Seminario
Unidad 1: Día 1, El Plan de Salvación


Unidad 1: Día 1F

El Plan de Salvación

Introducción

¿Te has preguntado en alguna ocasión por qué Dios nos ha mandado que hagamos algunas cosas y que no hagamos otras? Una reseña del plan de nuestro Padre Celestial para nuestra salvación, en ocasiones llamado el plan de felicidad, nos puede ayudar a comprender mejor el propósito de Sus mandamientos. El presidente Boyd K. Packer, Presidente del Cuórum de los Doce Apóstoles, dijo lo siguiente: “El conocimiento del plan de felicidad, aunque sea de manera esquemática, puede proporcionar a las mentes jóvenes una respuesta” (“The Great Plan of Happiness”, discurso dirigido a los maestros del SEI, 10 de agosto de 1993, pág. 3, si.lds.org).

Esta lección proporciona una breve reseña del Plan de Salvación, Se centra en la expiación de Jesucristo, que es, tal y como enseñó el élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles, “el hecho central, el fundamento crucial y la doctrina principal del gran y eterno Plan de Salvación” (véase “La obra misional y la Expiación”, Liahona, octubre de 2001, pág. 26).

El plan de nuestro Padre Celestial para nuestra felicidad

Dios reveló el propósito de Su plan de salvación a Moisés cuando habló con él cara a cara en una montaña. Lee Moisés 1:39 y determina cuál es el propósito de Dios.

¿Sabes cuál es la diferencia entre la “inmortalidad” y la “vida eterna”? La inmortalidad es vivir para siempre como ser resucitado. Gracias a la expiación de Jesucristo, todas las personas que vienen a la tierra para obtener un cuerpo físico recibirán ese don. La vida eterna, o exaltación, significa vivir para siempre como familias en la presencia de Dios. Ese don también se recibe gracias a la Expiación, pero únicamente se da a quienes se hacen merecedores de recibirlo.

El élder Bruce R. McConkie, del Cuórum de los Doce Apóstoles, explicó lo siguiente: “Tal y como se usa en las Escrituras, la vida eterna es el nombre que se da a la clase de vida que vive nuestro Padre Celestial… La vida de Dios es la vida eterna; la vida eterna es la vida de Dios; las dos expresiones son sinónimas” (Mormon Doctrine, 2ª ed., 1966, pág. 237).

El élder Joseph B. Wirthlin, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó lo siguiente:

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Élder Joseph B. Wirthlin

“La inmortalidad está relacionada con la cantidad. La vida eterna es acerca de la calidad…

“La vida eterna es la culminación de nuestra existencia. Como hijos de Dios procreados como espíritus, tanto yo como ustedes somos herederos de una fortuna inestimable, favorecedores de un futuro glorioso, destinatarios de gracia.

“Si la inmortalidad es la obra de Dios, entonces la vida eterna es la gloria de Dios” (“What Is the Difference between Immortality and Eternal Life?”, New Era, noviembre de 2006, pág. 8).

La vida eterna incluye vivir en la presencia de Dios, llegar a ser como Él en cuerpo y en personalidad, y recibir todo lo que Él tiene, incluyendo una familia eterna.

Con lo que has aprendido en Moisés 1:39, completa la siguiente declaración doctrinal acerca del plan del Padre Celestial: El propósito del plan del Padre Celestial es que recibamos .

En la vida preterrenal éramos espíritus que vivíamos en la presencia de nuestro Padre Celestial. Allí aprendimos acerca de Su plan para nuestra felicidad y sobre la manera en que seguir ese plan nos ayudaría a cumplir con los propósitos que Él tiene para nosotros (véanse D. y C. 138:55–56; Abraham 3:22–28).

  1. Responde las siguientes preguntas en tu diario de estudio de las Escrituras:

    1. De acuerdo con lo que sabes, ¿en qué nos diferenciábamos del Padre Celestial en la vida preterrenal?

    2. ¿Qué nos presentó y puso en marcha el Padre Celestial para permitirnos ser como Él?

  2. El plan de nuestro Padre Celestial requiere que salgamos de Su presencia y vivamos en la tierra. Nuestra vida en la tierra suele recibir el nombre de vida mortal o terrenal. Medita durante un momento acerca de la razón por la que tuvimos que salir de la presencia de Dios y en qué manera la vida mortal nos ayuda a crecer y a parecernos más a nuestro Padre Celestial. Escribe tus ideas en el diario de estudio de las Escrituras.

El presidente Spencer W. Kimball dijo lo siguiente acerca de la vida mortal en la tierra: “Dios nos ha dado un plan. Nos ha enviado a todos a la tierra para que obtengamos un cuerpo, ganemos experiencia y podamos crecer” (“The Teachings of Spencer W. Kimball”, ed. Edward L. Kimball, 1982, pág. 25; énfasis agregado). ¿De qué manera la obtención de un cuerpo físico y el ganar experiencia aquí en la tierra nos ayudan a llegar a ser más semejantes al Padre Celestial? ¿Qué función desempeñan los desafíos como, por ejemplo, la tentación, las enfermedades, la aflicción, el dolor, el desánimo, las discapacidades y otras dificultades de la vida mortal, mientras nos esforzamos por recibir la vida eterna y llegar a ser más semejantes a nuestro Padre Celestial?

