29: La familia eterna

SACERDOCIO AARONICO Manual 1, (2002), 108–110


OBJETIVO

Que los jóvenes reconozcan la necesidad de colaborar para que su familia llegue a ser una familia eterna.

PREPARACION

  1. 1.

    Materiales necesarios:

    1. a.

      Libros canónicos para cada uno de los jóvenes.

    2. b.

      Una copia del himno “Soy un hijo de Dios” {Himnos, 196).

    3. c.

      Lápiz y papel para cada uno de los jóvenes.

    4. d.

      Lápices para marcar las Escrituras.

  2. 2.

    Corte tres círculos grandes de papel y escriba en cada uno de ellos una de las siguientes declaraciones:

    three circles

SUGERENCIAS PARA EL DESARROLLO DE LA LECCION

La vida familiar antes del nacimiento

Análisis de pasajes de las Escrituras

Pegue con cinta engomada, en la parte superior izquierda de la pizarra, el círculo con la leyenda: “La vida familiar antes del nacimiento”.

  • ¿Dónde vivíamos antes de nacer aquí en la tierra?

Para que los jóvenes respondan con más facilidad, pídales que lean en voz alta y analicen los siguientes pasajes de las Escrituras: Hechos 17:28-29, Hebreos 12:9 y Doctrina y Convenios 76:24. Sugiérales que marquen estos versículos en sus ejemplares de las Escrituras. Quizás deseen también correlacionarlos.

  • ¿Quién es el padre de nuestros espíritus? (Somos hijos e hijas espirituales de Dios. El es el Padre de nuestros espíritus.)

A medida que los jóvenes respondan, escriba sus respuestas en la pizarra bajo el círculo “La vida familiar antes del nacimiento”. Haga hincapié en el hecho de que Dios el Padre es el Padre de nuestros espíritus y es nuestro Padre Celestial. Vivíamos con El antes de nuestro nacimiento y recibíamos instrucción de El antes de venir a esta tierra.

Cita y análisis

Pida a uno de los jóvenes que lea la siguiente declaración hecha por el presidente Brigham Young, en la que explica el parentesco que tenemos con nuestro Padre Celestial.

“Quisiera comunicaros a todos y a cada uno de vosotros, que nuestro Padre Celestial os conoce..., que no hay ningún alma que no haya vivido con El en Su morada año tras año, y aunque ahora os esforcéis por conocerle, la verdad es que habéis olvidado lo que ya conocíais.

“No hay persona alguna presente aquí hoy que no sea hijo o hija de ese Ser” (Discourses of Brigham Young, seleccionados por John A. Widtsoe, Salt Lake City: Deseret Book Company, 1954, pág. 50).

  • Aparte de sus padres terrenales, ¿de quién son también hijos? (De nuestro Padre Celestial.)

Haga hincapié en la importancia que tiene recordar siempre que son hijos de Dios.

  • ¿Cómo piensan que era vivir con nuestro Padre Celestial?

Cita

Lea la siguiente declaración del presidente Harold B. Lee en la que explica quiénes somos:

“Sois todos hijos de Dios. Vuestros espíritus fueron creados y vivieron como inteligencias organizadas antes de que el mundo fuese. Habéis recibido la bendición de tener un cuerpo físico por vuestra obediencia a ciertos mandamientos en ese estado preterrenal; habéis nacido en el seno de una familia, en una nación determinada...

“Os ruego que os repitáis una y otra vez lo que la Primaria ha enseñado a los niños a cantar: ‘Soy un hijo de Dios’; y que al hacerlo comencéis hoy a acercaros más a los ideales que os harán la vida más feliz y fructífera, como consecuencia de haberos despertado a la realidad de lo que sois” (“Comprender quiénes somos nos induce a sentir el autorrespeto que nos debemos”, Liahona, junio de 1974, págs. 34, 36.)

Actividad

Dé a cada uno de los jóvenes una hojita de papel y un lápiz. Solicíteles que escriban lo siguiente: “Nunca debo olvidar que soy un hijo de Dios”. Sugiérales que lo utilicen como un marcador de libros cuando lean las Escrituras.

Análisis

  • Nos es posible ser como nuestros padres terrenales, pero ¿qué significa parecerse a nuestros Padres Celestiales? (Llevar la clase de vida que nuestros Padres Celestiales desean que llevemos y hacer lo que ellos harían.)

  • ¿Por qué es importante saber que somos hijos de Dios? (El ser conscientes de ello nos da la fortaleza que necesitamos para seguir a Dios y ser como El.)

  • ¿En qué forma es útil para nuestras familias ese conocimiento? (Debería sernos útil para recordar que nuestros hermanos y hermanas son hijos de Dios. Nos puede ayudar a tratar a cada miembro de nuestra familia de una manera mejor a medida que nos esforzamos como familia por regresar a la presencia de nuestro Padre Celestial.)

