2018
Todos necesitamos un amigo
Febrero de 2018


Todos necesitamos un amigo

Tim Overton

Arizona, EE. UU.

Imagen
a friend at church

Ilustración por Allen Garns

Me acerqué a la puerta de la Iglesia con una idea fija en mi mente: “Si hoy no encuentro un amigo en la Iglesia, no volveré”. Anteriormente había asistido a la Iglesia con un amigo, pero esta era la primera ocasión en la que asistía como investigador, solo y por mismo. Sentía que debía unirme a la Iglesia, pero tenía varios temores y preocupaciones.

Cuando entré a la Iglesia, un joven adulto soltero me recibió con una gran sonrisa y un apretón de manos. Se presentó y dijo que su nombre era Dane McCartney. Ya había visto a Dane antes, cuando hizo una prueba para ingresar al equipo de fútbol americano de la universidad, en el que yo jugaba. Mi ansiedad se esfumó cuando me invitó a sentarme con él durante las reuniones de la Iglesia. También me invitó a la casa de sus padres para cenar más tarde. No tuve oportunidad de sentirme solo ese día. Dane y su familia se acercaron a mí y me ayudaron a responder muchas de mis preguntas. Unas semanas después me uní a la Iglesia.

Si Dane no hubiese sido tan amigable conmigo ese día, posiblemente me habría ido de la capilla después de la reunión sacramental y me habría rendido, pensando que lo había intentado pero que la Iglesia no era para mí. Es muy importante ser amigables, pero ser un amigo representa más que solo ser corteses. El amor y el apoyo de los McCartney fueron importantes para mi conversión.

Eso fue hace catorce años. Desde entonces he servido una misión de tiempo completo, me he casado en el templo y he sido bendecido con cinco hijos maravillosos. También he servido como obispo y presidente de estaca. He conversado con miembros que dejan de asistir a la Iglesia ya que se sienten solos y no tienen amigos ahí. Mi corazón sufre por ellos. Desearía que alguien se hubiera acercado a ellos como los McCartney lo hicieron conmigo.

Agradezco al Padre Celestial que Dane me hermanara ese día. Espero que tengamos el valor de ser amigos de aquellos que están investigando la Iglesia, son nuevos en ella o están regresando.