En abril de 1829, se le prometió a Oliver Cowdery que también tendría el don de traducir (véase D. y C. 6:25–29). Más adelante, se instruyó a Oliver sobre cómo recibir revelación durante el proceso de traducción (véase D. y C. 8:1–4 e hizo el intento de traducir. Aunque al parecer empezó bien, no “[continuó] como al comienzo, cuando [empezó] a traducir” (véase D. y C. 9:5). El profeta José Smith recibió una revelación que explicaba por qué los intentos de Oliver por traducir habían sido infructuosos. En la revelación, el Señor dijo que ya no era necesario que Oliver tradujera. Además, brindó otros consejos sobre el modo de recibir revelación.
El Señor explica por qué Oliver Cowdery tuvo dificultades para traducir
Pida a los alumnos que mencionen algunas de las decisiones significativas que tomarán el año entrante. Luego pídales que enumeren las decisiones significativas que tomarán durante los siguientes 5 a 10 años. Conforme los alumnos respondan, si lo desea, escriba sus respuestas en la pizarra. Pídales que piensen en alguna de esas decisiones considerando la siguiente pregunta.
¿De qué modo el procurar la guía del Señor podría ayudarles a tomar esa decisión?
Después que hayan contestado uno o dos alumnos, diga a la clase que en esta lección aprenderán sobre una experiencia que tuvo Oliver Cowdery mientras procuraba traducir. Conforme estudien Doctrina y Convenios 9, inste a los alumnos a buscar doctrinas y principios que les permitan recibir y reconocer la guía del Señor al tomar decisiones significativas.
Recuérdeles que el Señor había dado a Oliver el don de la traducción y permiso para traducir, si este así lo deseaba (véase D. y C. 6:25–28). El Señor le dijo a Oliver que recibiría dicho don de traducción por medio del poder del Espíritu Santo (véase D. y C. 8:1–2). Los intentos de Oliver de traducir empezaron bien, pero al final fueron infructuosos. Tras esos intentos de Oliver, José Smith recibió la revelación que ahora se halla en Doctrina y Convenios 9.
Invite a un alumno a leer Doctrina y Convenios 9:1–4 en voz alta y pida a la clase que determine la obra que el Señor llamó a Oliver a realizar en vez de traducir.
¿Qué le pidió el Señor a Oliver que hiciera?
Invite a un alumno a leer Doctrina y Convenios 9:5–6, 11 en voz alta. Pida al resto de la clase que siga la lectura en silencio y que averigüe las razones por las que Oliver no tuvo éxito al intentar traducir.
Para ayudar a los alumnos a comprender mejor la frase “no continuaste como al comienzo” (D. y C. 9:5), invite a uno de ellos a leer la siguiente explicación del presidente Joseph Fielding Smith:
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Presidente Joseph Fielding Smith
“El fracaso de Oliver sobrevino porque no continuó como comenzó, y al resultarle difícil la tarea, su fe lo abandonó” (Church History and Modern Revelation, 1953, tomo I, pág. 51).
Según el presidente Smith, ¿por qué no pudo Oliver seguir como había empezado? (Flaqueó su fe).
¿Cuáles son algunas de las formas en que el temor o la falta de fe podrían impedir que recibamos revelaciones del Señor o que actuemos de conformidad con ellas?
¿Qué podemos aprender de lo que le sucedió a Oliver sobre la manera de recibir revelación del Señor? (Uno de los principios que los alumnos podrían hallar es que para recibir revelación, debemos obrar con fe. Tal vez desee anotar este principio en la pizarra).
Para ayudar a los alumnos a comprender mejor ese principio, pida a alguno que lea las siguientes palabras del élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles:
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Élder Jeffrey R. Holland
“Durante el proceso de la revelación y al tomar decisiones importantes, el temor juega un papel destructivo y, a veces, paralizador. El Señor dijo a Oliver Cowdery, quien perdió una oportunidad única en la vida por no haber actuado como debiera haberlo hecho cuando era el momento: ‘No continuaste como al comienzo’. ¿Les resulta familiar esto a aquellos que han sido iluminados y que luego cedieron ante la incertidumbre y las antiguas dudas?…
“Después de haber recibido el mensaje, después de haber pagado el precio para sentir Su amor y oír la palabra del Señor, marchen adelante, no teman, no vacilen, no sean sofistas, no se quejen… Alejen sus temores… y caminen sobre las aguas con ambos pies” (“No perdáis, pues, vuestra confianza”, Liahona, junio de 2000, págs. 40–41).
¿En qué oportunidades han recibido una respuesta del Señor y han actuado de conformidad con ella sin vacilar? (Procure que los alumnos comprendan que no deben compartir experiencias que sean demasiado personales o confidenciales).
El Señor revela los principios que controlan la revelación
Explique que el Señor reveló un importante principio concerniente a la manera de procurar Su guía. Invite a un alumno a leer Doctrina y Convenios 9:7–8 en voz alta. Pida a la clase que siga la lectura en silencio y que busque otro motivo por el cual Oliver tuvo dificultad para recibir la ayuda del Señor al intentar traducir.
Según Doctrina y Convenios 9:7, ¿qué fue lo único que Oliver supuso que debía hacer para recibir revelación al traducir?
¿Qué enseñó el Señor a Oliver que tenía que hacer antes de pedir guía?
Conforme los alumnos contesten, quizás desee sugerirles que marquen el consejo del Señor en las Escrituras. Para ayudarlos a analizar el significado de esos versículos, haga las preguntas siguientes:
¿Qué creen que signifique “estudiarlo en tu mente”? (Analizar decisiones y opciones, evaluando las alternativas detenidamente). ¿De qué modo han actuado así al haber tenido que tomar decisiones?
Según Doctrina y Convenios 9:8, ¿qué debemos hacer tras haber estudiado bien el asunto que estamos considerando? (Escoger qué decisión creemos que es la correcta y luego presentarla al Padre Celestial en oración).
¿Qué lección podemos aprender de Doctrina y Convenios 9:8 sobre lo que el Señor espera de nosotros al procurar Su dirección y guía? (Los alumnos podrían responder algo semejante a la siguiente verdad: Recibir y reconocer la revelación requiere esfuerzo de nuestra parte. Escriba esa verdad en la pizarra).
Para ayudar a los alumnos a comprender ese principio verdadero, pregunte lo siguiente:
¿De qué modo piensan que estudiar un asunto en la mente contribuye a recibir revelación?
Para lograr que los alumnos entiendan el modo en que esa verdad podría aplicarse a ciertas situaciones de su vida, lea los siguientes ejemplos. Después de leer cada uno, invítelos a explicar de qué manera las personas descritas podrían valerse de las verdades que están en Doctrina y Convenios 9:7–8 para recibir revelación.
A un joven se le ofrece un buen empleo, pero sería necesario que trabaje los domingos. El joven se debate para decidir si acepta el empleo o no.
Una joven ha estado pensando en cuanto a los amigos con los que se relaciona y en la influencia negativa que ejercen en ella. Desea dejar de pasar tiempo con ellos, pero no sabe cuál sería la manera menos brusca de apartarse.
Una joven considera lo que debe hacer tras finalizar la escuela secundaria. Sabe que quiere seguir estudiando, pero no está segura de la institución académica a la que debe asistir.
Después de analizar esos ejemplos con la clase, permita que los alumnos reflexionen en cuanto a sus experiencias con el principio en cuestión; para ello, escriba la siguiente pregunta en la pizarra: ¿En qué momentos han sentido que su propio esfuerzo les ha ayudado a recibir revelación del Señor?
Invite a los alumnos a meditar en la pregunta durante un instante. Luego pida a algunos alumnos que estén dispuestos a hacerlo que compartan sus experiencias con el resto de la clase.
Invite a los alumnos a analizar Doctrina y Convenios 9:8 para determinar el modo en que Oliver podía saber si su conclusión o decisión era la correcta o no.
¿Qué podemos aprender del versículo 8 sobre la forma en que el Señor contesta nuestras preguntas? (Al pedir la guía del Señor, podemos recibir revelación por medio de lo que sentimos. Escriba esa verdad en la pizarra).
Quizás desee aclarar que el ardor en el pecho prometido a Oliver es solo una de las formas en las que el Espíritu podría confirmar una decisión correcta. Las confirmaciones del Espíritu pueden recibirse de diversas maneras personales y significativas.
Para ayudar a los alumnos a comprender el modo en que el Señor podría hacer que “[sintamos] que [una decisión] está bien” (D. y C. 9:8), invite a un alumno a leer la siguiente explicación del élder Richard G. Scott:
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Élder Richard G. Scott
“El sentimiento de paz es el modo de ratificación más común que yo he experimentado. Cuando he estado preocupado acerca de algo muy importante, luchando sin éxito por resolverlo, he seguido esforzándome con fe; y entonces una gran paz me ha invadido, disipando mi preocupación, tal como Él lo ha prometido” (“Utilizar el don supremo de la oración”, Liahona, mayo de 2007, pág. 10).
¿En qué ocasiones han sentido que el Señor confirmó alguna decisión que tomaron? ¿Qué sintieron al recibir esa confirmación? (Recuerde a los alumnos que no deben compartir experiencias que sean demasiado personales o privadas).
Invite a un alumno a leer Doctrina y Convenios 9:9 en voz alta. Pida a los alumnos que busquen las frases que describan cómo podemos saber si una decisión que hemos tomado no es la correcta. Para ayudar a los alumnos a comprender la frase “estupor de pensamiento”, invite a alguno a leer las siguientes palabras del élder Richard G. Scott, en las que explica una forma en la que puede ocurrir el estupor de pensamiento:
Invite a los alumnos a escribir en su cuaderno de apuntes o diario de estudio de las Escrituras lo que hayan aprendido sobre cómo recibir revelación que les permita tomar decisiones importantes.
El Señor insta a Oliver a continuar en la obra que se le ha llamado a realizar
Recuerde a los alumnos que el llamamiento de Oliver era ser el escribiente del Profeta (véase D. y C. 9:1, 4). Invite a los alumnos a leer Doctrina y Convenios 9:12–14 en silencio en busca de las palabras y frases que José Smith y Oliver Cowdery podrían haber considerado alentadoras en ese momento. Invítelos a compartir las palabras y frases que sean significativas para ellos y a explicar por qué.
Para concluir la lección, tal vez desee testificar que podemos recibir revelación personal si obedecemos los principios descritos en Doctrina y Convenios 9.
El élder Richard G. Scott, del Cuórum de los Doce Apóstoles, nos ha aconsejado en cuanto a la razón por la que a veces sentimos que no hemos recibido una respuesta inmediata a alguna oración:
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Élder Richard G. Scott
“¿Qué puedes hacer cuando te has preparado cuidadosamente, has orado con fervor y has esperado un tiempo razonable para recibir una respuesta, y sigues sin sentirla? Tal vez desees dar gracias cuando esto ocurra, pues es una muestra de Su confianza. Cuando vives dignamente y lo que has elegido está de acuerdo con las enseñanzas del Salvador y necesitas actuar, sigue adelante con confianza. Si eres receptivo a los susurros del Espíritu, con seguridad, sucederá en el momento apropiado una de dos cosas: o recibirás el estupor de pensamiento que te indicará que lo que has escogido no es correcto, o sentirás paz o que tu pecho arde confirmándote que tu elección ha sido correcta. Cuando tú vives con rectitud y actúas con confianza, Dios no permitirá que sigas adelante por mucho tiempo sin hacerte sentir la impresión de que has hecho una mala decisión” (“Utilizar el don supremo de la oración”, Liahona, mayo de 2007, pág. 10).
“He conocido a personas que me han dicho que nunca han recibido una confirmación del Espíritu Santo porque nunca han sentido que su pecho ‘arda dentro’ de ellas.
¿Qué significa que ‘tu pecho arda dentro de ti’? ¿Tiene que ser un sentimiento de calor físico como el calor que produce la combustión? Si ese es el significado, nunca he experimentado ese ardor en el pecho. Seguramente, la palabra ‘arda’ en este pasaje de las Escrituras significa un sentimiento de consuelo y serenidad. Esa es la confirmación que muchos reciben; así es como funciona la revelación.
“En verdad, la voz suave y apacible es exactamente eso: ‘suave’ y ‘apacible’” (“La enseñanza y el aprendizaje por medio del Espíritu”, Liahona, mayo de 1999, pág. 22).