La vida familiar aquí en la tierra

Análisis

Ponga en el centro superior de la pizarra el círculo con la inscripción: “La vida familiar aquí en la tierra”.

  • ¿Por qué dejamos a nuestro Padre Celestial para venir a la tierra? (Para adquirir un cuerpo, aprender cosas nuevas, desarrollar la fe en Jesucristo, y por medio de esa fe llegar a ser dignos de volver a vivir con nuestro Padre Celestial.)

Pida a uno de los jóvenes que recite la letra del himno de la Primaria “Soy un hijo de Dios”. Si nadie la puede recordar de memoria, pida a uno de ellos que la lea del himnario.

  • ¿Por qué creen que nuestro Padre Celestial nos organizó como familias? (Para que aprendiéramos y progresáramos.)

Cita y análisis

Pida a uno de los jóvenes que lea la siguiente cita:

“Tengo tan sólo un deseo para los jóvenes de la Iglesia, y es que sean felices. No conozco ningún otro lugar más que el hogar donde puedan encontrar la felicidad verdadera en esta vida. Es posible hacer del hogar un pedacito de cielo; ciertamente imagino al cielo como la continuación del hogar ideal” (David O. McKay, “Temple Marriage”, Improvement Era, octubre de 1948, pág. 618).

  • ¿Qué podemos hacer para que nuestro hogar sea un lugar ideal? (Vivir el evangelio, esforzarnos por que los demás miembros de la familia también lo vivan, ser bondadosos con nuestros hermanos y hermanas, obedecer a nuestros padres.)

Análisis

  • ¿Qué debemos hacer en la tierra para llegar a ser parte de una familia eterna?

Escriba las respuestas de los jóvenes en la pizarra bajo el círculo con la inscripción: “La vida familiar aquí en la tierra”. Entre sus respuestas se deben incluir las siguientes:

  1. 1.

    Creer que podemos tener una familia eterna.

  2. 2.

    Tener fe en Jesucristo.

  3. 3.

    Arrepentimos de nuestros pecados.

  4. 4.

    Ser bautizados en la Iglesia verdadera.

  5. 5.

    Recibir el Espíritu Santo.

  6. 6.

    Recibir el sacerdocio [los miembros varones] y honrarlo.

  7. 7.

    Ser sellados con nuestra familia en el templo.

  8. 8.

    Obedecer los mandamientos del Señor.

Presentación a cargo del asesor

Explique que a medida que vivimos con nuestras familias aquí en la tierra, cada uno de nosotros debemos esforzarnos todos los días por obedecer y seguir a Cristo, y ayudar a los demás miembros de la familia a hacer lo mismo. Comparada con la eternidad, la vida terrenal es sumamente corta; sin embargo, es en ese corto tiempo que se determina mayormente lo que haremos en la eternidad.

La vida familiar en el reino celestial

Análisis de pasaje de las Escrituras

En la parte superior derecha de la pizarra coloque el círculo con la inscripción: “La vida familiar en el reino celestial”.

  • ¿Cómo piensan que será el reino celestial?

Indíqueles que José Smith hizo esa misma pregunta y el Señor le contestó por medio de una visión. Solicite a los jóvenes que busquen en Doctrina y Convenios 137:4-5 la visión que José Smith tuvo del reino celestial, y luego que marquen estos pasajes en sus ejemplares de las Escrituras. Pida a uno de ellos que lea el versículo cuatro.

  • ¿Cuál es el lugar más hermoso en el que han estado?

Haga hincapié en el hecho de que el reino celestial será más glorioso y hermoso que cualquier lugar que haya aquí en la tierra.

Pida a otro joven que lea el versículo cinco.

  • ¿A quién vio José Smith? (A su hermano Alvin y a sus padres.)

Haga que los diáconos comprendan lo feliz que José Smith debe de haberse sentido al saber que sus padres y su hermano Alvin estarían juntos en el reino celestial. El supo que si vivían un vida recta, podrían estar juntos eternamente como familia en el reino celestial.

Explique que en el reino celestial todos los jóvenes pueden tener esa oportunidad de formar parte de una familia, junto a nuestro Padre Celestial.

Conclusión

Testimonio

Exprese su testimonio de que nuestro Padre Celestial vive y que los ama a todos, y que cada uno de ellos es un hijo literal de El. Aclare que si tenemos fe en Jesucristo y seguimos Sus enseñanzas, el Salvador nos ayudará a regresar al lado de nuestro Padre Celestial, junto con nuestras respectivas familias. Testifique que en el mundo venidero podemos vivir como familias exaltadas en la presencia de nuestro Padre Celestial.

Cometido

Recuerde a los jóvenes las hojitas de papel en las que escribieron: “Nunca debo olvidar que soy un hijo de Dios”.

Instelos a recordar siempre que son hijos de Dios y a esforzarse durante la semana entrante por superar cualquier problema específico que tengan, para lograr que ellos y sus respectivas familias se acerquen más a nuestro Padre Celestial.