2016
Cómo ser paciente
Diciembre de 2016


Respuestas DE LOS LÍDERES de la Iglesia

Cómo ser paciente

De un discurso de la Conferencia General de abril de 2010.

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how to be patient

Esperar puede ser difícil. Los niños lo saben, al igual que los adultos. Vivimos en un mundo que ofrece comida rápida, mensajería instantánea, películas a pedido y respuestas inmediatas a las preguntas más triviales y a las más profundas. No nos gusta esperar. Algunos incluso sienten que les sube la presión si la fila en la que están en el supermercado se mueve más despacio que las otras.

La paciencia —la capacidad de aplazar por un tiempo nuestros deseos— es una virtud preciada e inusual. Queremos lo que queremos y lo queremos ya. Por tanto, la idea en sí de la paciencia puede parecer desagradable y, a veces, amarga.

No obstante, sin paciencia no podemos agradar a Dios; no podemos llegar a ser perfectos. De hecho, la paciencia es un proceso purificador que refina el entendimiento, aumenta la felicidad, centra la acción y ofrece la esperanza de la paz.

La paciencia es más que esperar. La paciencia no es ni una resignación pasiva, ni es dejar de actuar por causa de nuestros temores. Ser paciente significa esperar y perseverar de forma activa. Significa persistir en algo y hacer todo cuanto podamos: trabajar, tener esperanza, ejercer la fe y enfrentar las dificultades con fortaleza, incluso cuando los deseos de nuestro corazón se ven demorados. ¡La paciencia no es simplemente sobrellevar las cosas, sino hacerlo bien! Paciencia es seguir con algo hasta el fin; es dejar de lado el placer inmediato a fin de recibir bendiciones futuras. Es controlar la ira y refrenarse de decir cosas hirientes. También es resistir el mal incluso cuando este parezca enriquecer a los demás.

Paciencia significa aceptar lo que no se puede cambiar y encararlo con valor, gracia y fe. Significa estar “[dispuestos] a [someternos] a cuanto el Señor juzgue conveniente imponer sobre [nosotros], tal como un niño se somete a su padre” (Mosíah 3:19). En última instancia, paciencia significa ser “firme, constante e inmutable en guardar los mandamientos del Señor” (1 Nefi 2:10) a toda hora de cada día, incluso cuando hacerlo sea difícil.

La esencia de la obra de la paciencia es esta: guardar los mandamientos, confiar en Dios nuestro Padre Celestial, servirlo con mansedumbre y amor cristiano, ejercer la fe y la esperanza en el Salvador y nunca darnos por vencidos. Las lecciones que aprendamos de la paciencia cultivarán nuestro carácter, elevarán nuestra vida y aumentarán nuestra dicha. Nos ayudarán a ser discípulos fieles de nuestro Maestro, Jesucristo.