2017
Hallé paz mediante la Santa Cena
Febrero de 2017


Hallé paz mediante la Santa Cena

Imagen
Mother and children taking the sacrament

Ilustración por Allen Garns.

Cuando era una madre joven me costaba encontrar momentos de paz durante los agitados días en que la vida giraba en torno al cuidado de cinco niños activos y exigentes. Cinco minutos aquí y diez minutos allá era todo lo que lograba hallar, pero atesoraba cada pequeño trocito de tranquilidad.

A menudo acudía a mi Padre Celestial en oración, pidiéndole fuerza, paciencia y paz. Los domingos eran especialmente frenéticos, ya que le daba el pecho a un bebé, vestía a un niño pequeño y supervisaba a mis hijos mayores mientras se preparaban para la Iglesia. Irónicamente, fue durante un domingo ocupado que hallé la solución.

Al escuchar las oraciones sacramentales aquel día, las palabras cobraron un significado especial: “… para que siempre puedan tener su Espíritu consigo” (D. y C. 20:77).

Yo tenía derecho a tener el Espíritu del Señor conmigo. ¿Cómo es que nunca me había dado cuenta de la importancia de esa promesa?

La Santa Cena se convirtió en el momento tranquilo y contemplativo en mi ruidosa vida. En la ordenanza de la Santa Cena hallé la paz que había buscado.

Aunque después de tomar el pan y el agua tuviese que salir de la reunión sacramental con un niño en brazos retorciéndose para liberarse, me aseguraba de estar allí durante ese tiempo especial para recordar. Esperaba anhelosamente esos preciados momentos con un fervor que nunca antes había sentido.

Ahora que mis hijos han crecido, disfruto el lujo de muchos más momentos de tranquilidad. Sin embargo, aún atesoro aquellos momentos durante la Santa Cena.