Instituto
Capítulo 13: 2 Nefi 28–30


Capítulo 13

2 Nefi 28–30

Introducción

En 2 Nefi 28, se exponen más a fondo algunos de los temas y las enseñanzas que se presentaron por primera vez en 2 Nefi 26. Nefi señaló algunas de las enseñanzas y creencias falsas que proliferan en los últimos días, y después nos enseñó lo que debemos hacer para evitar ser engañados. Al leer 2 Nefi 29, procure encontrar las formas en que la obra maravillosa de sacar a luz el Libro de Mormón y la Restauración nos ayudará a vencer las doctrinas e iglesias falsas y el orgullo en los últimos días. A lo largo de su estudio, determine cuáles son las características del pueblo del convenio de Dios y las bendiciones que le llegarán a éste en la medida en que se arrepienta y sirva a Dios en rectitud.

Comentario

2 Nefi 28:1. “El Espíritu me ha constreñido”

  • Nefi se sintió “constreñido” por el Espíritu a registrar sus profecías de los últimos días. La palabra constreñido significa compelido u obligado por necesidad a hacer algo. Hay otros ejemplos de casos de ser constreñido por el Espíritu (véanse 1 Nefi 4:10; Alma 14:11; 4 Nefi 1:48; D. y C. 63:64).

2 Nefi 28:2. Este libro será “de gran valor”

  • El libro que se menciona en 2 Nefi 28:2 es el Libro de Mormón, y es el mismo libro al que Nefi se refirió en 2 Nefi 26–27, 29. Nefi dijo que el libró será “de gran valor” para nosotros a causa de las condiciones de los últimos días. El presidente Ezra Taft Benson (1899–1994) nos enseñó a reconocer el gran valor del Libro de Mormón:

    “Todos los principales escritores del Libro de Mormón testificaron que escribían para generaciones futuras…

    “Si ellos vieron nuestros días, y eligieron aquellas cosas que serían de máximo valor para nosotros, ¿no es eso suficiente razón para estudiar el Libro de Mormón? Constantemente deberíamos preguntarnos: ‘¿Por qué inspiró el Señor a Mormón (o a Moroni o a Alma) para que incluyera esto en su registro? ¿Qué lección puedo aprender de esto que me ayude a vivir en esta época?’…

    “…En el Libro de Mormón encontramos lecciones para enfrentar la persecución y la apostasía. Aprendemos mucho sobre cómo hacer la obra misional. Y más que [en cualquier otra parte], en el Libro de Mormón vemos los peligros del materialismo y de poner nuestro corazón en las cosas del mundo. ¿Puede alguien dudar que este libro sea para nosotros y que en él encontremos gran poder, consuelo y protección?” (Liahona, enero de 1987, págs. 4, 6).

2 Nefi 28:6–9.
Imagen
Dominio de las Escrituras
“Falsas, vanas e insensatas doctrinas”

  • Nefi dejó al descubierto algunas de las “falsas, vanas e insensatas doctrinas” que promueve Satanás y que seguirá usando (2 Nefi 28:9). Cada una de las frases que aparecen en 2 Nefi 28:6–9 comunica una filosofía peligrosa en lo que atañe a lo espiritual. Los profetas modernos han señalado estas ideas y se han pronunciado en contra de ellas:

    “Comed, bebed y divertíos, porque mañana moriremos” (versículo 7). El élder Neal A. Maxwell (1926–2004), del Quórum de los Doce Apóstoles, nos advirtió que tengamos cuidado con esta actitud:

    Imagen
    Nefitas inicuos

    Jerry Thompson, © IRI

    “La filosofía de la prodigalidad ritual es ‘comed, bebed y divertíos… [y] Dios nos dará algunos azotes’ (2 Nefi 28:8). Éste es un concepto cínico y superficial de Dios, de la vida y de nosotros mismos. Dios nunca nos ‘justificará la comisión de unos cuantos pecados’ (versículo 8). ¡Él es el Dios del universo, no un juez del montón con quien podemos discutir y negociar!

    “¡Claro que Dios está dispuesto a perdonar! Pero Él conoce la intención de nuestro corazón y también lo bueno que hayamos podido hacer mientras fuimos desertores. De todos modos, lo que otros hacen no es excusa para el discípulo a quien mucho se requiere (véase Alma 39:4). Además, en el camino estrecho y angosto no hay atajos (D. y C. 82:3)” (véase Liahona, enero de 1989, pág. 37).

    “Dios… justificará la comisión de unos cuantos pecados” (versículo 8). Doctrina y Convenios lo deja claro: “Porque yo, el Señor, no puedo considerar el pecado con el más mínimo grado de tolerancia. No obstante, el que se arrepienta y cumpla los mandamientos del Señor será perdonado” (D. y C. 1:31–32).

    El élder Dallin H. Oaks, del Quórum de los Doce Apóstoles, habló sobre lo insensato que es pensar que estamos en mejor posición porque hemos tenido la experiencia de pecar: “La idea de que es más ventajosa la posición de la persona que ha pecado y que se ha arrepentido es una mentira diabólica del adversario. ¿Acaso alguno de los presentes cree realmente que es mejor aprender en carne propia que determinado golpe le quebrará un hueso o que cierta mezcla de substancias químicas explotará y le quemará la piel? ¿Estaremos mejor después de lesionarnos de esa manera y sanar? Creo que todos podemos darnos cuenta de que es mejor hacer caso a las advertencias de las personas que con sabiduría conocen de qué forma se verán afectados nuestros cuerpos” (“Sin and Suffering”, en Brigham Young University 1989–90 Devotional and Fireside Speeches, 1990, pág. 151).

    “Mentid un poco” (versículo 8). El presidente Gordon B. Hinckley (1910–2008) nos instó a resistir la tentación de mentir un poco: “Nefi describe exactamente a la gente de su época y a la vez describe a muchos de la actualidad. Qué fácil es decir: ‘Creemos en ser honrados, verídicos, castos, benevolentes’ (Artículos de Fe 1:13), pero qué difícil es para muchos resistir la tentación de mentir un poco, engañar un poco, robar un poco, levantar falso testimonio al hablar con chismes de otras personas. Elevémonos por encima de eso… Seamos fuertes en la sencilla virtud de la honestidad” (Liahona, enero de 1993, pág. 62).

    “Dios nos dará algunos azotes, y al fin nos salvaremos” (versículo 8). El presidente James E. Faust (1920–2007), de la Primera Presidencia, habló en contra de esta falsa noción:

    “[Un engaño] es lo que algunos erróneamente llaman el ‘arrepentimiento premeditado’. No existe tal doctrina en esta Iglesia. Puede sonar sutilmente atractivo, pero, de hecho, es un concepto pernicioso y falso. Su objetivo es persuadirnos a transgredir consciente y deliberadamente con la idea preconcebida de que un arrepentimiento rápido nos permitirá disfrutar de las bendiciones plenas del Evangelio, tales como las bendiciones del templo o de una misión. El verdadero arrepentimiento puede constituir un proceso largo y doloroso. Esa falsa doctrina fue prevista por Nefi:

    “‘Y también habrá muchos que dirán: Comed, bebed y divertíos; no obstante, temed a Dios, pues él justificará la comisión de unos cuantos pecados… en esto no hay mal; y haced todas estas cosas, porque mañana moriremos; y si es que somos culpables, Dios nos dará algunos azotes, y al fin nos salvaremos en el reino de Dios’ [2 Nefi 28:8].

    “…debemos recibir todos nuestros convenios no sólo por medio de ordenanzas, sino que, para que sean eternos, también deben ser sellados por el Santo Espíritu de la Promesa. Se da esa aprobación divina a nuestras ordenanzas y convenios solamente si somos fieles. La idea falsa del así llamado arrepentimiento premeditado conlleva un elemento de engaño, pero no se puede engañar al Santo Espíritu de la Promesa” (Liahona, enero de 2001, pág. 56).

