Seminario
Unidad 20: Día 2, Doctrina y Convenios 93


Unidad 20: Día 2

Doctrina y Convenios 93

Introducción

El 6 de mayo de 1833, el profeta José Smith recibió la revelación registrada en Doctrina y Convenios 93. Jesucristo explicó el propósito de la primera parte de esta revelación (D. y C. 93:1–20): “Os digo estas palabras para que comprendáis y sepáis cómo adorar, y sepáis qué adoráis, para que vengáis al Padre en mi nombre, y en el debido tiempo recibáis de su plenitud” (D. y C. 93:19). Estos versículos serán tratados en más detalle en la lección semanal con tu maestro(a). Esta lección se centra principalmente en lo que el Señor reveló en Doctrina y Convenios 93:21–53. Estos versículos contienen las instrucciones del Señor sobre cómo obtener verdad y luz y sobre la necesidad de estar “más diligentes y atentos en el hogar” (D. y C. 93:50).

Doctrina y Convenios 93:1–20

El Señor revela cómo podemos llegar a ser como Él y como nuestro Padre Celestial

En Doctrina y Convenios 93:1–20, aprendemos acerca de Jesucristo, Su relación con el Padre Celestial y la manera en que podemos recibir “la plenitud de la gloria del Padre” (D. y C. 93:16), tal como Él.

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Juan el Bautista bautiza a Jesús

Juan el Bautista dio un firme testimonio de Jesucristo.

El Apóstol Juan era discípulo de Juan el Bautista cuando Jesucristo comenzó Su ministerio terrenal. En el Evangelio de San Juan en el Nuevo Testamento, él hizo una relación del testimonio que Juan el Bautista dio del Salvador. Con respecto a la inclusión del testimonio de Juan el Bautista, el élder Bruce R. McConkie, del Cuórum de los Doce Apóstoles, explicó lo siguiente:

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Élder Bruce R. McConkie

“En la revelación de los últimos días aprendemos que el material al comienzo del Evangelio de San Juan (el Apóstol, revelador y discípulo amado) lo escribió originalmente Juan el Bautista. El Señor restauró por revelación a José Smith parte de lo que Juan el Bautista había escrito y prometió revelar más cuando los hombres fuesen suficientemente fieles para justificar su revelación. (D. y C. 93:6–18). [Doctrina y Convenios 93:15] es la clave para conocer la identidad del Juan del que se habla en particular…

“Existen pocas dudas en cuanto a que el Discípulo Amado tenía ante sí el registro del Bautista cuando comenzó a escribir su evangelio. Juan el Amado copió o parafraseó lo que había escrito el anterior profeta de igual nombre. La única otra posibilidad sería que el Señor haya revelado al autor del evangelio las palabras que habían sido registradas por el mensajero anterior, quien preparó la vía ante Él” (Doctrinal New Testament Commentary, 3 tomos, 1966–1973, tomo I, págs. 70–71).

En Doctrina y Convenios 93:6–17, el Señor dio información tomada del registro de Juan que nos permite comprender más acerca de Él. Juan enseñó que Jesucristo creció de gracia en gracia hasta que recibió la plenitud de la gloria del Padre.

Nosotros también podemos recibir la plenitud de la gloria del Padre al seguir el ejemplo de Jesucristo. Tal vez desees marcar las frases que enseñan esa verdad en Doctrina y Convenios 93:19–20.

Doctrina y Convenios 93:21–39

El Señor instruye a Sus siervos sobre cómo recibir verdad y luz

¿Cuáles son algunas de las responsabilidades del hijo primogénito en una familia?

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Jesucristo

Lee Doctrina y Convenios 93:21–23 y averigua lo que dijo Jesucristo acerca de Sí mismo.

Podrías marcar las palabras y frases en estos versículos que enseñan la siguiente doctrina: Jesucristo es el Primogénito entre todos los hijos procreados como espíritus del Padre Celestial.

Como Jesucristo es el hijo Primogénito procreado como espíritu del Padre, Él es el “heredero” (Hebreos 1:2) de todo lo que tiene el Padre. Sin embargo, Él desea que todos los hijos del Padre Celestial tengan parte en esa herencia. Tenemos la oportunidad de ser “coherederos con Cristo” (Romanos 8:17) y ser contados entre “la iglesia del Primogénito” (D. y C. 93:22; véase también D. y C. 76:51–54). El élder Bruce R. McConkie enseñó que “los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días que se entregan a la rectitud de tal modo que reciben las ordenanzas mayores de exaltación llegan a ser miembros de la Iglesia del Primogénito” (Mormon Doctrine, segunda edición, 1966, pág. 139). De esta forma podemos recibir todo lo que el Padre tiene (véase D. y C. 76:55; 84:37–38).

