2017
Sarah y la resonancia magnética
Octubre de 2017


Sarah y la resonancia magnética

La autora vive en Colorado, EE. UU.

Tal vez el Espíritu Santo podría ayudar a Sarah a no tener tanto miedo.

“Jesús nos prometió un compañero fiel; el Santo Espíritu para guiarnos hacia el bien” (Canciones para los niños, pág. 56).

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Sarah and the MRI

“Parece que necesitaremos una resonancia magnética de la espalda de Sarah”, dijo el Dr. Frank, sonriéndole a Sarah. “Voy a programar una para mañana. Regresaré en unos minutos”.

Hacía un tiempo que a Sarah le dolía la espalda. Cuando se levantó aquella mañana, le dolía tanto que le costó ponerse de pie recta. y apenas logró caminar. Sarah y su mamá habían visitado al Dr. Frank para ver qué le sucedía.

“¿Otra resonancia magnética?”, preguntó Sarah, mirando a su mamá. Ya le habían hecho una resonancia magnética antes. Recordaba lo asustada que se había sentido dentro del gran tubo que tomaba fotografías del interior de su cuerpo.

“Lo siento, Sarah”, dijo su mamá, “pero las imágenes ayudarán al Dr. Frank a saber qué sucede con tu espalda. Sé que puedes hacerlo. Estaré a tu lado”. La mamá de Sarah le apretó la mano.

“Pero no puedes entrar conmigo”, dijo la pequeña. Agachó la cabeza, y una lágrima le surcó la mejilla. Su mamá podría estar con ella en la sala, pero una vez que Sarah entrara en el túnel de la máquina, estaría sola.

La mamá de Sarah la rodeó con su brazo. “Es cierto, pero ¿sabes quién puede estar allí para consolarte?”.

Sarah recordó uno de los nombres que había escuchado del Espíritu Santo: El Consolador. Tal vez el Espíritu Santo podría ayudar a Sarah a no tener tanto miedo.

“¿El Espíritu Santo?”, preguntó Sarah.

La mamá asintió. “Así es. Puedes orar para que el Espíritu Santo te ayude. Papá y yo también oraremos por ti”.

Eso le dio una gran idea a Sarah. “¿Puedo pedirle una bendición a papa?”.

Su mamá sonrió. “Por supuesto; sé que le encantaría hacerlo”.

Esa noche su papá puso las manos sobre la cabeza de Sarah y le dio una bendición del sacerdocio. Cuando bendijo a Sarah para que el Espíritu Santo la consolara, un suave calor llenó el cuerpo de ella. Tuvo ese sentimiento toda la noche.

Al día siguiente Sarah se encontraba recostada sobre la camilla que entraría al gran tubo de la máquina de resonancia magnética. Repetía en su mente las palabras que su papá había dicho durante la bendición: El Espíritu Santo estará allí para consolarte. Sarah le apretó la mano derecha a su mamá. Entonces la enfermera deslizó la camilla dentro del tubo.

La máquina de resonancia magnética hacía ruidos extraños mientras tomaba fotografías de su espalda. Sarah tenía que quedarse muy quieta para que las imágenes no salieran borrosas. Por un momento sintió pánico, pero luego tuvo aquel cálido sentimiento de nuevo. Parecía uno de los abrazos de su mamá, o una manta suavemente ajustada. Supo que todo estaría bien. Antes de que se diera cuenta, ¡la resonancia magnética había terminado!

En su oficina, el Dr. Frank les mostró a Sarah y a su mamá las imágenes de la espalda de Sarah. “Te felicito por quedarte bien quietecita”, le dijo el Dr. Frank a Sarah mientras se arrodillaba a su lado. “Estas imágenes de tu espalda muestran que necesitarás una operación para poder caminar mejor”.

Sarah tragó saliva.

“Nos gustaría hacer la operación pronto”, indicó el Dr. Frank, mirando a la mamá de Sarah. Luego volvió a dirigirse a la pequeña. “Es posible que demores varias semanas en volver a sentirte como antes, pero después de verte hoy, sé que te irá muy bien”.

Sarah trató de pensar en todas las cosas que haría después de que el Dr. Frank le arreglara la espalda. Podré correr y nadar y saltar en una gran montaña de hojas. Extrañaba hacer esas cosas. ¡Pero la operación le daba aún más miedo que una resonancia magnética! Entonces Sarah recordó sus oraciones y su bendición especial. El Padre Celestial le había enviado al Consolador. Él la volvería a ayudar.

Sarah miró al Dr. Frank. “¿Luego podré saltar en una gran montaña de hojas?”, preguntó.

Él sonrió. “Luego podrás saltar en una gran montaña de hojas”.