Febrero: Jesucristo es mi Salvador y Redentor

"Febrero: Jesucristo es mi Salvador y Redentor," Bosquejo de la Presentación por los niños en la reunión sacramental y del Tiempo para compartir 2010, (2009),


Complemente las ideas que aquí se brindan con algunas propias. Planifique formas de identificar la doctrina para los niños y ayudarles a comprenderla y aplicarla en su vida. Pregúntese: “¿Qué harán los niños para aprender y cómo puedo ayudarles a sentir el Espíritu?”.

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).

Semana 1: Jesucristo es mi Salvador y Redentor.

Promueva el entendimiento (ver láminas y leer pasajes de las Escrituras): Coloque láminas de la Última Cena, de Cristo en Getsemaní, de la Crucifixión y de la Resurrección alrededor del aula. Señale las láminas y diga a los niños que estos son acontecimientos en la última semana de la vida del Salvador. Indique a los niños que les va a leer un pasaje de las Escrituras que corresponde con una de las láminas y pídales que piensen en silencio cuál lámina corresponde con el pasaje de las Escrituras. Lea Lucas 22:13–14, 19–20. Pida a todos que se pongan de pie y que se paren frente a la lámina correspondiente. Hablen sobre lo que está sucediendo en la lámina. Repita con las otras láminas (Getsemaní: Lucas 22:39–44; Crucifixión: Lucas 23:33–34, 46; Resurrección: Juan 20:11–18). Canten una canción tal como “Mandó a Su Hijo” (CN, págs. 20–21) o “Dios vive” (CN, pág. 8). Testifique que Jesús murió por nosotros para que podamos vivir nuevamente con nuestro Padre Celestial.

Semanas 2 y 3: Por medio de la expiación de Jesucristo, todo el género humano puede salvarse.

Identifique la doctrina (memorizar un artículo de fe): Escriba el tercer artículo de fe en la pizarra e invite a los niños a repetirlo junto con usted unas cuantas veces. Explique brevemente cualquier palabra que los niños no comprendan. (Por ejemplo, la Expiación es lo que Jesús hizo para hacer posible que nos arrepintamos y regresemos con Dios). Borre una o dos palabras y repítanlo nuevamente. Continúen repitiendo a fin de ayudar a los niños a memorizarlo.

Promueva el entendimiento (actuar una historia): Relate la siguiente historia e invite a los niños a ponerse de pie y a actuarla junto con usted. “Un hombre iba caminando por un sendero (caminar en su lugar). Cayó dentro de un agujero profundo (sentarse). Intentó salir una y otra vez, pero no pudo (hacer de cuenta que se trata de salir). Pidió auxilio (pedir auxilio calladamente). Otro hombre iba caminando por el mismo sendero y escuchó al hombre que pedía auxilio (pedir auxilio calladamente de nuevo). Bajó una escalera al agujero y el hombre subió por la escalera y salió del agujero (hacer de cuenta que se va subiendo por una escalera). El hombre se salvó”. Analicen cómo se debió haber sentido el hombre cuando estaba en el agujero y luego cuando lo rescataron. Diga a los niños que cuando hacemos algo malo o cometemos un pecado, es como caer en un agujero profundo del cual no podemos salir por nuestra propia cuenta. Muestre una lámina de Jesús y diga a los niños que de la misma forma en que alguien ayudó al hombre a salir del agujero, Jesucristo nos puede ayudar y salvar para que podamos regresar a vivir con nuestro Padre Celestial nuevamente.

Fomente la aplicación de la doctrina (leer y analizar un pasaje de las Escrituras): Invite a los niños a leer Alma 7:11–12 y a mencionar lo que Jesús ha hecho por nosotros. Pida a unos cuantos niños que compartan lo que hayan descubierto. Diga a los niños que Jesús nos comprende cuando nos sentimos dolidos, tristes, asustados o enfermos, y que nos puede ayudar a vencer estas cosas. Escriba las siguientes declaraciones en la pizarra:

Estoy agradecido por el Salvador porque .

El Salvador me ayudará a .

Invite a unos cuantos niños a compartir la forma en que completarían estas oraciones, o pida a todos los niños que compartan sus respuestas con la persona que esté sentada a su lado.

Promueva el entendimiento (repasar relatos de las Escrituras): Diga a los niños que hay muchos relatos en las Escrituras de personas que fueron bendecidas gracias a la Expiación. Cuénteles algunos de estos relatos. Entre algunos relatos posibles se encuentra el de Alma, hijo (véase Alma 36:5–27), Pablo (véase Hechos 8:1–3; 9:1–20) y Enós (véase Enós 1:1–8). Después de contar uno de los relatos, repáselo con los niños. Con una hoja de papel haga una pequeña bola y láncela a uno de los niños; luego pídale que diga algo sobre el relato. Pida al niño que le tire de regreso la bola de papel. Continúe hasta que los niños hayan mencionado la mayoría de los detalles importantes del relato. Dé su testimonio de la Expiación.

Semana 4: Jesucristo resucitó y yo también resucitaré.

Promueva el entendimiento (ver láminas y jugar juego de adivinanzas): Divida a los niños en grupos y dé a cada grupo una lámina de un acontecimiento que se relacione con la Resurrección (por ejemplo, podría utilizar láminas de la Crucifixión, la sepultura de Cristo, la tumba vacía, María y el Señor resucitado, y Jesús mostrando Sus heridas a Sus discípulos). Dígales que no permitan que los otros grupos vean su lámina. Pida a cada grupo que dé unas cuantas pistas que ayuden a los otros niños a adivinar lo que está sucediendo en la lámina. Cuando adivinen correctamente, muestre la lámina a los otros grupos. Explique que debido a que Jesucristo resucitó, todos resucitaremos.

Ayudas para el líder de la música

A fin de ayudar a los niños a aprender “Mandó a Su Hijo” (CN, págs. 20–21), considere lo siguiente:

  • A medida que canten, pida a los niños que cuenten con los dedos cuántas veces cantan las palabras “Mandó a Su Hijo”, o pídales que se pongan de pie cuando canten las preguntas y que se sienten cuando canten las respuestas.

  • Divida a los niños en dos grupos y pida a un grupo que cante las preguntas de la canción y al otro que cante las respuestas.

Canción: “Mandó a Su Hijo”

(CN, págs. 20–21)

El aprendizaje por medio del movimiento

Los niños aprenderán mejor y recordarán por más tiempo cuando participen por medio del movimiento físico.

A los niños les gusta participar en el aprendizaje.

A medida que planifique sus tiempos para compartir, considere maneras de incluir a más niños en las actividades de aprendizaje. Por ejemplo, en esta actividad se incluye a un grupo pequeño de niños en vez de sólo a uno o dos.

Consejo práctico: Los niños comprenderán las doctrinas mejor cuando se relacionen con algo que ya saben. Al comenzar cada lección, repase la doctrina que se haya enseñado la semana anterior y relaciónela con las verdades que se enseñarán ese día.

Consejo práctico: Los niños aprenden por medio del movimiento y la actividad. Permítales participar mientras usted cuente el relato, para lo cual podrían realizar acciones y movimientos sencillos. Después de realizar una actividad, puede ayudarlos a prepararse para el siguiente momento de aprendizaje al concluir la actividad o juego de forma reverente. Por ejemplo, pida a los niños que canten unas cuantas líneas de una canción lentamente, o separe las manos enfrente de usted e invite a los niños a observarla mientras canten. Entre más cerca tenga las manos, más bajito deben cantar. Agradézcales su reverencia.