Seminario
Unidad 30: Día 1, La sucesión en la Presidencia


Unidad 30: Día 1

La sucesión en la Presidencia

Introducción

Después del martirio del profeta José Smith el 27 de junio de 1844, muchas personas estaban confundidas sobre quién dirigiría a La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Pero antes de morir, el Profeta había preparado la transferencia de liderazgo al conferir todas las llaves y los poderes del sacerdocio sobre el Cuórum de los Doce Apóstoles. Cuando Brigham Young, quien era el Presidente del Cuórum de los Doce Apóstoles, habló a los santos el 8 de agosto de 1844, muchos miembros de la Iglesia recibieron un testimonio espiritual de que él había sido llamado y preparado por Dios para dirigir la Iglesia.

Cronología de la sucesión en la Presidencia después del martirio de José Smith

Fecha

Acontecimiento

27 de junio de 1844

José y Hyrum Smith mueren como mártires en Carthage, Illinois.

29 de junio de 1844

Vista pública de los cuerpos de José y Hyrum Smith.

27 de junio – 7 de julio de 1844

Willard Richards y John Taylor, quien está herido, son los únicos Apóstoles presentes en Nauvoo, Illinois.

8 de julio de 1844

Parley P. Pratt regresa a Nauvoo y ayuda a Willard Richards y a John Taylor a mantener el orden en la Iglesia.

3 de agosto de 1844

Sidney Rigdon llega a Nauvoo desde Pittsburg, Pensilvania.

4 de agosto de 1844

Sidney Rigdon le dice a un grupo de santos que él debe ser el guardián de la Iglesia y quiere que se convoque una reunión especial el 6 de agosto para ratificar su nombramiento. La reunión se celebra realmente el jueves, 8 de agosto.

6 de agosto de 1844

La mayoría de los Apóstoles restantes, entre ellos Brigham Young, regresa a Nauvoo de sus misiones.

7 de agosto de 1844

Por la mañana, los Apóstoles y Sidney Rigdon se reúnen en la casa de John Taylor, quien está aún convaleciente.

En una reunión por la tarde entre los Apóstoles, el sumo consejo y los sumos sacerdotes, Sidney Rigdon afirma otra vez que él debe ser el guardián de la Iglesia. Brigham Young declara que él posee las llaves y desea hacer la voluntad del Señor al respecto.

8 de agosto de 1844

En la reunión efectuada a las 10:00 horas, Sidney Rigdon habla durante una hora y media ante miles de santos reunidos, explicando por qué él debía ser el guardián de la Iglesia. Brigham Young también habla y pide a los santos que se reúnan nuevamente a las 14:00 horas.

En el transcurso del día, muchos miembros de la Iglesia recibieron un testimonio de que el manto o la autoridad del profeta José Smith había recaído en Brigham Young. Durante la reunión de las dos de la tarde, los santos sostienen a Brigham Young y a los Doce Apóstoles como líderes de la Iglesia.

En ambas reuniones, muchos santos son testigos de que Brigham Young temporalmente adquiere la apariencia y la voz del profeta José Smith.

Después del martirio del profeta José Smith, algunas personas afirman tener el derecho de dirigir la Iglesia

Imagínate que te enteras que anoche falleció el Presidente de la Iglesia. ¿Quién pasaría a ser el próximo Presidente de la Iglesia? ¿Cómo sería elegido? ¿Cómo se transfieren las llaves del sacerdocio para presidir la Iglesia al próximo Presidente de la Iglesia?

Tras la muerte como mártir del profeta José Smith, los santos experimentaron una profunda tristeza, y muchos miembros de la Iglesia se sentían confusos con respecto a quién dirigiría la Iglesia. En ese tiempo varias personas afirmaron que tenían el derecho de dirigir la Iglesia. Entre ellos estaban Sidney Rigdon, James Strang y Brigham Young.

