Seminario
Lección 138: Doctrina y Convenios 131


Lección 138

Doctrina y Convenios 131

Introducción

Doctrina y Convenios 131 contiene una recopilación de principios que enseñó el profeta José Smith cuando se encontraba en Ramus, Illinois, el 16 y 17 de mayo de 1843. Él enseñó acerca del nuevo y sempiterno convenio del matrimonio y la promesa de la vida eterna para los fieles. Además enseñó que todos los espíritus son materia.

Sugerencias para la enseñanza

Doctrina y Convenios 131:1–4

José Smith enseña acerca de la importancia del convenio del matrimonio eterno

Muestre a los alumnos un candado de combinación sencilla. Quizás desee cerrar la cubierta de alguna caja en el ejemplo. Si no tiene un candado con combinación, dibújelo en la pizarra. Invite a un alumno y a una alumna a pasar al frente del salón y entregue a uno de ellos un papel con la primera parte de la combinación; entregue al otro alumno otro papel con el resto de la combinación. Si ha llevado el candado a clase, pida a uno de los alumnos que lo abra sin la ayuda del segundo. Luego haga que lo abran juntos.

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Candado con combinación

Escriba la siguiente pregunta en la pizarra (o escríbala en un papel y colóquelo de antemano dentro de la caja que abrirán los dos alumnos): Si el candado representara la entrada al más alto grado del Reino Celestial, ¿qué representaría la combinación? Pida a los alumnos que busquen la respuesta al estudiar Doctrina y Convenios 131.

Explique que el 16 de mayo de 1843, José Smith viajó a Ramus, Illinois [EE. UU.], y mientras se hallaba en casa de Benjamin y Melissa Johnson, efectuó el sellamiento de estos como marido y mujer por la eternidad. También les enseñó cómo estaba relacionado el matrimonio eterno con el Reino Celestial. Esas verdades se encuentran registradas en Doctrina y Convenios 131:1–4 (véase History of the Church, tomo V, pág. 391–392).

Invite a un alumno a leer Doctrina y Convenios 131:1 en voz alta. Pida a la clase que siga la lectura en silencio para determinar cierta verdad que el Profeta reveló sobre el Reino Celestial.

  • ¿Qué verdad reveló José Smith sobre el Reino Celestial?

Explique que a menudo nos referimos a recibir el mayor grado de gloria en el Reino Celestial con los términos exaltación o vida eterna. Escriba la palabra exaltación en la pizarra. Explique que quienes obtengan dicho grado de la gloria celestial vivirán como vive nuestro Padre Celestial.

Invite a un alumno a que lea Doctrina y Convenios 131:2–4 en voz alta y pida a la clase que busque lo que debemos hacer para alcanzar el grado más alto del Reino Celestial.

  • ¿Qué debemos hacer para obtener el grado más alto del Reino Celestial? (Los alumnos deben reconocer la siguiente doctrina: A fin de obtener el grado más alto del Reino Celestial, debemos entrar en el nuevo y sempiterno convenio del matrimonio).

  • ¿Qué creen que signifique en el versículo 4 que si no nos sellamos en el templo por medio de la autoridad apropiada “no [podremos] tener progenie”? (Para ayudar a los alumnos a comprender el versículo, podría explicar que progenie se refiere a la oportunidad de seguir teniendo hijos en el Reino Celestial).

(Para que los alumnos comprendan mejor la frase “nuevo y sempiterno convenio del matrimonio”, explique que, en ese contexto, la palabra nuevo significa que el convenio se había restaurado nuevamente en nuestra dispensación. El término sempiterno significa que dicho convenio esencial perdurará a lo largo de toda la eternidad. Recuerde a los alumnos que se entra en el convenio del matrimonio celestial en el templo).

  • ¿De qué maneras piensan que el matrimonio celestial entre el hombre y la mujer los prepara para la exaltación?

Pida a un alumno que lea las siguientes palabras del élder David A. Bednar, del Cuórum de los Doce Apóstoles. Pida a la clase que preste atención al modo en que el matrimonio nos prepara para la vida eterna.

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Élder David A. Bednar

“Hay dos razones doctrinales convincentes que nos ayudan a entender por qué el matrimonio eterno es esencial para el plan del Padre.

“Razón 1: La naturaleza del espíritu del hombre y la naturaleza del espíritu de la mujer se complementan y se perfeccionan mutuamente y, por tanto, se ha dispuesto que progresen juntos hacia la exaltación…

“Por designio divino, se dispone que los hombres y las mujeres progresen juntos hacia la perfección y hacia una plenitud de gloria. A causa de sus temperamentos y facultades singulares, los hombres y las mujeres llevan a la relación matrimonial perspectivas y experiencias únicas. El hombre y la mujer contribuyen de forma diferente pero por igual a una totalidad y unidad que no se pueden lograr de ninguna otra manera. El hombre complementa y perfecciona a la mujer, y la mujer complementa y perfecciona al hombre, al aprender el uno del otro y al fortalecerse y bendecirse mutuamente…

“Por designio divino, se necesitan tanto el hombre como la mujer para traer hijos a la tierra y para proporcionar el mejor entorno para la crianza y el cuidado de los hijos” (“El matrimonio es esencial para Su plan eterno”, Liahona, junio de 2006, págs. 51–52; se ha eliminado la letra en negrita y cursiva).

  • Según el élder Bednar, ¿por qué es el matrimonio entre el hombre y la mujer necesario para la exaltación?

  • ¿De qué modo comprender la doctrina de que el matrimonio celestial es esencial para la exaltación influye en las características que desean que tenga su futuro cónyuge?

  • ¿Por qué es importante a la edad de ustedes priorizar la preparación para casarse por la eternidad en el templo?

Quizás desee explicar que las bendiciones de la exaltación estarán al alcance de quienes no hayan tenido la oportunidad de contraer matrimonio celestial en esta vida. Invite a un alumno a leer en voz alta la siguiente cita de Leales a la Fe:

“Aun cuando tengan el deseo de casarse, algunos miembros de la Iglesia permanecen solteros, pero no por culpa propia. Si te encuentras en esa situación, ten la certeza de que ‘para los que aman a Dios, todas las cosas obrarán juntamente para su bien’ (Romanos 8:28). Si permaneces digno o digna, algún día, ya sea en esta vida o en la venidera, recibirás todas las bendiciones de una relación familiar eterna” (véase Leales a la Fe: Una referencia del Evangelio, 2004, pág. 115).

  • ¿De qué manera el guardar los convenios bautismales ahora contribuye a que se preparen para recibir las bendiciones del templo? ¿Qué pueden hacer los jóvenes y las jóvenes ahora a fin de que el matrimonio celestial en el templo sea una prioridad? (Tal vez quiera escribir sus respuestas en la pizarra).

Inste a los alumnos a priorizar el casarse por la eternidad en el templo y testifique de las bendiciones que se reciben gracias al matrimonio celestial.

Doctrina y Convenios 131:5–6

El Profeta explica la “palabra profética más segura”

Muestre a los alumnos alguna garantía o aval por escrito.

  • ¿Cuáles son los beneficios de contar con una garantía?

  • ¿Por qué sería especialmente valiosa una garantía del Padre Celestial?

Explique que en Ramus, Illinois, durante la mañana del 17 de mayo de 1843, José Smith pronunció un discurso sobre la frase que se halla en 2 Pedro 1:19, la cual representa una garantía que da Dios (véase History of the Church, tomo V, pág. 392). Invite a los alumnos a leer 2 Pedro 1:19 en silencio para buscar dicha frase. (“La palabra profética más segura”).

Invite a los alumnos a leer Doctrina y Convenios 131:5 y a buscar lo que significa la frase “la palabra profética más segura”. Pídales que expliquen lo que encuentren.

  • Según el versículo 5, ¿qué garantiza el Padre Celestial a una persona por medio de la palabra profética más segura? (La vida eterna).

  • ¿Cómo creen que se debe sentir el tener dicha certeza? ¿Por qué?

Nota: No hagan especulaciones en cuanto personas vivas que puedan haber recibido “la palabra profética más segura”. No obstante, las Escrituras hablan sobre algunas personas que han recibido la certeza de la vida eterna durante la vida terrenal. Por ejemplo, el Señor manifestó tal certeza a José Smith (véase Doctrina y Convenios 132:49) y a Alma (véase Mosíah 26:20).

Invite a un alumno a leer Doctrina y Convenios 131:6 en voz alta y pida a la clase que determine lo que podría evitar que alguien recibiera la vida eterna.

  • ¿Qué dijo José Smith que podría imposibilitarnos de ser salvos o de recibir la vida eterna? (Aunque los alumnos utilicen otras palabras, procure que comprendan que no podemos salvarnos en la ignorancia. Si lo desea, escriba este concepto en la pizarra).

Invite a un alumno a leer la siguiente explicación de dicho principio verdadero que brindó el presidente Marion G. Romney, de la Primera Presidencia. Pida a los alumnos que presten atención al tipo de conocimiento que necesitamos para recibir la vida eterna.

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Presidente Marion G. Romney

“Este conocimiento del ‘único Dios verdadero, y… Jesucristo’ (véase Juan 17:3) es el conocimiento más importante del universo; es el conocimiento sin el cual el profeta José Smith dijo que un hombre no podría ser salvo. La falta de este es la ignorancia a la que se hace referencia en la revelación que dice: ‘Es imposible que el hombre se salve en la ignorancia’ (D. y C. 131:6)” (véase “Y esta es la vida eterna”, Liahona, febrero de 1982, pág. 24).

  • ¿Qué clase de conocimiento debemos tener a fin de heredar la vida eterna? ¿Por qué creen que ese tipo de conocimiento sea esencial para la salvación?

  • ¿Qué podemos hacer para obtener más conocimiento sobre el Padre Celestial y Jesucristo?

Doctrina y Convenios 131:7–8

José Smith enseña que todo espíritu es materia

Invite a un alumno a leer Doctrina y Convenios 131:7–8 en voz alta. Pida a la clase que siga la lectura en silencio para determinar de qué se componen los espíritus.

  • ¿Qué aprendemos en esos versículos? (Todas las creaciones se componen de materia, aunque la materia de los espíritus “es más refinad[a] o pur[a]”).

Testifique sobre los principios que se tratan en Doctrina y Convenios 131, e inste a los alumnos a continuar obteniendo conocimiento sobre el Padre Celestial y Jesucristo a fin de poder ser más semejantes a Ellos.

Comentarios e información de contexto

Doctrina y Convenios 131:1–4. “El nuevo y sempiterno convenio del matrimonio”

El élder Bruce R. McConkie, del Cuórum de los Doce Apóstoles, explicó la relación que existe entre el matrimonio celestial y el hacer firme nuestra vocación y elección:

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Élder Bruce R. McConkie

“De la misma forma en que el bautismo abre la puerta e inicia a las personas arrepentidas en la travesía por la senda que conduce a la vida eterna, igualmente lo hace el matrimonio celestial. Ese santo orden del matrimonio también abre una puerta que conduce a la exaltación celestial…

“Como lo sabe todo aquel que se ha casado en el templo, a quienes están unidos de ese modo —por el poder y la autoridad del santo sacerdocio en virtud del poder para sellar que fue restaurado por Elías el profeta— se les promete que heredarán gloria, honra, poder y dominio en el Reino de Dios. Sin embargo, tal como con el bautismo, todas las promesas son condicionales; se declara específica y explícitamente que están sujetas a la posterior fidelidad de las partes. Si guardan los mandamientos después del matrimonio celestial, la unión continuará en la vida venidera; si no actúan de conformidad con las normas de la rectitud personal correspondientes, el matrimonio no tendrá validez cuando mueran, y volverán al estado de soltería…

“Debido a que al hacer firme nuestra vocación y elección se recibe la garantía de la vida eterna, lo más natural del mundo para el Señor era revelar tanto la doctrina del matrimonio eterno como la de ser sellado para vida eterna (lo que es decir, hacer firme nuestra vocación y elección) en una misma revelación. De hecho, una es resultado de la otra; una es una promesa condicional de vida eterna; la otra es una promesa incondicional…

“Debemos vivir de modo tal que recibamos las garantías a las cuales hemos sido llamados y las certezas que corresponden a nuestra elección, y las cuales se dan de manera condicional solo en el matrimonio celestial. Al igual que con el bautismo, así es con el matrimonio celestial; tras la gloriosa promesa de vida eterna que forma parte de cada uno de esos convenios, debemos seguir adelante con firmeza en la rectitud hasta que se haga firme nuestra vocación y elección; y ese excelso logro es el resultado y el galardón supremo del matrimonio celestial” (Doctrinal New Testament Commentary, 3 tomos, 1965–1973, tomo III, págs. 331, 332, 333).

Doctrina y Convenios 131:5. “La palabra profética más segura”

“La palabra profética más segura significa que un hombre sepa, por revelación y el espíritu de profecía, que está sellado para vida eterna, mediante el poder del Santo Sacerdocio” (D. y C. 131:5). A dicha bendición también se la llama “hacer firme [nuestra] vocación y elección” (2 Pedro 1:10).

“Los justos seguidores de Cristo pueden llegar a contarse entre los escogidos que reciben la certeza de que serán exaltados. La vocación y elección comienza con el arrepentimiento y el bautismo, y se consuma cuando ‘[marchan] adelante, [deleitándose] en la palabra de Cristo, y [perseverando] hasta el fin’ (2 Ne. 31:19–20). En las Escrituras, este proceso se denomina asegurar nuestra vocación y elección (2 Pedro 1:4–11; D. y C. 131:5–6)” (Guía para el Estudio de las Escrituras, “Vocación (llamamiento) y elección”, scriptures.lds.org).

El élder Bruce R. McConkie, del Cuórum de los Doce Apóstoles, explicó:

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Élder Bruce R. McConkie

“Los miembros de la Iglesia que se vuelcan enteramente a la rectitud, viviendo conforme a toda palabra que sale de la boca de Dios, hacen firme su vocación y elección. Es decir, reciben la palabra profética más segura, lo cual significa que el Señor sella la exaltación de ellos mientras todavía están en esta vida. Pedro resumió la senda de rectitud que debe seguir todo santo a fin de asegurar su vocación y elección, y luego (refiriéndose a la experiencia vivida en el monte de la Transfiguración con Santiago y Juan) dijo que ellos tres habían recibido esa palabra profética más segura (2 Pedro 1).

“José Smith enseñó: ‘Después que una persona tiene fe en Cristo, se arrepiente de sus pecados, se bautiza para la remisión de ellos y recibe al Espíritu Santo (por la imposición de manos), que es el primer Consolador, entonces debe continuar humillándose ante Dios, teniendo hambre y sed de justicia y viviendo de acuerdo con todas las palabras de Dios, y el Señor le dirá dentro de poco: Hijo, serás exaltado. Cuando el Señor lo haya probado en todas las cosas y haya visto que aquel hombre está resuelto a servirlo, pase lo que pase, ese hombre verá que su vocación y elección han sido confirmadas, y entonces será suyo el privilegio de recibir al otro Consolador’. Recibir el otro Consolador es que Cristo se le aparezca y ver las visiones de la eternidad. [(Enseñanzas del Profeta José Smith, compilación de Joseph Fielding Smith, 1976, págs. 149–151; cursiva agregada].

“Por tanto, como el Profeta también dijo, ‘La palabra profética más segura significa que un hombre sepa, por revelación y el espíritu de profecía, que está sellado para vida eterna, mediante el poder del Santo Sacerdocio’. (D. y C. 131:5). Los que son así favorecidos del Señor son sellados contra toda suerte de pecado y blasfemia excepto la blasfemia contra el Espíritu Santo y el derramamiento de sangre inocente. Es decir, tienen asegurada su exaltación; su vocación y elección se han hecho firmes porque han obedecido la plenitud de las leyes de Dios y han vencido al mundo…

“Al Profeta, por su parte, se le colocó ese sello. Es decir que supo ‘por revelación y el espíritu de profecía, mediante el poder del Santo Sacerdocio’, que alcanzaría la divinidad en el mundo venidero. A él, la Divinidad le dijo: ‘Porque yo soy el Señor tu Dios, y estaré contigo hasta el fin del mundo y toda la eternidad; porque de cierto, sello sobre ti tu exaltación y te preparo un trono en el reino de mi Padre, con Abraham tu padre’ (D. y C. 132:49; cursiva agregada).

“Debe entenderse inequívocamente que dichas supremas bendiciones no son parte del matrimonio celestial. ‘Las bendiciones relacionadas con el matrimonio celestial pronunciadas sobre las parejas están condicionadas a la consiguiente fidelidad de los participantes’ (Doctrina de Salvación, tomo III, pág. 44)” (Mormon Doctrine, 2.ª edición, 1966, págs. 109–110).

Doctrina y Convenios 131:6. “Es imposible que el hombre se salve en la ignorancia”.

El 7 de abril de 1844, el profeta José Smith pronunció un discurso en el funeral de su amigo King Follett. En sus palabras, enseñó sobre el valor del conocimiento:

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Profeta José Smith

“El conocimiento salva al hombre; y en el mundo de los espíritus ningún hombre alcanzará la exaltación sino por el conocimiento. Mientras un hombre no haga caso de los mandamientos, tendrá que permanecer sin salvación. Si un hombre tiene conocimiento, se puede salvar” (“Discurso en los funerales de King Follett”, Liahona, mayo de 1972, pág. 10).