De acuerdo con Doctrina y Convenios 93:22, debemos ser engendrados por medio de Jesucristo para poder ser partícipes de la gloria del Primogénito. Ser engendrado por medio de Jesucristo significa nacer de nuevo espiritualmente y ser limpiados de todo pecado mediante el poder de la Expiación.

  1. Explica en tu diario de estudio de las Escrituras por qué es importante que comprendas la función de Jesucristo como el Primogénito del Padre. Podrías anotar también tus sentimientos por Jesucristo al considerar lo que significa para ti Su función como Primogénito del Padre.

Observa en Doctrina y Convenios 93:21 que Jesucristo dijo que Él estaba “en el principio con el Padre”. Según el versículo 23, ¿quién más estuvo en el principio con el Padre?

Doctrina y Convenios 93:23 se puede aplicar a todos los hijos procreados como espíritus del Padre. Podrías colocar tu nombre en lugar de la palabra vosotros en este versículo. Tal vez desees escribir tu nombre en el margen de tu ejemplar de las Escrituras y trazar una línea a la palabra vosotros.

Mientras vivíamos con el Padre Celestial y con Jesucristo en la vida preterrenal, Ellos nos enseñaron y tuvimos la oportunidad de aceptar o rechazar la verdad. Lee Doctrina y Convenios 93:24–26 y ve lo que el Señor enseñó acerca de la verdad en esos versículos.

En el espacio en blanco, escribe lo que aprendes de la definición de verdad que da el Señor en el versículo 24:

Observa la descripción que se hace de Satanás en Doctrina y Convenios 93:25. Fíjate en cómo él busca ejercer influencia sobre nosotros distorsionando y disminuyendo nuestro conocimiento de la verdad. En contraste, medita en lo que aprendemos sobre el Salvador en el versículo 26.

Escudriña Doctrina y Convenios 93:36–37, y busca otros principios que el Señor reveló sobre la luz y la verdad. Podrías marcar la frase “la gloria de Dios es la inteligencia, o en otras palabras, luz y verdad” en el versículo 36. Recuerda que el Padre Celestial y Jesucristo poseen la plenitud de gloria, que incluye una plenitud de inteligencia, o sea, de luz y verdad. Medita en cómo nos beneficiamos al recibir luz y verdad en nuestra vida. Uno de los beneficios es que, al recibir luz y verdad, podemos llegar a ser como Jesucristo y el Padre Celestial. (Tal vez desees escribir este principio en el margen de tu ejemplar de las Escrituras, junto al versículo 36).

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Nuestro Padre Celestial y Jesucristo
  1. Escribe en tu diario de estudio de las Escrituras acerca de lo importante que es que entiendas que mediante la recepción de luz y verdad, puedes llegar a ser como Jesucristo y el Padre Celestial.

Lee Doctrina y Convenios 93:27–28 y busca lo que debemos hacer para poder recibir verdad y luz. Escribe en el óvalo de la derecha del diagrama a continuación un principio que nos enseña cómo se recibe la verdad y la luz.

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diagrama con luz y oscuridad

Al recibir luz y verdad, podemos llegar a ser como Jesucristo y el Padre Celestial.

  1. Responde las siguientes preguntas en tu diario de estudio de las Escrituras:

    1. ¿Cómo nos ayuda el guardar los mandamientos a recibir verdad y luz?

    2. ¿Cuándo has sentido que recibiste verdad y luz al guardar los mandamientos?

Cuando vivíamos con Dios antes de nacer en la tierra, teníamos albedrío, la capacidad para escoger y actuar por nosotros mismos. Lee Doctrina y Convenios 93:29–32 y fíjate cómo nuestro uso del albedrío afecta nuestra capacidad de recibir luz y verdad.

De acuerdo con los versículos 31–32, ¿cuál será la consecuencia si escogemos no recibir luz y verdad?

Estos versículos nos hacen entender que nosotros mismos nos colocamos bajo condenación y entorpecemos nuestro progreso espiritual cuando rehusamos recibir la luz que tenemos a disposición.

¿Podemos perder luz y verdad que ya hemos recibido? Escudriña Doctrina y Convenios 93:39 para hallar una respuesta a esta pregunta.

Escribe en el óvalo de la izquierda del diagrama un principio que exprese lo que causa que perdamos luz y verdad.