Uno de los principales obstáculos de la vida terrenal es el pecado. El pecado nos impide llegar a ser como nuestro Padre Celestial y volver a vivir con Él (véanse D. y C. 20:18–20; Moisés 6:57). El pecado no solo nos hace impuros, sino que también se opone a la naturaleza de Dios. No podemos seguir pecando y lograr nuestro objetivo de llegar a ser como el Padre Celestial (véase Alma 41:10–11).

Lee Doctrina y Convenios 76:40–42 y marca la vía que el Padre Celestial nos ha proporcionado para superar el pecado.

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Jesús ora en Getsemaní
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La Crucifixión

La verdad de que Jesucristo sufrió y fue crucificado por los pecados de todas las personas es una doctrina fundamental en el plan que nuestro Padre Celestial tiene para nosotros, y puede dar esperanza a todos Sus hijos. Dedica unos momentos a reflexionar acerca de lo que el sacrificio del Salvador significa para ti.

No obstante, al pagar el precio por nuestros pecados, Jesucristo no eliminó nuestra responsabilidad individual. Lee Doctrina y Convenios 18:22–23; 25:13, 15, y determina qué se requiere para que recibamos el poder purificador de la Expiación y podamos volver a vivir en la presencia de nuestro Padre Celestial. Si lo deseas, marca lo que encuentres.

  1. Según Doctrina y Convenios 18:22–23; 25:13, 15, ¿qué debemos hacer para venir a Jesucristo y recibir las bendiciones de Su sacrificio expiatorio? Escribe tu respuesta en tu diario de estudio de las Escrituras.

Si somos obedientes a los principios y las ordenanzas del Evangelio, podremos superar el pecado mediante la gracia y la expiación de Jesucristo (véase Moroni 10:32–33). Gracias a la Expiación, si guardamos el convenio que hicimos al bautizarnos, podemos arrepentirnos y ser perdonados de nuestros pecados, así como recibir la guía del Espíritu Santo para que nos acompañe a lo largo del camino que lleva a la vida eterna.

Además del pecado, hay otro obstáculo que debemos superar para recibir la vida eterna. Lee Alma 12:24 y determina cuál es ese obstáculo.

Cuando morimos, nuestro espíritu se separa de nuestro cuerpo. Si el espíritu y el cuerpo permanecieran separados para siempre, sería imposible llegar a ser como Dios. No podemos ser como nuestro Padre Celestial sin un cuerpo de carne y hueso (véanse D. y C. 93:33–34; 130:22).

Lee Alma 11:42–45 y determina de qué forma se supera la separación entre el espíritu y el cuerpo que se produce al morir.

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María y el Señor resucitado
  1. Responde las siguientes preguntas en tu diario de estudio de las Escrituras:

    1. ¿Por qué la resurrección de Jesucristo representa las buenas nuevas para todos?

    2. ¿Por qué te da gozo tener esperanza en la resurrección?

Anteriormente leíste que la inmortalidad es un don de la expiación de Jesucristo que todas las personas reciben, independientemente de que hayan hecho el bien o el mal durante su vida mortal (véanse Alma 11:42–45; D. y C. 138:14–17). Gracias a la resurrección de Jesucristo, toda la humanidad resucitará y vivirá para siempre. Sin embargo, la vida eterna es el don que Dios da exclusivamente a quienes obedezcan las leyes y ordenanzas de Su evangelio (véase D. y C. 14:7).

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diagrama del Plan de Salvación
  1. Resume en tu diario de estudio de las Escrituras lo que has aprendido acerca del plan de nuestro Padre Celestial para nuestra felicidad. Busca una oportunidad para enseñar en persona a un familiar o un amigo lo que has aprendido sobre el plan de nuestro Padre Celestial para nuestra salvación. Puedes dibujar el diagrama que figura aquí conforme vayas explicando el plan. Prepárate para compartir la experiencia con tu maestro.

Esta lección ha presentado solo una breve reseña del Plan de Salvación. Este año, conforme vayas estudiando Doctrina y Convenios, irás aprendiendo muchas más verdades relacionadas con el Plan de Salvación. A medida que vayas conociendo el plan, fíjate en lo que Dios ha hecho por ti y sé receptivo a lo que el Espíritu te indique que debes hacer para recibir todas las bendiciones que ofrece nuestro Padre Celestial.

  1. Escribe lo siguiente en tu diario de estudio de las Escrituras al final de las asignaciones de hoy:

    He estudiado la lección “El Plan de Salvación” y la he terminado el (fecha).

    Otras preguntas, ideas y reflexiones que me gustaría compartir con el maestro: