2018
Al rescate
Junio de 2018


Al rescate

Por muchos años el hermano Alfredo Castro estuvo menos activo. Él es una persona de casi 70 años con el padecimiento de una enfermedad en sus extremidades que le impide caminar bien y flexionar los dedos de sus manos. En ocasiones ha estado en cama, y ha recibido las bendiciones del sacerdocio.

En la reorganización de la orientación familiar, dos hermanos del cuórum de élderes recibieron la asignación de visitar a dicho hermano. Le visitaron por meses. Se aseguraron de que asistiera a las actividades del cuórum tanto dentro de la capilla como en las actividades fuera de la Iglesia. Se aseguraron que asistiera cada día de reposo a la Iglesia y para ello pasaban cada día domingo por su casa para llevarlo a la capilla.

Pasaron los meses durante los cuales el hermano Castro se fue familiarizando con los miembros del cuórum de élderes, además en este tiempo compartió un mensaje en la reunión sacramental.

Hoy ya cerca de dos años de haber regresado a la Iglesia, el hermano Castro ya fue bendecido al poder hacer convenios en el templo. Su entusiasmo es tal que en ocasiones llega a pie a la Iglesia.

Siempre está dispuesto a asistir a la Iglesia, llega temprano y saluda a los hermanos con mucha alegría. Es un ejemplo de disposición a seguir a su Salvador, el Señor Jesucristo.

“Tantas cosas en la vida dependen de nuestra actitud. La forma en que escogemos ver las cosas y respondemos a los demás marca toda la diferencia” (Thomas S. Monson, “Vivamos la vida abundante”, Liahona, enero de 2012, pág. 4).

Esta experiencia se da como resultado de seguir la inspiración del programa de la orientación familiar, cuando los maestros orientadores deciden actuar en busca de los hijos de Dios.

“Recordad que el valor de las almas es grande a la vista de Dios” (D. y C. 18:10).