Al leer los párrafos siguientes, averigua por qué Sidney Rigdon, quien había sido un prominente líder de la Iglesia durante muchos años, afirmaba que él debía dirigir la Iglesia:

“El 3 de agosto de 1844, llegó [a Nauvoo] Sidney Rigdon, Primer Consejero de la Primera Presidencia, procedente de Pittsburgh, Pensilvania. Hacía un año que había comenzado a seguir un curso contrario al consejo del profeta José Smith, y se había apartado de la Iglesia. Rehusó reunirse con los tres miembros de los Doce que ya se encontraban en Nauvoo y, en su lugar, decidió dirigirse a un grupo grande de santos que se habían congregado para llevar a cabo el servicio de adoración dominical” (Nuestro Legado: Una breve historia de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, 1996, pág. 66).

Sidney Rigdon convocó a una reunión especial que tendría lugar el martes, 6 de agosto, para que los miembros de la Iglesia pudieran elegir a un guardián para la Iglesia. Dio la impresión de que él pretendía celebrar esa reunión para que los miembros de la Iglesia ratificaran la posición de él como guardián de la Iglesia antes de que todos los Doce Apóstoles regresaran de sus misiones en el este de los Estados Unidos. Algunos líderes de la Iglesia sintieron que el hermano Rigdon podría estar tramando “aprovecharse de la situación de los santos” (History of the Church, tomo VII, pág. 225). Afortunadamente, gracias a los esfuerzos del élder Willard Richards y del élder Parley P. Pratt, la reunión se postergó al jueves 8 de agosto, fecha en que la mayoría de los Apóstoles ya habían regresado a Nauvoo.

El hermano Rigdon afirmaba que debido a que él previamente había sido llamado y ordenado como un portavoz de José Smith, era su responsabilidad “ver que la Iglesia se gobernara de la manera apropiada” (en History of the Church, tomo VII, pág. 229). También dijo que él debía “ser un guardián del pueblo” y que al cumplir con esa responsabilidad, él estaba haciendo lo que Dios le había mandado hacer (véase History of the Church, tomo VII, pág. 230).

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Sidney Rigdon

Sidney Rigdon

  1. Responde las siguientes preguntas en tu diario de estudio de las Escrituras:

    1. Si hubieras estado en Nauvoo en ese momento, ¿qué pensarías acerca de las afirmaciones de Sidney Rigdon?

    2. ¿Qué dudas habrías tenido con respecto al hermano Rigdon?

Al leer el párrafo siguiente, averigua por qué James Strang afirmaba que él debía dirigir la Iglesia:

James Strang se había bautizado en febrero de 1844. En la primavera de 1844 se hallaba en Wisconsin explorando una ubicación posible para los santos. Después del martirio, el hermano Strang afirmaba haber recibido una revelación en una carta de José Smith donde declaraba que él había sido nombrado para ser el sucesor de José. La carta del hermano Strang, que él mostró a los miembros de la Iglesia, parecía tener la firma de José Smith. El hermano Strang afirmaba ser el próximo profeta y anunció su posición en una conferencia de la Iglesia en Michigan, el 5 de agosto de 1844.

  1. Responde las siguientes preguntas en tu diario de estudio de las Escrituras:

    1. Si tú hubieras estado con los santos en Michigan, ¿cuál de las afirmaciones de James Strang, si acaso alguna, podría haber sonado convincente?

    2. ¿Qué dudas habrías tenido con respecto a sus afirmaciones?

Al leer los párrafos siguientes, averigua lo que Brigham Young dijo a los demás líderes del sacerdocio, entre ellos los miembros del Cuórum de los Doce Apóstoles que estaban en Nauvoo, acerca de quién debía dirigir la Iglesia:

Los élderes John Taylor, Willard Richards y Parley P. Pratt ya estaban en Nauvoo cuando llegó Sidney Rigdon. La mayor parte del resto de los Apóstoles, entre ellos Brigham Young, regresó a Nauvoo la noche del 6 de agosto de 1844. Al día siguiente, el 7 de agosto, los Apóstoles se reunieron en consejo en la casa de John Taylor. Más tarde ese mismo día, en una reunión por la tarde, los Doce Apóstoles, el sumo consejo y los sumos sacerdotes se reunieron en Nauvoo. El presidente Young, Presidente del Cuórum de los Doce Apóstoles, le pidió a Sidney Rigdon que presentara su mensaje a los santos. Sidney Rigdon declaró con determinación que había visto una visión y que nadie podía suceder a José Smith como Presidente de la Iglesia. Entonces, propuso que él fuese nombrado el guardián del pueblo.