2 Nefi 28:19–22. Las estrategias del diablo

  • Así como antes Nefi señaló algunas doctrinas falsas que Satanás promueve, también indicó algunas de las estrategias que promueven “el reino del diablo” (2 Nefi 28:19). Los profetas y apóstoles de la actualidad siguen señalando las tácticas que emplea Satanás. El obispo Richard C. Edgley, del Obispado Presidente, nos advirtió de la naturaleza real de los ataques del adversario:

    “Hemos… recibido advertencias muy específicas en cuanto al poder, la influencia y la determinación de Satanás. Hace más de dos mil quinientos años Nefi profetizó las pruebas y la turbulencia que enfrentarían ustedes. Todos conocen el pasaje de las Escrituras, que se encuentra en el capítulo 28 de 2 Nefi: [2 Nefi 28:20–21]

    “Creo que este pasaje es verdadero. Creo que ésta es la época, y que ustedes son el blanco. En general, Satanás ha progresado muchísimo en el establecimiento y el fomento de su sistema de valores, que se basa en el hijo del hombre y no en el Hijo de Dios: ‘Comed, bebed y divertíos, porque mañana moriremos’ (2 Nefi 28:7) y ‘no hay infierno’ (2 Nefi 28:22). Su sistema de valores se basa en el egoísmo, la falta de moderación y la satisfacción inmediata. Y así vemos que personas de la edad de ustedes constantemente toman decisiones devastadoras. Vemos culturas infestadas de drogas, sexo, alcohol, pornografía, holgazanería y muchas otras prácticas destructivas para el espíritu. Pero ustedes no tienen por qué ser así.

    “El presidente Gordon B. Hinckley nos ha advertido y suplicado: ‘Deseo decirles con el lenguaje más fuerte del que soy capaz que se mantengan alejados de la iniquidad moral. Ustedes saben lo que está bien y lo que está mal. No pueden valerse de la ignorancia como excusa de una conducta inaceptable…

    “‘Les suplico, mis queridos y jóvenes amigos, que eviten tal comportamiento. No será fácil. Requerirá autodisciplina… Necesitan la fortaleza que proviene de la oración’ (“A los hombres del sacerdocio”, Liahona, noviembre de 2002, pág. 59)” (“Becoming You”, charla fogonera para los jóvenes adultos, 3 de noviembre de 2002, pág. 4, www.ldsces.org).

    “Serán movidos a cólera” (2 Nefi 28:19). El élder Marvin J. Ashton (1915–1994), del Quórum de los Doce Apóstoles, describió el peligro que surge de ceder cuando Satanás nos tienta a aprovecharnos unos de otros:

    “No es de extrañar en absoluto que una de las tácticas del adversario en los últimos días sea fomentar el odio entre los hijos de los hombres. A él le complace ver que nos critiquemos unos a otros, que nos burlemos o nos aprovechemos de las faltas que vemos en nuestro prójimo y que en general nos molestemos mutuamente. El Libro de Mormón indica claramente el origen del cual proceden siempre el enojo, la malicia, la codicia y el odio.

    “…Basándonos en lo que constantemente vemos reflejado en los medios de comunicación, parece que Satanás sabe hacer bien su trabajo. Con la excusa de informar al público de las noticias, se nos somete a escenas crudas que muestran —casi siempre a todo color— la codicia, la extorsión, los crímenes de violencia sexual y los insultos entre hombres de negocios y entre los adversarios deportivos y políticos” (véase Liahona, julio de 1992, pág. 21).

    “Los pacificará y los adormecerá con seguridad carnal” (2 Nefi 28:21). El obispo Richard C. Edgley hizo un comentario acerca de los deseos carnales tan prevalentes en el mundo de hoy en día: “Nefi tilda estas técnicas [las de Satanás] de pacificadoras, lisonjeras y seductoras cuando el adversario dice que ‘todo va bien’ (2 Nefi 28:21–22). Entre otras cosas, Satanás desea que en nuestros morrales metamos todas las formas de inmoralidad, incluyendo el ver pornografía, o un lenguaje, vestimenta y comportamiento inapropiados. Pero tales maldades acarrean angustia emocional, pérdida de espiritualidad y de respeto propio, pérdida de la oportunidad de hacer una misión o de casarse en el templo, y a veces ocasionan incluso embarazos no deseados. Satanás desea que metamos drogas, alcohol y tabaco en nuestros morrales para así esclavizarnos” (véase Liahona, enero de 2001, pág. 53).

    “No hay infierno; y… Yo no soy el diablo, porque no lo hay” (2 Nefi 28:22). Una de las mentiras más grandes que se ha perpetuado es la de que el diablo no existe. El presidente Marion G. Romney (1897–1988), de la Primera Presidencia, aseveró que Satanás es real, mediante este testimonio:

    “Un corolario de la perniciosa falsedad de que Dios está muerto es la doctrina igualmente perniciosa de que no hay diablo. Satanás mismo es el padre de ambas mentiras, y creerlas es ponernos en sus manos. Esta sumisión siempre ha llevado, lleva actualmente y continuará llevando a los hombres a la destrucción.

    “Los Santos de los Últimos Días saben que hay un Dios, y con la misma certeza, saben que Satanás vive, que es un poderoso personaje de espíritu, el archienemigo de Dios, del hombre y de la rectitud.

    “La realidad de la existencia de Dios y del diablo está establecida de forma concluyente por medio de las Escrituras y la experiencia humana” (véase Liahona, octubre de 1971, pág. 31).

2 Nefi 28:28–30. “Ay del que diga:… ya tenemos suficiente” Escritura

  • Nefi señaló que cuando el Libro de Mormón saliera a luz para confundir las doctrinas y filosofías falsas que se mencionan en 2 Nefi 28, muchos estarían “enojados a causa de la verdad de Dios” y dirían: “No necesitamos más de la palabra de Dios, porque ya tenemos suficiente” (versículos 28–29). Afirmar algo así cierra los cielos, descarta la necesidad de tener profetas vivientes y niega el poder del Espíritu Santo. Nefi advirtió lo siguiente a quienes alimenten una actitud así: “Les será quitado aun lo que tuvieren” (versículo 30).

    Imagen
    La Biblia y el Libro de Mormón testifican de Cristo

    Greg K. Olsen, © 1990 IRI

    El profeta José Smith (1805–1844) explicó las insuficiencias de la Biblia: “Desde el principio se ha dado al hombre mucha instrucción que actualmente no poseemos… Algunos de nuestros amigos… tienen la audacia de decir que en la Biblia tenemos por escrito todo lo que Dios ha dicho al hombre desde el principio del mundo… ¿Les corresponde a las personas que nunca han tenido la fe suficiente para invocar del cielo ni siquiera un poquito de revelación, y que todo lo que tienen se lo deben a la fe de otro pueblo que vivió cientos y miles de años antes, les corresponde a ellas decidir cuánto ya ha dicho Dios y cuánto no?… En ninguna parte de ese tomo dice por boca de Dios que Él, después de haber dado lo que allí se tiene, no volvería a hablar” (History of the Church, tomo II, pág. 18).

  • El decir que el Señor “no puede hablar” hoy como lo hizo en épocas pasadas sería imponerle limitaciones a Dios. El presidente James E. Faust explicó la necesidad de tener revelación moderna: “¿Nos ama Dios menos a nosotros que a aquellos que eran guiados por los profetas de la antigüedad? ¿Precisamos menos Su guía e instrucción? La razón nos sugiere que no puede ser así. ¿Acaso no se preocupa? ¿Ha perdido la voz? ¿Se ha ido de vacaciones permanentes? ¿Estará dormido? La irracionalidad de cada una de estas sugerencias es evidente” (véase Liahona, julio de 1980, pág. 19).

2 Nefi 29:2. El Libro de Mormón resonará

  • El presidente Ezra Taft Benson proclamó que los miembros de la Iglesia deben declarar en forma activa las verdades de la Restauración. Al hacerlo, somos los que “hacen resonar” Sus palabras, como se explica en 2 Nefi 29:2–3:

    “Nuestra principal tarea es declarar el Evangelio, y hacerlo eficazmente, pero no tenemos la obligación de contestar todas las objeciones. Llega el momento en el cual todo hombre cuenta únicamente con el respaldo de la fe, y entonces es cuando debe tomar una posición definitiva…

    “El Libro de Mormón debe utilizarse como ‘estandarte a los de mi pueblo que son de la casa de Israel’, dice el Señor, y sus palabras ‘resonarán hasta los extremos de la tierra’. (2 Nefi 29:2.) Nosotros, los miembros de la Iglesia, y especialmente los misioneros, debemos hacer resonar esas palabras, y ser quienes proclamemos y testifiquemos del Libro de Mormón hasta los confines de la tierra.

