2019
Aumenten su capacidad espiritual para recibir revelación
Enero de 2019


Mensaje de Área

Aumenten su capacidad espiritual para recibir revelación

Ya hace más de nueve meses que escuché el título de este mensaje en la voz del presidente Nelson. Durante todo este tiempo, he reflexionado una y otra vez sobre esta frase.

Él nos da un consejo de cómo aumentar dicha capacidad: “Nada abre tanto los cielos como la combinación de:

  1. Mayor pureza

  2. Estricta obediencia

  3. Búsqueda diligente

  4. Deleitarse a diario en las palabras de Cristo en el Libro de Mormón

  5. Dedicar tiempo frecuente a la obra del templo y a la de historia familiar”1

Compartiré mis comentarios en cada una de estos puntos de esta hermosa combinación de acciones.

1. Mayor pureza

La palabra mayor sugiere a nuestra mente un plano más elevado. El logro de hoy no puede y no debe ser el mismo que el logro del pasado. No podemos estancarnos en el mismo nivel, mucho menos debemos retroceder.

Estamos empezando un nuevo año y las cosas pasadas han quedado atrás. Al aumentar nuestra pureza, iremos dejando atrás el hombre natural. Por ejemplo, si acaso estamos acostumbrados a la fea costumbre de no expresar nuestro amor por nuestro cónyuge, que este año podamos quitar de nuestra vida, de una vez y para siempre, esa costumbre y podamos decir cada día: “Te amo”.

Mis padres han sido un gran ejemplo en mi vida en cuanto a esté tema. Recientemente, cumplieron 68 años de feliz matrimonio. Ellos se han sobrepuesto a sus aflicciones y debilidades; su amor ha aumentado en cada uno de esos años. Ellos se han mantenido dignos de entrar al templo por muchos años. Mi mamá tiene 90 y mi papá 89; sin duda, ellos pueden decir: “Y aconteció que vivimos de una manera feliz”2.

2. Estricta obediencia

La palabra estricta suena muy fuerte. Sin embargo, es necesaria en estos tiempos en que el adversario se aprovecha del sentimiento de simpatía hacia las causas de las minorías y el de tolerancia hacia los que sufren discriminación. Usando las voces que piden una igualdad contranatural o un derecho mal entendido, atenta contra el sagrado poder de la procreación y, al mismo tiempo, minimiza las palabras sabias de los profetas modernos: “El ser hombre o el ser mujer es una característica esencial de la identidad y del propósito premortales, mortales y eternos de la persona”3.

También vemos cómo se deteriora la amistad y la hermandad cuando se abusa de las relaciones de confianza para promover inversiones y planes de negocios riesgosos o fraudulentos, alejándonos del consejo profético de evitar dichas situaciones4. A veces, queremos vivir en las costumbres de este mundo, copiando tradiciones ajenas al Evangelio, teniendo un pie en Sion y el otro en Babilonia, desestimando el consejo: “Apartaos de toda apariencia de mal”5.

Las voces de este mundo, nos llevan en forma imperceptible desde un lugar seguro, virtuoso e iluminado a la más profunda oscuridad, pasando por muchos tonos de grises.

Por ejemplo, se nos pidió un ayuno de 10 días de las redes sociales e inmediatamente empezamos a escuchar voces de excusa como “Es la forma en que me comunico con mi familia”, “Es solo una sugerencia, pero no un mandamiento”, etc. Asimismo, usando el razonamiento humano, empezamos a buscar la excepción, impugnamos la estricta obediencia, desechamos la simplicidad de la declaración profética y sin darnos cuenta damos un paso hacia dicha oscuridad.

3. Búsqueda diligente

Junto con la juventud actual, nos hemos acostumbrado a demandar una respuesta inmediata a nuestras preguntas, preocupaciones y búsquedas. Recuerdo unas preguntas de un joven: “¿Podría recibir en el templo una revelación sobre quién será mi esposa?”, “¿Cuál será su nombre, apellido?” y “¿En qué lugar la conoceré?”.

La revelación personal no funciona como una búsqueda en Internet o en nuestro teléfono inteligente, donde simplemente preguntamos y recibimos de manera inmediata la respuesta más popular que, incluso, no necesariamente es la más correcta; pero a veces preferimos la rapidez de la respuesta sobre la integridad de esta.

La revelación proviene del cielo y no de ningún dispositivo o sistema; proviene del lugar donde está el Creador y Su Hijo Unigénito. El Señor dice: “Y la luz que brilla, que os alumbra, viene por medio de aquel que ilumina vuestros ojos… la cual procede de la presencia de Dios para llenar la inmensidad del espacio”.6

Para mí, diligencia significa obrar con prontitud y exactitud. Es con diligencia que debemos buscar. Se nos ha enseñado cómo preguntar. Al preguntar debemos tener un plan para exponer, debemos escoger primeramente nuestra respuesta llevándola al Padre para recibir la confirmación y, después de todo ello, sentiremos de manera diferente si nuestra elección es apropiada o inapropiada.

Debemos hacer exactamente lo que se nos ha instruido y nuestra búsqueda será compensada con un sentimiento de aprobación de nuestras elecciones correctas.

4. El Libro de Mormón

Lo que se nos pide no es solamente leer el Libro de Mormón, sino buscar y leer las palabras de Cristo, hacerlo cada día y regocijarse en dicha acción.

Hace poco, escuchaba al presidente Nelson decir que su libro favorito es el Libro de Mormón y que dentro de ese compendio, 3 Nefi era muy especial para él. Luego, lo vi repasar de una manera dulce y reverente cada uno de los mensajes principales desde el capítulo 11 hasta el capítulo 30. Fue una poderosa enseñanza de cómo deleitarse con las enseñanzas del Salvador.

Me gustaría preguntar: ¿Estamos acostumbrados a llevar un diario? ¿Escribimos ahí diariamente? ¿Está nuestro testimonio de Jesucristo en dicho diario?

Pienso que la invitación es deleitarnos en las palabras del Salvador y que podamos decir: “Y hablamos de Cristo, nos regocijamos en Cristo, predicamos de Cristo, profetizamos de Cristo… para que nuestros hijos sepan a qué fuente han de acudir…”7.

5. Templo e historia familiar

Me llena de emoción ver el proceso de revelación en la obra de historia familiar y en la del templo. Ver la manera en que el Señor guía nuestra mente hacia la forma más precisa de buscar y encontrar a nuestros antepasados. Por ejemplo, en los pequeños detalles, como fijar en nuestra mente, por varios días, alguna idea, algún pueblo, algún nombre, alguna fecha y que después de estudiarlo en nuestra mente, descubrimos con gozo indescriptible que ellos pueden ser conectados en nuestro árbol familiar.

Aún recuerdo una experiencia al buscar a los antepasados de mi esposa. Al iniciar la búsqueda, solo sabíamos que mi suegro, que murió cuando mi esposa tenía 4 años, era hijo único y que no tenía más familia que sus padres.

Con el tiempo descubrimos que él es parte de una hermosa familia de 10 hermanos y hermanas, algunos que murieron en la infancia, pero otros crearon familias grandes. El gozo fue completo cuando llevamos esos nombres al templo y realizamos sus ordenanzas.

El silbo apacible de la revelación se hace más poderoso cuando nos involucramos en la obra del templo e historia familiar.

Busquemos aumentar nuestra capacidad espiritual de recibir revelación, día tras día, mes tras mes, año tras año, porque “la senda de los justos es como la luz resplandeciente que va en aumento hasta que el día es perfecto”8.

Referencias

  1. Russell M. Nelson, “Revelación para la Iglesia, revelación para nuestras vidas”, Liahona, mayo de 2018, 93.

  2. 2 Nefi 5:27.

  3. La Familia: una Proclamación para el Mundo. 23 de septiembre de 1995.

  4. Carta de la Primera Presidencia. 7 de marzo de 2013.

  5. 1 Tesalonicenses 5:22.

  6. Doctrina y Convenios 88:11–12.

  7. 2 Nefi 25:26.

  8. Proverbios 4:18.