2018
Agregar dones espirituales a tu lista de Navidad
Diciembre de 2018


Agregar dones DEL ESPÍRITU a tu lista de Navidad

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gifts of the Spirit

Ilustración por Josh Talbot.

Siempre he hecho un delicioso sándwich de queso fundido. Entre ese plato exquisito y unas cuantas recetas más, me mantuve vivo y funcionando a lo largo de mi misión y bien entrado a la edad adulta. Entonces me casé y tuvimos hijos, todos con diferentes gustos. ¡Necesitaba ampliar más mi menú!

Sin embargo, en las noches cuando me tocaba cocinar, preparar un nuevo plato era un desafío. Para empezar, normalmente disponía de poco tiempo en la noche. A pesar de que quería cocinar una variedad de comidas, siempre surgía algún problema. No podía encontrar los ingredientes suficientemente rápido o nos faltaban algunos. La mayoría de las veces cambiaba la cena que había planeado y hacía algo rápido y fácil.

Aun así, quería mejorar en ese aspecto. Decidí hacer algo que no había hecho antes. Oré para pedir un don espiritual determinado.

Un don, muchos usos

Específicamente, oré por el don de la organización. ¡Sí, organización! Ya teníamos un gabinete para las especias. Además, teníamos cajones para los utensilios de la cocina. No obstante, me parecía pasar más tiempo buscando materiales que cocinando.

Al orar regularmente por este don, comencé a recibir ideas específicas. Un especiero para colgar en la pared organizaría las especias y las mantendría a mano. Una barra magnética para la cocina (también colgada en la pared) podría almacenar los cuchillos y otros utensilios metálicos de la cocina. Estas ideas y otras, una vez establecidas, marcaron una gran diferencia en mis esfuerzos culinarios. ¿Necesitas tomillo? ¿Sal de ajo? ¿Ajo en polvo? ¡Yo me encargo!

Entonces sucedió algo interesante. Siguieron viniendo a mi mente muchas pequeñas ideas sobre maneras sencillas de organizar mejor otras áreas de mi vida. Por ejemplo, mi torre casera de tres niveles para la ropa sucia no llevará a mi familia a la tierra prometida, pero incluso Nefi hubiera apreciado la manera en que la construí, siguiendo las impresiones que me llegaron gradualmente.

El don espiritual de la organización ha mejorado mi vida y la vida de mi familia más de lo que me hubiera imaginado.

Todo porque lo pedí.

Muchos dones, pocos los que piden

El apóstol Pablo enseñó a los corintios sobre algunos de los diferentes dones espirituales disponibles, tales como la fe o la sanación (véase 1 Corintios 12:5–11). Después les instruyó “procurar los mejores dones” (1 Corintios 12:31).

Se nos instruye poner atención a los dones espirituales que veamos en los demás y luego pedirle a Dios que nos otorgue el mismo don. Nuestra esperanza al hacerlo debe ser para servir mejor a los demás y edificar el reino de Dios (véase D. y C. 46:26–29).

Hay muchos dones espirituales; muchos más de los que encontrarás en las Escrituras. La paciencia es un don espiritual, al igual que el optimismo, la valentía y ser un pacificador. El élder Larry R. Lawrence, de los Setenta enseñó: “A veces me imagino un almacén grande en el cielo, completamente lleno de dones espirituales disponibles para todos los santos que tienen fe para pedirlos. Lamentablemente, no hay muchos que los pidan, así que el almacén siempre los tiene en exceso”1.

El élder Lawrence describió a una amiga que decidió orar por el don de la caridad. Él relató la experiencia que ella tuvo: “Ella escribió: ‘durante varios meses he estado orando específicamente para tener mayor caridad… Gradualmente mi percepción por los demás ha cambiado… He comenzado a no solamente amar a las personas a mi alrededor, sino a disfrutarlos. Antes, mantuve mi distancia pero ahora estoy sinceramente interesada en cada persona’”.2

Tus dones, listos y a la espera

¡Los dones espirituales tienen mucho más valor que los físicos! De hecho, son los mejores dones. En las Escrituras se nos manda: “buscad diligentemente los mejores dones” (D. y C. 46:8).

Sean cuales fueren los regalos que esperas abrir en Navidad, intenta imaginar algunos de los “mejores dones” que también te esperan. Ya están “envueltos” y listos para bendecirte a ti y a quienes te rodean.

Así que, ve y pide.

Notas

  1. Larry R. Lawrence, “¿Why Not Ask?” (Devocional en la Universidad Brigham Young–Idaho, 13 de junio de 2017), byui.edu/devotionalsandspeeches.

  2. Larry R. Lawrence, “¿Why Not Ask?”