2017
Cinco verdades que ayudan a poner el pasado en su perspectiva adecuada.
2017 – Artículos digitales


Cinco verdades que ayudan a poner el pasado en su perspectiva adecuada.

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El entender nuestra historia implica un proceso de aprendizaje y descubrimiento que puede fortalecer nuestro testimonio, ayudarnos a evitar la duda, narrar los mejores relatos, discernir la doctrina verdadera y mejorar nuestra forma de pensar. Sin embargo, sin la adecuada perspectiva, el pasado puede ser una fuente de confusión que disminuye el testimonio y crea duda.

Estos cinco principios de Keith Erekson, director de la Biblioteca de la Historia de la Iglesia, pueden ayudarnos a comprender el pasado.

1. El pasado ha quedado atrás; solo quedan porciones Desde nuestra perspectiva en el presente, el pasado ha quedado mayormente atrás. Sin embargo, quedan porciones del pasado. Debemos estudiar los registros que aún existen, al tiempo que recordamos que no representan la totalidad del pasado.

2. Los hechos no hablan, pero los narradores sí. Puesto que las porciones que existen del pasado están incompletas, algunas personas intentan consolidarlas a fin de narrar alguna anécdota. Debemos considerar siempre quiénes narran los relatos, cómo los narran y por qué lo hacen.

3. El pasado es diferente del presente (y está bien que así sea) Conforme procuremos lograr entender las porciones del pasado y los relatos que se narran sobre este, descubrimos que las perspectivas del pasado son diferentes de las nuestras. Todo aspecto temporal de las vivencias humanas cambia con el tiempo de maneras tanto pequeñas como grandes.

4. Las suposiciones presentes distorsionan el pasado. Puesto que el pasado era diferente de nuestros días, debemos tener especial cuidado de no hacer suposiciones sobre este basándonos en nuestras ideas y valores presentes. Con frecuencia, lo que se percibe como problemas en cuanto al pasado son solo malas suposiciones que se han hecho en el presente.

5. El aprender sobre la historia requiere humildad. Desde nuestra perspectiva actual, es obvio que sabemos más sobre los resultados del pasado que quienes intervinieron en él, pero también sabemos mucho menos acerca de su experiencia al vivirlo. Se requiere humildad para admitir que no lo sabemos todo, para aguardar más respuestas con paciencia y para continuar aprendiendo.