2017
Prueba el mundo en Sudáfrica
Marzo de 2017


Perfiles de jóvenes adultos

Prueba el mundo en Sudáfrica

La autora vive en Utah, EE. UU.

Los diferentes orígenes y culturas no impiden que los santos de Sudáfrica se cuiden los unos a los otros.

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Ross Mpye

Es una soleada mañana de sábado en el Neighborgoods Market (Mercado de bienes del vecindario). Uno puede caminar bajo sombrillas coloridas junto a la entrada y escuchar música en vivo mientras busca la comida perfecta para hoy. Una comida tradicional sudafricana que se sirve en una pequeña olla de hierro fundido: pesto, ostras, verduras, bolsas de condimentos, terrinas, etc. Uno quiere probarlo todo.

Bienvenido a Johannesburgo.

“Es un lugar muy cálido y donde uno se siente bienvenido”, dice Ross Mpye, de 28 años. A veces la energía efervescente de Johannesburgo sorprende a los visitantes, que quizás no esperan ver rascacielos. “No se encuentran leones andando por las calles”, dice Ross.

Como estudiante universitaria que estudia comunicación y madre divorciada con un hijo de cinco años, Nate, Ross trabaja como analista de soporte de producción. Desde su audaz paladar hasta sus esfuerzos por servir a los demás, es aventurera, hace que las personas se sientan bienvenidas y es fiel en su vida diaria.

Los santos de Johannesburgo se ayudan los unos a los otros y a aquellos a su alrededor. Por ejemplo, cuando se inundó la casa de la amiga de Ross, Tumi, muchos amigos de la Iglesia ayudaron a limpiar el agua y a animar a la familia. “Ese fue un momento decisivo para la madre de Tumi, que no era miembro de la Iglesia”, explica Ross. “Comenzó a ver a los misioneros, y hoy en día es miembro y maestra en la Sociedad de Socorro”. Tal cuidado amoroso es bastante típico, ya que los miembros sudafricanos se ven los unos a los otros como hermanos y hermanas. “Nos involucramos como si fuera nuestro propio problema”, dice Ross.

Como sabe Ross, el ejemplo de esa empatía son el Padre Celestial y Jesucristo. “Ese es el tipo de amor con el que nos bendice el Padre Celestial. Él comprende y conoce mis alegrías y mis pesares como una persona joven de hoy en día que pasa por desafíos que Él se asegura que yo pueda superar”, dice.

La relación de Ross con el Salvador impacta su vida de muchas maneras, desde su trato con otras personas en el trabajo, hasta su estudio personal. “El ambiente laboral puede ser hostil”, dice ella. “Algunas personas usan malas palabras y toman decisiones deshonestas, pensando que no importa. Tengo la bendición de tener los principios del Evangelio y las enseñanzas de los profetas en mi vida. Cuando comienzo mi día con el estudio de las Escrituras y con una oración, me ayuda a mantener el Espíritu conmigo en todo momento. Cuando me enfrento a tentaciones, la voz suave y delicada me recuerda quién soy y lo que defiendo. Eso me ayuda a mantenerme fiel a mis normas”.

El Neighborgoods Market representa el espíritu cosmopolita de Johannesburgo. Para Ross, la veracidad del Evangelio representa algo mucho más profundo: la promesa de la vida eterna.