraba en mi primera área. Acababan de cerrar el área de las hermanas misioneras contigua a la de nosotras, por lo que éramos responsables por todos los investigadores hispanohablantes de esa área; entre ellos había una mujer llamada Rebecca.

La primera vez que nos reunimos con Rebecca, me impresionó su fe. Ella vivía en el sótano de una casa, por lo que teníamos que tocar en las ventanas para que ella fuera a abrirnos la puerta. Las misioneras anteriores habían comenzado a enseñarle después de que ella había pedido el video Cómo hallar fe en Cristo. Si ella no hubiera hecho la llamada para pedir el video, es posible que las misioneras nunca la hubieran encontrado.

Por lo que nos contó, me pude dar cuenta de que Rebecca había tenido una vida difícil. Anteriormente había sido una persona muy feliz, pero ahora estaba separada de su hijo y de otros familiares. Aun cuando vivía en circunstancias humildes, pude sentir el amor del Señor por ella.

Al enseñarle, pude darme cuenta de que ella estaba sintiendo el Espíritu. Cuando la visitábamos, su estado de ánimo mejoraba considerablemente, pero desafortunadamente vivía lejos y era difícil visitarla tan a menudo como nos hubiera gustado.

Un viernes que tuvimos conferencia de zona, planeamos ir a ese sector de nuestra área después, ya que estaríamos más o menos a mitad de camino. Le preguntamos a Rebecca si estaría en casa, pero dijo que iba a estar trabajando. Decidimos que de todos modos visitaríamos a otros investigadores que teníamos en los alrededores.

Cuando terminamos, todavía teníamos tiempo y no sabíamos qué hacer. Entonces mi compañera dijo: “Creo que debemos ir a ver si Rebecca está en casa”. Su sugerencia no tuvo sentido para mí, ya que Rebecca nos había dicho que no iba a estar. Fue entonces que escuché una voz que me dijo: “Vayan a visitarla”. Sentí como si mi cuerpo literalmente estuviera siendo impelido en dirección a la casa de Rebecca. Aquella fue la impresión más fuerte que he sentido en la vida.

Le dije a mi compañera que diera vuelta al auto en dirección contraria y nos dirigimos a casa de Rebecca. Tocamos a la ventana dos veces y no hubo respuesta. Me sentí muy desilusionada, porque sabía que había una razón por la que el Señor nos había mandado. Sugerí que tocáramos una vez más. Esperamos, y justo cuando estábamos a punto de irnos, Rebecca abrió la puerta.

Estaba en casa porque la acababan de despedir de su trabajo y realmente necesitaba alguien con quien hablar. Ella había estado orando para que nosotras fuéramos; nos dijo que éramos sus ángeles. Pudimos hablar con ella y ayudarla a sentirse mejor al enseñarle más en cuanto al Evangelio.

Me alegra tanto que el Padre Celestial se interese por cada uno de Sus hijos y que escuchó la oración de Rebecca. Me hace feliz que pudimos seguir la impresión de ir a visitarla para ser la respuesta a esa oración. Nuestro Padre Celestial sabe todo lo que está sucediendo en nuestra vida, y cuando confiamos en Él y pedimos con fe, nos ayudará con lo que necesitemos.