    “El Libro de Mormón es el gran estandarte que debemos utilizar… El Libro de Mormón es el gran descubridor del contacto de oro. No contiene cosas que ‘agradan al mundo’ (1 Nefi 6:5)… Es un gran tamiz” (véase Liahona, agosto de 1975, pág. 41).

  • El presidente Gordon B. Hinckley compartió el siguiente ejemplo de cómo el Libro de Mormón cambió para siempre una vida:

    “[El Libro de Mormón] ha conmovido el alma de millones de personas que lo han leído con oración y que han meditado sus palabras. Permítanme contarles de una de esas personas a la que hace poco conocí en Europa.

    “Era un hombre de negocios, que había tenido un gran éxito en sus emprendimientos. En uno de sus viajes, conoció a dos de nuestros misioneros; éstos procuraban concertar una hora para enseñarle, pero él postergaba la ocasión hasta que por fin accedió a escuchar. Aceptó algo superficialmente lo que le dijeron; se convenció intelectualmente de que decían la verdad, pero su corazón no se conmovió.

    “Resolvió que leería el Libro de Mormón. Dijo que había sido un hombre del mundo, que no solía llorar, pero que, al leer el libro, las lágrimas desbordaron sus ojos. Le produjo un gran impacto; y lo leyó de nuevo y experimentó las mismas emociones. Lo que había sido conversión del intelecto pasó a ser conversión del corazón.

    “Su vida cambió junto con sus perspectivas. Se lanzó de lleno a la obra del Señor, y hoy ocupa un elevado y santo llamamiento en la causa que ha aprendido a amar” (véase Liahona, enero de 1991, pág. 62).

  • Obsérvese el cuadro “El palo de Judá y el palo de Efraín” en el apéndice (pág. 432).

2 Nefi 29:3. La aparición de Escrituras adicionales

  • Satanás procura desacreditar el Libro de Mormón haciendo que las personas lo rechacen en base a la idea de que toda la verdad se encuentra únicamente en la Biblia. El élder Bruce R. McConkie (1915–1985), del Quórum de los Doce Apóstoles, hizo la siguiente observación sobre los que rechazan el Libro de Mormón: “Por extraño que les parezca a los enemigos de la verdad en la actualidad, el mismo hecho de que se opongan a recibir más de la palabra de Dios por medio del Libro de Mormón es una de las señales de los tiempos. Su oposición, que se puede resumir con el cántico crítico: ‘¡Una Biblia! ¡Una Biblia! ¡Tenemos una Biblia, y no puede haber más Biblia!’, acarrea este severo reproche de parte del Señor: ‘¡Oh necio, que dirás: Una Biblia; tenemos una Biblia y no necesitamos más Biblia!… ¿Por qué murmuráis por tener que recibir más de mi palabra?’ (2 Ne. 29)” (Mormon Doctrine, segunda edición, 1966, pág. 719).

2 Nefi 29:7–14. El testimonio de dos naciones

  • El presidente Joseph Fielding Smith (1876–1972) indicó cuáles son las dos naciones de las que se habla en 2 Nefi 29:7–8:

    “Esto fue dicho por profecía a los gentiles de la época actual. Debe tenerse presente también que la ley dada a Israel decía ‘el testimonio de dos hombres es verdadero’, siempre que sean testigos honorables. Aquí el Señor aplica la misma ley a las naciones. ¿Por qué no debería ser así?

    Imagen
    La Biblia y el Libro de Mormón

    Grant Heaton, © 1986 IRI

    “Si la palabra del Señor va a ser establecida por dos testigos elegidos, entonces bien podríamos buscar a dos naciones escogidas para que se levanten como testigos de Jesucristo. Una de esas naciones fue Israel en Palestina; la otra fue Israel en América. Judá que habla desde el Viejo Mundo y José desde el Nuevo. Hoy en día, estos dos testimonios de Dios y de su verdad se han juntado” (Doctrina de Salvación, comp. de Bruce R. McConkie, tres tomos, 1954–1956, tomo I, pág. 264).

2 Nefi 29:12–13. Otros registros que están por venir

  • El élder Neal A. Maxwell dio testimonio de que otros registros que todavía están por venir testificarán de Cristo: “Entre los tesoros que no han aparecido aún hay libros perdidos; las Escrituras actuales mencionan más de veinte de éstos; y quizás más asombrosos y mayores sean los registros de las tribus perdidas de Israel (véase 2 Nefi 29:13). Ni siquiera sabríamos del [inminente] tercer testamento de Cristo si no fuera por el valioso Libro de Mormón, el segundo testamento de Cristo. Cuando aparezca este tercer conjunto de registros sagrados, completará una tríada de la verdad. Entonces, como lo dijo el Perfecto Pastor: ‘Y mi palabra se reunirá también en una’ (vers. 14). ‘Y habrá un redil y un pastor’ (1 Nefi 22:25) en una ‘unión entera’ de todas las dispensaciones cristianas de la historia humana (véase D. y C. 128:18)” (Liahona, enero de 1987, pág. 54).

  • La unión de registros sagrados es uno de los temas principales del Libro de Mormón. Este concepto se enseña en 2 Nefi 29:12–13, y ejemplos posteriores del mismo Libro de Mormón incluyen al rey Limhi y a Ammón que regresaron con los anales jareditas (véase Mosíah 28:12, 14), nuevamente al rey Limhi y a Ammón cuando regresaron con sus propios registros (véase Mosíah 7:1–2, 17–33; 8:1, 3–4) y a la colonia de Alma que asimismo volvió con sus propios registros (véase Mosíah 22:16; 25:1–6).

2 Nefi 30:7–8. “Los judíos… empezarán… a creer en Cristo”

  • El élder Bruce R. McConkie analizó la prometida conversión de los judíos después de la segunda venida de Jesucristo:

    Imagen
    Ilustración del Milenio

    Robert Barrett, © IRI

    “‘Y acontecerá que los judíos que estén dispersos empezarán también a creer en Cristo; y comenzarán a congregarse sobre la faz de la tierra’. (2 Ne. 30:7.) Gran parte del antiguo rencor de los judíos hacia Cristo ha dejado de ser, y muchos lo aceptan ahora como un gran rabino, aunque no como el Hijo de Dios. Unos pocos lo han aceptado en el pleno sentido de la palabra, al unirse a la Iglesia verdadera junto con el resto recogido de Efraín y sus hermanos.

    “Pero la gran conversión de los judíos, su retorno a la verdad como nación, está destinada a suceder después de la segunda venida de su Mesías. Los que puedan soportar ese día, en su situación extrema y en su luto, preguntarán: ‘¿Qué heridas son éstas en tus manos y en tus pies? Entonces sabrán que yo soy el Señor, porque les diré: Éstas son las heridas con que fui herido en casa de mis amigos. Soy el que fue levantado. Soy Jesús que fue crucificado. Soy el Hijo de Dios’ (D. y C. 45:51–52; Zac. 12:8–14; 13:6)” (Mormon Doctrine, págs. 722–723).

Para meditar

  • Después de leer 2 Nefi 28, ¿qué doctrinas y enseñanzas falsas de Satanás reconoce mejor ahora?

  • ¿En qué forma las Escrituras adicionales han aumentado su conocimiento de la doctrina del evangelio restaurado?

  • ¿De qué maneras testifica el Libro de Mormón de que el Señor es el Dios de toda la tierra?

Tareas sugeridas

  • Enumere la mayor cantidad de doctrinas y enseñanzas falsas que le sea posible según lo que se explica en 2 Nefi 28:2–14 . Refute esas doctrinas falsas haciendo junto a ellas una lista de doctrinas verdaderas. Encuentre un pasaje de las Escrituras que reafirme cada doctrina verdadera.

  • En una noche de hogar, explique por qué está mal asegurar que se acepta la Biblia como palabra de Dios, pero se rechaza el Libro de Mormón.