Preparación para entrar en el templo
Continuemos disfrutando de las bendiciones que brinda la asistencia al templo


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Continuemos disfrutando de las bendiciones que brinda la asistencia al templo

“Porque he aquí, he aceptado esta casa, y mi nombre estará aquí; y me manifestaré a mi pueblo en misericordia en esta casa”(D. y C. 110:7).

Objetivo

Examinar con los miembros de la clase las primeras visitas que hicieron al templo y ayudarlos a prepararse para sentir el gozo de asistir al templo a lo largo de sus vidas.

Preparación

  1. Prepárese para que esta lección sea un momento para compartir ideas. La mayoría de los miembros de la clase querrán comentar sobre su primera visita al templo.

  2. Asigne a un miembro de la clase para que lea Doctrina y Convenios 110:1–10 y diga lo que piensa en cuanto a estos pasajes.

  3. Asigne a un miembro de la clase para que resuma la información sobre Elías presentada en las páginas 26–28 de Cómo prepararse para entrar en el santo templo.

  4. Prepárese para contestar las preguntas que puedan haber surgido de la primera visita al templo, pero no conteste preguntas ni hable de información que sólo debe reservarse para comentar en el templo. Si hay preguntas de esta índole, aliente al individuo a planear visitas adicionales al templo.

Presentación de la lección

Invite a alguien a ofrecer la primera oración.

Pregunte a los miembros de la clase si tienen alguna pregunta. Tome el tiempo que sea necesario para contestar las preguntas lo mejor que pueda y según le guíe el Espíritu del Señor. Tenga presente que hay ciertos aspectos de la obra del templo de los que no se debe hablar fuera del mismo.

Mantener vivo el deseo de servir en el templo

• ¿Cómo se sintieron cuando estuvieron en el templo?

Explique que el servicio en el templo traerá bendiciones constantes en la vida de los que allí acudan a menudo. Inste a los miembros de la clase a que escriban sus sentimientos con respecto al templo en sus diarios personales, mientras tengan esas experiencias todavía vívidas en la mente. Recuérdeles que aunque pueden escribir acerca de los sentimientos que experimentaron, no deben entrar en detalles acerca de la obra del templo ya que ésta no se debe divulgar fuera del templo.

• ¿Qué pueden hacer para mantener vivo el deseo de servir en el templo el resto de sus vidas?

Escriba las ideas de los alumnos en la pizarra. Además, puede usted presentar las ideas siguientes:

1. Meditar todos los días acerca de la experiencia vivida en el templo.

Explique que algunas personas tienen más oportunidades que otras de asistir al templo. Sin embargo, una vez que hayamos ido y hayamos sentido el Espíritu en ese lugar, debemos apartar un tiempo todos los días para meditar acerca de las ceremonias del templo y reflexionar acerca de los convenios que hemos hecho. Al hacerlo, desearemos pensar y actuar todos los días con más rectitud.

No podremos recordar todas las cosas del templo, pero debemos tratar de recordar cuanto podamos después de cada visita. También debemos estudiar las Escrituras y las palabras de los profetas que se refieren al templo. Algunas de éstas se han indicado durante este curso.

Sería apropiado pedirle a un miembro de la clase que resuma la declaración en la página 11 de Cómo prepararse para entrar en el santo templo:

“La ceremonia del templo no se comprenderá cabalmente la primera vez; se entenderá sólo en parte. Vuelvan al templo una y otra vez. Vuelvan para aprender. Las cosas que les hayan inquietado, o las que les hayan estado confundiendo, o que les hayan parecido misteriosas…

“Cuando tengan la oportunidad de asistir a una sesión de investidura en el templo, o de presenciar un sellamiento, mediten en el significado más profundo de lo que ven ante sus ojos. Entonces, en los días subsiguientes a la visita, reflexionen en estas cosas; repásenlas en su mente en silencio y con el espíritu de oración, y descubrirán que su conocimiento aumentará.

“Uno de los aspectos de mayor valor de la experiencia por la que se pasa en el templo es que nos presenta un panorama amplio y completo de los propósitos de Dios tocantes a esta tierra. Una vez que hayamos pasado por el templo (y podemos regresar allí y refrescar la memoria), los sucesos de la vida tendrán su lugar en el plan general de las cosas; podremos ver con perspectiva dónde nos encontramos y podremos asimismo darnos cuenta con prontitud de si nos hemos desviado del camino”.

2. Recuerden que la adoración en el templo está centrada en el Salvador, Jesucristo.

Las Escrituras nos enseñan que una razón muy importante por la que se construyen templos es “que el Hijo del Hombre tenga un lugar para manifestarse a su pueblo” (D. y C. 109:5). Los símbolos y los ritos del templo nos ayudan a enfocar nuestra atención en el Salvador.

Explique que el Salvador se manifestó en el Templo de Kirtland cuando se apareció a José Smith y a Oliver Cowdery para aceptar el templo como Su casa. Esta visión se encuentra en Doctrina y Convenios 110:1–10. Pídale al miembro asignado previamente que lea y comente estos versículos.

• ¿Qué bendiciones promete el Señor a los que edifiquen templos y asistan a ellos?

En el templo, las familias se sellan por la eternidad

Pida a los miembros de la clase que lean Malaquías 4:5–6.

Pida al miembro de la clase asignado que presente un resumen de la información sobre Elías que figura en las páginas 26–28 de Cómo prepararse para entrar en el santo templo.

Explique que Elías regresó y restauró las llaves del sacerdocio para que las familias se sellen en el templo por la eternidad.

Pida a los miembros de la clase que repasen Doctrina y Convenios 110:13–16. Acto seguido, pida a alguien que lea la siguiente cita que aparece en la página 31 de Cómo prepararse para entrar en el santo templo:

“Desde ese mismo día, el 3 de abril de 1836, el corazón de los hijos comenzó a volverse a sus padres. De allí en adelante, las ordenanzas no fueron provisorias sino permanentes. El poder para sellar estaba con nosotros. Ninguna autorización le excede en valor y trascendencia. Dicho poder dota de vigor y durabilidad eterna a todas las ordenanzas que se efectúan con la debida autoridad, tanto por los vivos como por los muertos”.

El Salvador describió el poder de sellar cuando le habló a Pedro, Su Apóstol, según Mateo 16:19. Pida a un miembro de la clase que lea el versículo.

Explique que hoy en día, el profeta que es el Presidente de la Iglesia, posee esas mismas llaves. “…Ese sagrado poder para sellar existe actualmente en la Iglesia. Nada consideran con más sagrada reflexión aquellos que conocen el significado de esta autoridad. Nada se estima con mayor celo. Hay relativamente pocos hombres sobre la tierra que poseen, al mismo tiempo, este sagrado poder: en cada templo hay hermanos a quienes se ha conferido el poder para sellar. Nadie puede recibirlo sino del Presidente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, o de aquellos a quienes él ha delegado para que lo confieran a otras personas” (Cómo prepararse para entrar en el santo templo, pág. 28).

Explique que las ordenanzas selladoras incluyen: el sellamiento de cónyuges (marido y mujer), y el sellamiento de hijos a sus padres. Los hijos nacidos de padres que han sido sellados en el templo nacen dentro del convenio que han hecho sus padres y, por lo tanto, no tienen que ser sellados a sus padres.

• ¿De qué manera el estar sellados en el templo podría afectar los hechos y los pensamientos diarios de una familia?

• ¿Qué bendiciones puede recibir una familia por estar sellada en el templo?

El presidente Gordon B. Hinckley dijo: “¿Habrá algún hombre que verdaderamente ame a una mujer, o una mujer que verdaderamente ame a un hombre, que no desee con todo su corazón que su relación continúe más allá de la tumba? ¿Ha habido padres que al enterrar a un hijo no hayan anhelado recibir la seguridad de que éste volvería a pertenecerles en el más allá? ¿Puede alguien, que crea en la vida eterna, dudar de que Dios no concedería a Sus hijos e hijas el atributo más preciado de esta vida, que es el amor que halla su expresión más viva en las relaciones familiares? No. La razón exige que esas relaciones familiares continúen después de la muerte. El corazón humano las anhela y el Dios de los cielos ha revelado la manera de lograrlo. Las ordenanzas sagradas de la Casa del Señor proporcionan ese medio” (“¿Por qué tener templos?”, Templos de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días).

Los templos nos dan la oportunidad de servir a los fallecidos

Pida a los miembros de la clase que lean Abdías 1:21.

El profeta José Smith explicó cómo los miembros de la Iglesia pueden convertirse en salvadores en el monte de Sión.

“Pero, ¿cómo van [los santos] a ser salvadores sobre el monte de Sión? Edificando sus templos, erigiendo sus pilas bautismales y yendo a recibir todas las ordenanzas, bautismos, confirmaciones, lavamientos, unciones, ordenaciones y poder de ligar en bien de todos sus progenitores que han muerto, a fin de redimirlos para que puedan salir en la primera resurrección y ser elevados con ellos a tronos de gloria; y en esto consiste la cadena que unirá el corazón de los padres a los hijos, y de los hijos a los padres, y esto cumple la misión de Elías…” (Enseñanzas del profeta José Smith, pág. 407).

“La obra vicaria que se lleva a cabo en los templos se debe efectuar con el mismo espíritu de devoción y abnegación que marcó la vida del Maestro” (Presidente Thomas S. Monson).

Explique que como parte del plan de salvación, nuestro Padre Celestial ha preparado una manera por la que todos los que murieron sin recibir las ordenanzas del Evangelio tengan la oportunidad de recibirlas. Los que viven en el mundo de los espíritus tienen la oportunidad de escuchar el Evangelio. Allí pueden aceptarlo, pero no pueden efectuar las ordenanzas por ellos mismos. Por este motivo, el Señor nos ha mandado realizar estas ordenanzas a favor de esas personas en los santos templos. Debemos esmerarnos de especial manera para hacer la obra de historia familiar a fin de que recibamos las ordenanzas a favor de nuestros propios antepasados.

Las ordenanzas que se efectúan en el templo a favor de los muertos incluyen: bautismos, confirmaciones, ordenaciones al sacerdocio, investiduras y sellamientos de marido y mujer y de hijos a sus padres.

Debemos regresar al templo tan a menudo como las circunstancias lo permitan. De esta manera podremos servir a los que han muerto al efectuar las ordenanzas por ellos, bendiciendo la vida de ellos por quienes hagamos la obra y al mismo tiempo recibiendo bendiciones en nuestra propia vida. En la Guía para los miembros sobre las obras del templo y de Historia Familiar (34697 002) hay más información en cuanto a cómo hacer historia familiar y cómo llevar a cabo las ordenanzas por nuestros antepasados.

El presidente Thomas S. Monson ha declarado:

“Al tener un aprecio por la investidura del templo y las ordenanzas selladoras, nuestros familiares se sentirán más unidos, y en cada miembro de la familia surgirá el deseo de hacer que los seres queridos que han partido al más allá puedan recibir las mismas bendiciones…

“La obra vicaria que se lleva a cabo en los templos se debe efectuar con el mismo espíritu de devoción y abnegación que marcó la vida del Maestro. Cuando lo recordamos, se nos hace más fácil hacer nuestra parte como individuos en esta obra vital. Ojalá que cada vez que posemos la vista en una de estas casas santas recordemos las oportunidades eternas que adentro de las mismas se ofrecen, no sólo para nosotros sino también para los que han fallecido” (Pathways to Perfection, 1973, págs. 206–207).

Conclusión

Haga hincapié en que la asistencia al templo nos permite servir a los demás y obtener un mayor conocimiento espiritual. Lea la cita que se encuentra a continuación:

“Ninguna obra constituye mayor protección para esta Iglesia que la obra del templo y la investigación genealógica que la apoya. Ninguna otra obra produce mayor refinamiento espiritual; ninguna otra obra nos aporta más poder; ninguna otra obra exige una norma mayor de rectitud… “Si aceptamos la revelación con respecto a la obra de las ordenanzas del templo, si estamos dispuestos a concertar nuestros convenios sin reparo ni justificación, el Señor nos protegerá. Recibiremos la inspiración que necesitemos para hacer frente a los conflictos de la vida…

“Por tanto, vayan al templo: vayan y reclamen sus bendiciones. Es una obra sagrada” (Cómo prepararse para entrar en el santo templo, pág. 40).

Para finalizar la lección, compartan sus testimonios. Inste a los presentes a regresar al templo para que, de ese modo, puedan recibir enseñanzas del Espíritu del Señor.

Si lo desea, mencione a los integrantes de la clase que tal vez puedan obtener en un centro de distribución el video (en inglés solamente) Mountain of the Lord (53300) para verlo en casa. En esta presentación que dura 73 minutos se narra la historia de la edificación del Templo de Salt Lake.

Invite a alguien a ofrecer la última oración.