  1. En tu diario de estudio de las Escrituras, haz una lista de algunos ejemplos de tradiciones o actividades que comúnmente hacen muchas personas, las cuales podrían causarnos la pérdida de luz y verdad. Escribe unas pocas líneas explicando la forma en que el participar en una de esas tradiciones podría afectar negativamente nuestra capacidad para recibir y conservar luz y verdad de nuestro Padre Celestial.

El siguiente escenario ayuda a mostrar cómo nuestras decisiones personales de obedecer o desobedecer los mandamientos afectan nuestra capacidad de recibir luz y verdad, o perderlas. Lee la siguiente narración, y observa cómo las decisiones de María afectan su capacidad para recibir luz y verdad. Detente tras cada párrafo, y piensa cómo ha cambiado la condición de María.

  1. Escribe en tu diario de estudio de las Escrituras acerca de la importancia de las decisiones que tomas cada día y la manera en que afectan la luz y verdad que recibes y conservas.

Doctrina y Convenios 93:40–53

El Señor aconseja a Sus siervos poner sus casas en orden

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oración familiar

Considera cómo las interacciones con tus padres u otros familiares pueden ayudarte a tener más luz y verdad.

Lee Doctrina y Convenios 93:40 para detectar la responsabilidad que Dios ha dado a los padres.

En Doctrina y Convenios 93:41–48, el Señor mandó a Frederick G. Williams, a Sidney Rigdon y a José Smith que se esforzaran más por enseñar la luz y verdad a sus hijos, y formas de poner su casa en orden.

Lee Doctrina y Convenios 93:49–50 y fíjate en la advertencia del Señor que se aplica a todas las familias. Conforme estudies estos versículos, podrías marcar las palabras y frases que enseñan el principio siguiente: Debemos orar siempre y ser diligentes y atentos en el hogar, de lo contrario el inicuo tendrá poder sobre nosotros.

Aunque se dio esta advertencia a un padre, se aplicaba por igual a toda su familia. El élder David A. Bednar, del Cuórum de los Doce Apóstoles, explicó la forma en que podemos ser “más diligentes y atentos en el hogar”:

“Sugerencia 1: Expresar amor y demostrarlo

“Para empezar a ser más diligentes y atentos en el hogar podemos decir a los seres queridos que los amamos. Dichas expresiones no tienen que ser floridas ni extensas; simplemente debemos expresar amor de manera sincera y frecuente…

“Hijos, ¿cuándo fue la última vez que dijeron a sus padres que los aman?…

“Debemos recordar que el decir ‘Te amo’ es solamente el comienzo; debemos decirlo, decirlo de corazón, y lo más importante, demostrarlo constantemente. Debemos expresarlo y también demostrar amor…

“Sugerencia 2: Dar testimonio y vivir de acuerdo con él

“Para ser más diligentes y atentos en el hogar, también podemos expresar testimonio a nuestros seres amados acerca de las cosas que sabemos que son verdaderas por el testimonio del Espíritu Santo. Al testificar, no es necesario que la expresión sea larga ni elocuente…

“Hijos, ¿cuándo fue la última vez que compartieron su testimonio con sus padres y su familia?…

“Debemos recordar que el compartir un testimonio sincero es solamente el comienzo; debemos testificar, hacerlo de corazón y, lo más importante, demostrarlo constantemente. Debemos expresar nuestro testimonio y también vivirlo…

“Sugerencia 3: Ser constantes

“Cada oración familiar, cada episodio de estudio de las Escrituras en familia y cada noche de hogar es una pincelada en el lienzo de nuestras almas. Ninguno de esos hechos por sí solo puede parecer muy impresionante o memorable, pero… nuestra constancia en acciones aparentemente pequeñas puede llevarnos a alcanzar resultados espirituales significativos… La constancia es un principio clave para poner los cimientos de una gran obra en nuestra vida personal y para ser más diligentes y atentos en nuestro hogar” (“Más diligentes y atentos en el hogar”, Liahona, noviembre de 2009, págs. 17–20).

  1. ¿Qué crees que signifique ser “diligentes y atentos en el hogar” (D. y C. 93:50)? Escribe en tu diario de estudio de las Escrituras sobre algo concreto que harás para ser más diligente y atento(a) en el hogar.

  2. Escribe lo siguiente en tu diario de estudio de las Escrituras al final de las asignaciones de hoy:

    He estudiado Doctrina y Convenios 93 y he completado la lección el (fecha).

    Preguntas adicionales, ideas y reflexiones que me gustaría compartir con mi maestro: