Seminario
Lección de estudio individual supervisado: Doctrina y Convenios 60–64 (Unidad 14)


Lección de estudio individual supervisado

Doctrina y Convenios 60–64 (Unidad 14)

Material de preparación para el maestro del curso de estudio individual supervisado

Resumen de lecciones diarias de estudio individual supervisado

El siguiente resumen de los acontecimientos, las doctrinas y los principios que aprendieron los alumnos al estudiar Doctrina y Convenios 60–64 (Unidad 14) no está concebido para que se enseñe como parte de su lección. La lección que usted va a enseñar se centra en solo algunas de esas doctrinas y principios. Siga las impresiones del Espíritu Santo conforme considera las necesidades de sus alumnos.

Día 1 (Doctrina y Convenios 60–62)

Al estudiar el consejo del Señor a los élderes que se desplazaban de Misuri a Ohio, los alumnos aprendieron que podemos perder nuestro testimonio si no lo compartimos. Los alumnos descubrieron también que el Señor es todopoderoso y que puede protegernos, y que debemos confiar en nuestro juicio y en la guía del Espíritu al tomar decisiones.

Día 2 (Doctrina y Convenios 63)

En su estudio de Doctrina y Convenios 63, los alumnos aprendieron que el Señor amonestó a quienes no guardaron sus mandamientos y consoló a quienes fueron fieles. Los alumnos aprendieron que la fe no viene por las señales, sino que las señales vienen por la fe, de acuerdo con la voluntad de Dios. También determinaron las verdades siguientes: Si miramos a otras personas con codicia, no tendremos el Espíritu y negaremos la fe; si somos fieles y perseveramos, venceremos al mundo; y el nombre de Jesucristo es sagrado y debemos pronunciarlo con cuidado.

Día 3 (Doctrina y Convenios 64:1–19)

Cuando los alumnos estudiaron las palabras que el Señor dirigió a los miembros de la Iglesia que habían pecado, averiguaron que el Señor es compasivo, indulgente y misericordioso. También aprendieron que si no perdonamos a los demás, quedaremos condenados ante el Señor y el Señor nos manda perdonar a todas las personas.

Día 4 (Doctrina y Convenios 64:20–43)

En esta lección los alumnos estudiaron los sacrificios que el Señor requirió a los santos cuando empezaron a edificar Sion. La lección hizo hincapié en las verdades siguientes: Si seguimos la voluntad del Señor para nosotros, no seremos tentados más de lo que podamos resistir; somos bendecidos cuando obedecemos al Señor y ofrecemos los sacrificios que Él nos pide; si somos diligentes en hacer el bien, podremos lograr grandes cosas; y debemos obedecer al Señor con el corazón y con la mente bien dispuesta.

Introducción

Durante el verano de 1831, el profeta José Smith se encontraba supervisando la dedicación de la tierra en la que los santos debían edificar Sion, en Independence, Misuri. En ausencia del Profeta, algunos miembros de la Iglesia en Ohio se alejaron de los mandamientos del Señor y cometieron pecados graves. Esta lección se centra en algunos de los mandamientos en los que hizo hincapié el Señor después de que José Smith regresara de Ohio, incluso los mandamientos de evitar la codicia (lujuria) y de perdonar a los demás.

Sugerencias para la enseñanza

Doctrina y Convenios 63:1–21

El Señor amonesta a los santos en cuanto a las consecuencias de la iniquidad y la rebelión

Escriba en la pizarra las preguntas siguientes: ¿Por qué creen que es importante que vivamos de acuerdo con nuestras creencias como miembros de la Iglesia de Jesucristo? Invite a los alumnos a que compartan sus respuestas con la clase.

Explique que en el verano de 1831, mientras José Smith y otros líderes de la Iglesia se encontraban en Misuri para dedicar la tierra y la ubicación del templo en Sion, algunos miembros de la Iglesia estaban cometiendo pecados graves en secreto. Cuando el Profeta regresó a Ohio, recibió la revelación registrada en Doctrina y Convenios 63.

Pida a un alumno que lea Doctrina y Convenios 63:1 en voz alta. Pida al resto de la clase que siga la lectura en silencio y busque cómo se refirió el Señor a los miembros de la Iglesia en este versículo. Invítelos a que compartan lo que encuentren.

  • ¿De qué manera el hecho de llamarnos el pueblo del Señor es diferente de ser el pueblo del Señor? (Mientras los alumnos analizan esta pregunta, quizás podría señalar que muchos de los santos hicieron algo más que limitarse a llamarse el pueblo del Señor; se mantuvieron fieles).

Pida a los alumnos que analicen el versículo 1 de nuevo y busquen el mandamiento que el Señor dio a quienes se llaman Su pueblo.

  • ¿Qué quiere el Señor que hagamos como Su pueblo? (Resuma las respuestas de los alumnos escribiendo en la pizarra el principio siguiente: Como pueblo del Señor, debemos abrir el corazón y escuchar Su palabra y Su voluntad con respecto a nosotros).

  • ¿Qué creen que significa abrir el corazón?

  • ¿De qué manera el abrir el corazón nos prepara para oír la voz del Señor?

  • ¿Qué cosas hacen para ayudarles a abrir el corazón?

Resuma Doctrina y Convenios 63:2–21 explicando que el Señor amonestó a quienes eran incrédulos, habían buscado señales y habían cometido adulterio y otros pecados graves. Pida a un alumno que lea Doctrina y Convenios 63:16 en voz alta. Pida al resto de la clase que siga la lectura y busque una advertencia que hizo el Señor.

  • ¿Qué advertencia hizo el Señor en el versículo 16?

  • ¿Qué significa mirar a otras personas con codicia (lujuria)? (La palabra codicia significa “un deseo desmedido de poseer algo” o a alguien”, [Guía de Estudio de las Escrituras, “Codiciar”, scriptures.lds.org]. Mirar a otra persona con codicia (lujuria) significa mirar el cuerpo de alguien de forma inapropiada o de forma que despierte deseos sexuales. Eso incluye mirar pornografía).

  • ¿Qué principio ven en la advertencia que el Señor hizo en el versículo 16? (Es posible que los alumnos utilicen otras palabras, pero deberían identificar el principio siguiente: Si miramos a otras personas con codicia (lujuria), no tendremos el Espíritu y negaremos la fe. Quizás podría instar a los alumnos a que marquen este principio en sus ejemplares de las Escrituras).

  • ¿Por qué creen que codiciar a otra persona provoca la pérdida del Espíritu?

  • ¿Qué podemos hacer para superar las tentaciones de codiciar (mirar con lujuria) a otras personas?

Como parte del análisis sobre cómo evitar la codicia (lujuria), podría entregar a cada alumno una copia del siguiente consejo que dio el élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles. Pida a varios alumnos que lean en voz alta los párrafos siguientes, por turnos. Después de leer cada párrafo, pida a los alumnos que expliquen de qué manera el seguir este consejo puede ayudarnos a superar la tentación de la codicia (lujuria).

El élder Jeffrey R. Holland enseñó lo siguiente:

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Élder Jeffrey R. Holland

“Sobre todo, comiencen separándose de las personas, los materiales y las circunstancias que los dañarán…

“Si un programa de televisión es indecente, apáguenlo; si una película es grosera, váyanse; si se está estableciendo una relación indebida, rómpanla. Muchas de estas influencias, por lo menos inicialmente, tal vez no sean malas, pero pueden nublar nuestro juicio, disminuir nuestra espiritualidad y llevarnos a algo que podría ser malo.

“Remplacen los pensamientos lascivos con imágenes de esperanza y recuerdos de gozo; imaginen los rostros de las personas que los aman y que se sentirían destrozadas si ustedes las defraudaran… Cualesquiera que sean sus pensamientos, asegúrense de que entren a su corazón “solo por invitación.

“Cultiven el Espíritu del Señor y estén donde Él esté. Asegúrense de que eso incluya su propia casa o apartamento, y que determine el tipo de arte, música y literatura que tengan allí” (“No hay lugar para el enemigo de mi alma”, Liahona, mayo de 2010, pág. 45).

Pregunte a los alumnos si alguno de ellos desea compartir su testimonio sobre cómo han sido bendecidos por esforzarse por vivir la ley de castidad.

Doctrina y Convenios 64:8–19

El Señor manda a Sus siervos perdonarse unos a otros

Recuerde a los alumnos su asignación del día 3 de esta unidad: debían intentar memorizar Doctrina y Convenios 64:9–11, que es un pasaje del Dominio de las Escrituras. Invite a los alumnos a recitar estos versículos en voz alta al unísono. (Los alumnos pueden usar su ejemplar de las Escrituras como ayuda). Pregunte a los alumnos si alguno de ellos desea recitar estos versículos en voz alta, en solitario, delante de la clase. Escriba el principio siguiente en la pizarra: El Señor nos manda que perdonemos a todas las personas.

  • ¿Por qué creen que es importante perdonar a todas las personas, independientemente de que se disculpen o no por sus ofensas?

  • ¿De qué manera nos ayuda el dejar que Dios sea el juez de las personas que nos han hecho daño?

  • ¿En qué ocasiones se han sentido bendecidos por perdonar a alguien?

Señale que, en ocasiones, estamos dispuestos a perdonar a los demás, pero nos cuesta perdonarnos a nosotros mismos.

  • ¿Por qué debemos perdonarnos a nosotros mismos?

Mencione el primer principio que escribió en la pizarra al comienzo de la lección: Como pueblo del Señor, debemos abrir el corazón y escuchar Su palabra y Su voluntad con respecto a nosotros. Pida a los alumnos que piensen en si su corazón ha estado abierto a la guía o las impresiones durante el estudio de las Escrituras que han hecho hoy. Anímelos a aplicar la guía y las impresiones que reciben del Señor y testifique que, si lo hacen, serán el pueblo del Señor.

Unidad siguiente (Doctrina y Convenios 65–71)

A fin de preparar a los alumnos para lo que estudiarán la semana próxima, podría pedirles que consideren lo siguiente: ¿Cómo puede una piedra rodar hasta llenar toda la tierra? ¿En qué medida nos conoce personalmente el Señor? ¿Por qué razón los padres sienten una fuerte obligación de enseñar el Evangelio a sus hijos? ¿Cuáles son las consecuencias para los padres si no lo hacen? Diga a los alumnos que durante su estudio de las Escrituras de esta semana descubrirán las respuestas a estas preguntas.