2018
Tres conceptos para recordar cuando sientas que estás quedándote atrás
Diciembre de 2018


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Tres conceptos para recordar cuando sientas que estás quedándote atrás

La autora vive en Nuevo México, EE. UU.

Todos queremos ser un poco mejores, pero es difícil saber por dónde empezar.

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Muchas veces me pregunto si mis esfuerzos por ser obediente satisfacen lo que a veces parecen normas imposibles de perfección. Siempre estoy pensando en cosas que podría hacer mejor, como dedicar más tiempo a leer las Escrituras o incluso practicar la autodisciplina cuando paso frente a los helados en la sección de los alimentos congelados.

Estos tal vez no parezcan problemas importantes, pero, ¿cómo puedo saber la forma de mejorar, especialmente cuando el helado de chocolate no es mi dificultad más grande? ¿Y qué diferencia real causará en mi vida una mayor obediencia?

El seguir a Jesucristo no se trata tanto de andar ocasionalmente a pasos agigantados como de desarrollar un progreso diario. Así lo enseñó el élder Larry R. Lawrence, de los Setenta: “Vinimos [al mundo] para aprender y mejorar hasta llegar a ser gradualmente santificados y perfeccionados en Cristo…

Al viajar por el sendero estrecho y angosto, el Espíritu nos invita continuamente a ser mejores y a ascender más alto”1.

Todo esfuerzo que hagamos por lograrlo mejorará nuestra vida A continuación, hay tres enfoques que me han ayudado a ser un poquito mejor día tras día:

1. El arrepentimiento diario

Del mismo modo en que no podemos alcanzar la perfección sin el Salvador y Su expiación, tampoco podemos mejorar la obediencia sin el arrepentimiento. Stephen W. Owen, Presidente General de los Hombres Jóvenes, enseñó: “Podemos intentar cambiar nuestro comportamiento por nosotros mismos, pero solo el Salvador puede quitar nuestras manchas y aligerar nuestras cargas, permitiéndonos seguir el camino de la obediencia con confianza y fortaleza”2. Si ves en ti un defecto que desees cambiar, llévalo ante el Señor por medio de la oración.

2. Prioriza con el Espíritu

El reconocer nuestros propios defectos puede ser abrumador; muchas veces no sé por dónde empezar. Podemos orar para saber lo que debemos cambiar en este preciso momento. El élder Lawrence dijo: “El Espíritu Santo en verdad brinda consejos personalizados; es un compañero absolutamente honesto y nos dirá cosas que nadie más sabe o tiene el valor de decir”3. Aunque no tenemos que esperar para recibir impresiones, el Espíritu puede ayudarnos a priorizar.

3. Incrementa tu confianza espiritual

Me asombra continuamente cuánto me bendice el Padre Celestial cuando trato de guardar los mandamientos; cada vez que elevo el nivel un poco más, siento un considerable aumento de paz y confianza. El presidente Russell M. Nelson prometió: “…a medida que sigan siendo obedientes… se les dará el conocimiento y la comprensión que buscan. Todas las bendiciones que el Señor tiene para ustedes, incluyendo los milagros, vendrán a continuación”4. Una mayor obediencia no solo te hará sentir mejor sobre ti mismo y tus decisiones, sino que también abrirá oportunidades para que el Señor te bendiga en formas que quizás no esperes.

El Padre Celestial conoce nuestro corazón y reconoce todo esfuerzo que hagamos por ser obedientes. Él no espera que seamos perfectos mañana mismo. El esfuerzo por ser un poco mejores cada día –ya sea en reducir la cantidad de golosinas o en pasar más tiempo con las Escrituras– nos ayudará a darnos cuenta de que todos los niveles de progreso son valiosos y alcanzables.

Notas

  1. Larry R. Lawrence, “¿Qué más me falta?”, Liahona, noviembre de 2015, pág. 33.

  2. Stephen W. Owen, “El arrepentimiento es siempre positivo”, Liahona, noviembre de 2017, pág. 48.

  3. Larry H. Lawrence, “¿Qué más me falta?”, pág. 34.

  4. Russell M. Nelson, “Revelación para la Iglesia, revelación para nuestras vidas”, Liahona, mayo de 2018, pág. 96.