Después de que Sidney Rigdon concluyó su discurso, Brigham Young dijo:

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Presidente Brigham Young

“No me importa quién dirija la Iglesia… pero hay algo que debo saber, y es lo que Dios tiene que decir al respecto. Poseo las llaves y los medios para averiguar cuál es la voluntad de Dios en cuanto a esto…

“José confirió sobre nuestras cabezas [refiriéndose a los Doce Apóstoles] todas las llaves y los poderes pertinentes al apostolado que él mismo poseía antes de que nos lo arrebataran…

“¡Cuántas veces dijo José a los Doce: ‘He colocado el cimiento y ustedes deben edificar sobre él, porque sobre sus hombros descansa el reino!’” (en History of the Church, tomo VII, pág. 230).

  1. Responde las siguientes preguntas en tu diario de estudio de las Escrituras:

    1. ¿En qué parecen diferenciarse los deseos del presidente Brigham Young de los de Sidney Rigdon y James Strang?

    2. ¿Por qué fue importante el testimonio de Brigham Young en cuanto a las llaves del sacerdocio?

El presidente Brigham Young y otros miembros del Cuórum de los Doce Apóstoles enseñaron la siguiente verdad: Los Apóstoles poseen todas las llaves del sacerdocio necesarias para presidir la Iglesia.

Esos mismos poderes y llaves del sacerdocio los poseen los Apóstoles hoy en día. Cuando un Apóstol es ordenado, él recibe todas las llaves del sacerdocio en la tierra (véase D. y C. 112:30–32), pero la autoridad para ejercer todas esas llaves del sacerdocio está restringida al Apóstol mayor, el Presidente de la Iglesia.

En enero de 1836, más de ocho años antes de morir, el profeta José Smith instruyó al Cuórum de los Doce Apóstoles, diciendo que: “Los Doce no tienen que responder a nadie sino a la Primera Presidencia”, y luego él dijo: “donde yo no estuviere, no habrá Primera Presidencia sobre los Doce” (en History of the Church, tomo II, pág. 374; véase también Enseñanzas del profeta José Smith, pág. 123).

De acuerdo con esa instrucción del profeta José Smith, ¿qué sucede con la Primera Presidencia cuando muere el Presidente de la Iglesia?

¿Quién está en capacidad de dirigir la Iglesia cuando la Primera Presidencia se disuelve?

Lee Doctrina y Convenios 124:127–128 y averigua quién era el Apóstol mayor y Presidente del Cuórum de los Doce Apóstoles en el momento de la muerte del profeta José Smith.

Brigham Young era el Presidente del Cuórum de los Doce Apóstoles, porque él era el apóstol de mayor antigüedad. Cuando se formó ese Cuórum por primera vez en 1835, la antigüedad se decidió por la edad. A medida que se agregaron miembros [al Cuórum], la antigüedad fue determinada por la fecha de ordenación. Por lo tanto, en nuestros días, la antigüedad se determina por la fecha y el orden en el que un apóstol es ordenado. Cuando el Presidente de la Iglesia fallece, la Primera Presidencia se disuelve y el Cuórum de los Doce Apóstoles se convierte en el Cuórum Presidente, bajo la dirección del Apóstol mayor.

El Señor ha establecido la sucesión en la Presidencia de la Iglesia de modo tal que nunca le falte liderazgo inspirado a la Iglesia, y no exista ninguna razón para la especulación o la controversia sobre quién llegará a ser el próximo Presidente de la Iglesia. El presidente Harold B. Lee explicó: “[El Señor] sabe a quién quiere para presidir sobre esta Iglesia, y no cometerá ningún error. El Señor no hace las cosas por accidente. Él nunca ha hecho algo al azar” (en Conference Report, octubre de 1970, pág. 153; véase también Doctrina y Convenios: Manual del alumno, 1985, pág. 42).

En resumen, las llaves del Reino se confieren a cada integrante del Cuórum de los Doce Apóstoles en el momento de su ordenación al apostolado. El Apóstol mayor, quien preside el Cuórum de los Doce Apóstoles, se determina por la fecha y el orden de su ordenación. Cuando el Presidente de la Iglesia fallece, el Cuórum de la Primera Presidencia se disuelve y los consejeros, si antes habían estado en el Cuórum de los Doce Apóstoles, regresan a sus respectivos lugares de antigüedad en ese cuórum. Entonces, el Cuórum de los Doce Apóstoles se convierte en el Cuórum Presidente para dirigir la Iglesia. El Apóstol mayor, como Presidente de los Doce Apóstoles, automáticamente posee y ejerce de forma activa todas las llaves del sacerdocio del Reino y preside sobre toda la Iglesia. Como oficial presidente de la Iglesia, el Presidente del Cuórum de los Doce tiene la prerrogativa de recibir revelación tocante a cuándo reorganizar la Primera Presidencia. Todas las cosas en la Iglesia del Señor se realizan con prudencia y orden.

Muchos reciben un testimonio de que el presidente Brigham Young debe dirigir la Iglesia

El 8 de agosto de 1844, los santos de Nauvoo, Illinois, se reunieron a las 10:00 h para oír a Sidney Rigdon formular sus pretensiones como guardián de la Iglesia. Debido a que el viento soplaba hacia el estrado, el hermano Rigdon se ubicó en un carromato detrás de la congregación para que la gente pudiera escuchar mejor su voz. La congregación se dio vuelta para mirar al hermano Rigdon mientras predicaba. Él habló a los miles de santos allí reunidos durante una hora y media, y explicó por qué él debía ser el guardián de la Iglesia. Varias personas describieron su discurso como carente de inspiración.

El presidente Brigham Young y otros líderes de la Iglesia vinieron y se sentaron en el estrado, del lado opuesto de donde estaba hablando Sidney Rigdon. Para entonces, el viento había cesado. Después que Sidney Rigdon hubo terminado, habló el presidente Young. Los de la audiencia se dieron vuelta para escuchar hablar a Brigham, y dieron la espalda al vagón ocupado por Sidney Rigdon (véase ”Discourse by President Geo. Q. Cannon”, Deseret News, 21 de febrero de 1883, pág. 67). El presidente Young habló brevemente y dijo que él habría preferido volver a Nauvoo para llorar al Profeta a tener que nombrar a un nuevo líder. Anunció que se celebraría una asamblea de los líderes de la Iglesia y los miembros esa tarde a las 14:00 h. Mientras él hablaba, varios miembros de la Iglesia notaron que la apariencia de Brigham Young y su voz cambiaron, haciéndose semejantes a las del profeta José Smith. Ese milagroso acontecimiento ayudó a muchos de los santos a saber que el Señor quería que Brigham Young dirigiese la Iglesia.

A medida que leas las siguientes experiencias, observa cómo bendijo el Señor a los santos para que supieran a quién había nombrado Él para dirigir la Iglesia. El término “manto” se refiere a la autoridad que pasaba del profeta y Presidente de la Iglesia (José Smith) a su sucesor (Brigham Young).

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Benjamin F. Johnson

Benjamin F. Johnson comentó: “El presidente Brigham Young se levantó y habló. Lo vi levantarse, pero tan pronto como empezó a hablar me puse de pie como sacudido, pues en todo sentido era la voz de José; y su persona, tanto en aspecto, como actitud, vestimenta y apariencia, era la del mismo José personificado; e instantáneamente supe que el espíritu y el manto de José descansaban sobre él” (My Life’s Review, 1947, págs. 103–104).

William C. Staines describió que Brigham Young habló “con la voz como la voz del profeta José Smith. Yo pensaba que era él, y así lo creyeron miles de personas que lo oyeron” (en History of the Church, tomo VII, pág. 236).

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Presidente Wilford Woodruff

Wilford Woodruff escribió: “Si no lo hubiera visto con mis propios ojos, nadie habría podido convencerme de que no era José Smith quien hablaba. Era como si fuera la voz y el rostro de José Smith; y cualquiera que conocía a esos dos hombres puede testificar de esto” (en History of the Church, tomo VII, pág. 236).

El presidente Brigham Young, y otros miembros del Cuórum de los Doce Apóstoles, hablaron durante la reunión de la tarde. Muchos otros comentaron que Brigham Young se parecía a José Smith y sonaba como él cuando habló ese día. George Q. Cannon, que en 1844 tenía 17 años, recordó: “Si José hubiera resucitado de entre los muertos y otra vez hubiese hablado en la audiencia, el efecto no habría podido ser más sorprendente de lo que fue para muchos de los presentes en esa reunión: era la voz del mismo José Smith; y no solo era su voz la que se oía, sino que a los ojos de los presentes era como si su propia persona estuviera enfrente de ellos. El Señor dio a Su pueblo un testimonio que no dejó lugar a dudas sobre quién era el hombre que Él había escogido para dirigirlos” (en History of the Church, tomo VII, pág. 236; véase también Presidentes de la Iglesia: Manual del alumno, págs. 31–32).

Además de ese milagro, muchos de los santos también sintieron al Espíritu Santo testificándoles a ellos que Brigham Young y el Cuórum de los Doce Apóstoles eran llamados por Dios para dirigir la Iglesia. Al final de esa reunión, los santos de Nauvoo votaron con una abrumadora mayoría por sostener al Cuórum de los Doce Apóstoles, con Brigham Young a la cabeza, para dirigir la Iglesia. Sin embargo, al final, no todos los miembros de la Iglesia decidieron seguir a los Apóstoles. Algunas de las personas decidieron seguir a individuos como Sidney Rigdon y James Strang, quienes formaron cada uno su propia iglesia.

Si tú hubieras estado en cualquiera de las dos sesiones del 8 de agosto de 1844, ¿a qué conclusiones podrías haber llegado sobre la interrogante de a quién había llamado Dios para dirigir la Iglesia?

Cuando el profeta José Smith falleció, el Apóstol de mayor antigüedad (Brigham Young) pudo inmediatamente ejercer todas las llaves del sacerdocio. Tenía el derecho a recibir revelación en cuanto a cuándo organizar una nueva Primera Presidencia. En 1847, más de dos años después del martirio, el presidente Brigham Young fue inspirado a reorganizar la Primera Presidencia en vez de seguir dirigiendo la Iglesia como Presidente del Cuórum de los Doce Apóstoles. A medida que la Iglesia continúa creciendo y expandiéndose, es importante recordar que podemos recibir un testimonio por medio del Espíritu Santo de que aquellos que dirigen la Iglesia han sido llamados por Dios.

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La Primera Presidencia, 2013

La Primera Presidencia, 2013

  1. Responde las siguientes preguntas en tu diario de estudio de las Escrituras:

    1. ¿Por qué crees que es importante recibir un testimonio de que nuestros líderes de la Iglesia son llamados por Dios?

    2. Piensa en ocasiones en que hayas recibido un testimonio de que un líder de la Iglesia fue llamado por Dios. Si has tenido esa experiencia, ¿qué hiciste para recibir ese testimonio? Si no has tenido un testimonio de los líderes de la Iglesia, escribe acerca de lo que podrías hacer para obtenerlo.

  2. Pide a un miembro de tu familia o a uno de tus amigos que comparta contigo su experiencia de recibir un testimonio del Espíritu Santo de que un líder de la Iglesia fue llamado por Dios. Tú también puedes compartir con ellos lo que escribiste en la asignación anterior. En tu diario de estudio de las Escrituras, escribe lo que aprendiste de la experiencia de esa persona.

  3. Escribe lo siguiente en tu diario de estudio de las Escrituras al final de las asignaciones de hoy:

    He estudiado la lección “La sucesión en la Presidencia” y la he terminado el (fecha).

    Preguntas adicionales, ideas y reflexiones que me gustaría compartir con mi maestro: