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Lección 3: La salida a luz del Libro de Mormón


Lección 3

La salida a luz del Libro de Mormón

Introducción

El Señor envió al ángel Moroni a fin de preparar a José Smith para que recibiera y tradujera el Libro de Mormón. Es poco lo que se sabe acerca del proceso de la traducción en sí. José Smith dijo que el Libro de Mormón fue traducido “por el don y el poder de Dios” (prefacio al Libro de Mormón, edición de 1830 [en inglés]). De acuerdo con la ley de los testigos (véase 2 Corintios 13:1), el Señor permitió que varias otras personas fueran testigos de ese registro antiguo. Sus testimonios refuerzan la credibilidad del Libro de Mormón para el mundo entero.

Lectura preparatoria

Sugerencias para la enseñanza

José Smith—Historia 1:30–35, 42–54

Traducido por el don y el poder de Dios

Pida a uno o dos voluntarios que resuman para el resto de la clase lo que recuerden acerca de la visita del ángel Moroni al joven José Smith la noche del 21 de septiembre de 1823. Según sea necesario, comparta la siguiente información:

“…La noche del 21 de septiembre de 1823, José se retiró a su cuarto, que estaba en el ático de la cabaña de troncos de su familia, en Palmyra, Nueva York, pero permaneció despierto después de que los demás en el cuarto se habían dormido y oraba fervientemente para saber más sobre los propósitos que Dios tenía para él…

“En respuesta a su oración, vio aparecer en su cuarto una luz que se hizo cada vez más brillante, hasta que ‘la habitación quedó más iluminada que al mediodía’. Un mensajero celestial se apareció junto a su cama, de pie en el aire, vestido con una túnica de ‘una blancura exquisita’ (José Smith—Historia 1:30–31); era Moroni, el último profeta nefita, que siglos antes había enterrado las planchas donde el Libro de Mormón se escribió y quien en ese momento poseía las llaves pertinentes de este sagrado registro (véase D. y C. 27:5). Se le había enviado para decirle a José que Dios le había perdonado sus pecados y que tenía una gran obra reservada para él; como parte de esa obra, José debía ir a una colina cercana, donde estaba depositado un registro sagrado escrito en planchas de oro… él debía traducir el registro y darlo a conocer al mundo.

“Al día siguiente, José Smith se dirigió a la colina donde estaban enterradas las planchas del Libro de Mormón. Allí se encontró con Moroni y vio las planchas, pero se le dijo que no las recibiría sino hasta después de cuatro años…

“…El 22 de septiembre de 1827, [Emma, la esposa de José,] lo acompañó a la colina y lo esperó en un lugar cercano mientras Moroni entregaba las planchas en manos del Profeta” (Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith, 2007, págs. 61–62).

Pida a los alumnos que se dirijan a la portada del Libro de Mormón y que echen un vistazo al primer párrafo para buscar información acerca de la manera en la que este registro antiguo saldría a la luz y sería traducido. Después de que lean, pídales que compartan lo que hayan encontrado. (Los alumnos deberían descubrir la siguiente verdad: El Libro de Mormón fue traducido por el don y el poder de Dios).

Pida a un alumno que lea José Smith—Historia 1:34–35 en voz alta, y a la clase que siga la lectura en silencio y que busque una manera en la que el Señor ayudó a José Smith a traducir el Libro de Mormón.

  • Según esos versículos, ¿cuál es una manera en la que el Señor ayudó a José Smith a traducir el registro antiguo? (El Señor le proporcionó el Urim y Tumim para la traducción).

Explique que otro instrumento que José Smith utilizó para traducir el Libro de Mormón fue una pequeña piedra ovalada, a veces denominada “piedra vidente”, que descubrió varios años antes de obtener las planchas de oro (véase “La traducción del Libro de Mormón”, Temas del Evangelio, lds.org/topics). El relato histórico indica que el Profeta utilizaba a veces el Urim y Tumim y a veces la piedra vidente para traducir.

Lea en voz alta la siguiente declaración para ayudar a los alumnos a comprender que el Señor reveló la traducción al inglés del Libro de Mormón al Profeta mediante el Urim y Tumim y la piedra vidente:

“Cuando se le pidieron detalles sobre el proceso de traducción, José repitió en varias ocasiones que se había llevado a cabo ‘por el don y el poder de Dios’; y en una ocasión añadió: ‘No se ha tenido la intención de decirle al mundo los detalles de la salida a luz del Libro de Mormón’.

“No obstante, los escribientes y otras personas que observaron el proceso de traducción dejaron numerosos testimonios que arrojan algo de luz sobre el proceso. Algunos relatos indican que José Smith estudiaba los caracteres de las planchas. Los relatos, en su mayoría, indican que José usaba el Urim y Tumim (los intérpretes o la piedra vidente) y muchos relatos mencionan que utilizaba una sola piedra. Según estos relatos, José colocaba los intérpretes o la piedra vidente en un sombrero, apoyaba el rostro en el sombrero para bloquear la luz externa y leía en voz alta las palabras en inglés que aparecían en el instrumento. El proceso, tal y como se describió, recuerda un pasaje del Libro de Mormón que habla de que Dios prepararía ‘una piedra que brillará en las tinieblas hasta dar luz’ [Alma 37: 23–24]” (“La traducción del Libro de Mormón”, Temas del Evangelio, lds.org/topics).

Explique que la ayuda del Señor fue evidente también en el corto período de tiempo en el que José Smith tradujo el Libro de Mormón. Muestre la siguiente declaración del élder Russell M. Nelson, del Cuórum de los Doce Apóstoles, y pida a un alumno que la lea en voz alta:

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Elder Russell M. Nelson

“Piensen en el poco tiempo que le tomó a José traducir el Libro de Mormón. Trabajando desde abril hasta junio de 1828, José tradujo las 116 páginas que Martin Harris perdió más tarde. José comenzó a traducir de nuevo el martes 7 de abril de 1829, con Oliver Cowdery como escriba. El manuscrito fue completado ochenta y ocho días después el 30 de junio de ese año. Por supuesto, no todo ese tiempo lo pasó trabajando en la traducción… Haciendo una estimación conservadora, eso dejó sesenta y cinco días o menos de trabajo en los cuales el profeta y sus escribas tradujeron este libro, que contiene 531 páginas en su edición actual. (Véase John W. Welch, Liahona, septiembre de 1989, págs. 14–15). El cálculo da un promedio de ocho páginas por día. Tengan esto en cuenta cuando traduzcan un libro o cuando programen su propia lectura del Libro de Mormón” (“A Treasured Testament”, Ensign, julio de 1993, págs. 61–62).

  • ¿Cuáles son algunas de las maneras en las que la salida a luz del Libro de Mormón ocurrió “por el don y el poder de Dios”?

  • Si no conocemos todos los detalles que rodean la salida a luz del Libro de Mormón, ¿cómo podemos saber que ese libro es verdad? (Podemos recibir un testimonio espiritual del Libro de Mormón sin conocer todos los detalles relacionados con su traducción).

  • ¿Qué les ha ayudado a obtener un testimonio del Libro de Mormón?

Pida a un alumno que lea en voz alta las siguientes palabras del presidente Gordon B. Hinckley:

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President Gordon B. Hinckley

“Primero vino Moroni con las planchas de las cuales se tradujo el Libro de Mormón. ¡Qué hecho tan singular y extraordinario! La historia de José sobre las planchas de oro era fantástica. Era difícil de creer y fácil de poner en duda. ¿Podría haberla escrito él mismo? Aquí está, mis hermanos y hermanas, para que todos la vean, la palpen y la lean. Todo intento de explicar su origen que no sea el que él dio, ha caído por su propio peso. Él tenía escasa instrucción, y sin embargo, en muy poco tiempo, realizó la traducción, que en forma publicada contiene más de 500 páginas…

“A lo largo de todos estos años, los críticos han tratado de descifrarlo; han hablado en contra de él y lo han ridiculizado, pero los ha sobrevivido a todos, y su influencia hoy en día es mucho más grande que en cualquier época de su historia” (“La piedra cortada del monte”, Liahona, noviembre de 2007, págs. 84–85).

  • ¿Qué podrían decir para ayudar a alguien que esté luchando para creer que el Libro de Mormón es verdadero?

Testifique que el Libro de Mormón ha salido a la luz por el don y el poder de Dios.

Doctrina y Convenios 17

El Testimonio de Tres y de Ocho Testigos

Explique que mientras José Smith estaba traduciendo el Libro de Mormón, se enteró que el Señor designaría a otras personas para que fueran testigos del registro antiguo (véanse 2 Nefi 27:12–13; Éter 5:2–5). En esa oportunidad, tanto Oliver Cowdery como David Whitmer y Martin Harris expresaron el deseo de ser esos testigos especiales. Doctrina y Convenios 17 contiene las instrucciones del Señor a esos hombres.

Pida a varios alumnos que se turnen para leer en voz alta Doctrina y Convenios 17:1–6, y a la clase que siga la lectura en silencio para averiguar lo que el Señor les instruyó a los testigos que debían hacer después de ver las planchas. Una vez que los alumnos hayan compartido lo que encontraron, pregunte:

  • ¿Por qué piensan que esos hombres tenían que demostrar fe como la de los profetas de la antigüedad antes de que el Señor les permitiera ver las planchas?

  • Según los versículos 3–5, ¿qué responsabilidad tendrían esos testigos después de haber visto las planchas?

  • ¿Qué responsabilidad tenemos cuando el Señor nos manifiesta la veracidad del Libro de Mormón? (Los alumnos deben reconocer un principio similar al siguiente: Después de haber obtenido un testimonio de la verdad, tenemos la responsabilidad de testificar de ella. [Véase también D. y C. 88:81]). Podría señalar que ese principio es también un ejemplo de un modelo que podemos hallar en las Escrituras. “Un modelo es un plan o una norma que puede usarse como guía para hacer o fabricar algo de manera repetitiva” [David A. Bednar, “Una reserva de agua viva”, charla fogonera del SEI para jóvenes adultos, 4 de febrero de 2007, pág. 4, lds.org/broadcasts].

  • ¿De qué manera el testificar de la verdad podría ser una manifestación de nuestra fe?

Pida a un alumno que lea en voz alta el relato de José Smith de su experiencia con los Tres Testigos:

“Martin Harris, David Whitmer, Oliver Cowdery y yo acordamos retirarnos al bosque para intentar, mediante oración ferviente y humilde, obtener el cumplimiento de las promesas… [Después de] nuestro segundo fracaso, Martin Harris nos propuso alejarse de nosotros, creyendo, como nos lo expresó, que su presencia era la causa de no recibir lo que deseábamos. En consecuencia, se apartó de nuestro lado y nos arrodillamos de nuevo. No habíamos pasado mucho tiempo en oración cuando… un ángel [Moroni] se puso ante nosotros. En sus manos sostenía las planchas… Fue dando vuelta a las hojas una por una, de manera que pudiéramos verlas y distinguir los grabados claramente… Escuchamos una voz que provenía de la luz brillante que estaba sobre nosotros, diciendo: ‘Estas planchas se han revelado por el poder de Dios y han sido traducidas por el poder de Dios. La traducción que habéis visto es correcta, y os mando dar testimonio de lo que ahora veis y oís’.

“Entonces dejé allí a David y Oliver y fui a buscar a Martin Harris, al que encontré a bastante distancia, orando fervientemente. En seguida me dijo que no había podido persuadir al Señor y ansiosamente me pidió que me uniera a él en una oración, para que también pudiera alcanzar las mismas bendiciones que nosotros acabábamos de recibir. En consecuencia, nos unimos en oración y al fin obtuvimos nuestros deseos, pues antes de haber terminado de orar, la misma visión se desplegó ante nuestros ojos, al menos se desplegó nuevamente ante mí, y una vez más vi y oí las mismas cosas; en tanto, en aquel mismo momento, Martin Harris exclamó, aparentemente en un éxtasis de gozo: ‘¡Es suficiente, es suficiente! ¡Mis ojos han visto, mis ojos han visto!’” (en History of the Church, tomo I, págs. 54–55).

José regresó a la casa de los Whitmer y les dijo a sus padres: “El Señor ha hecho que se mostraran las planchas a tres personas más, aparte de mí. Ellos también han visto a un ángel, y tendrán que dar testimonio de la verdad de lo que yo he dicho, pues ahora ellos mismos saben que no ando engañando a la gente. ¡Siento como si se me hubiera liberado de una carga que me resultaba demasiado pesada de soportar… y mi alma se regocija al saber que no estaré enteramente solo en el mundo!” (en Lucy Mack Smith, History, 1844–1845, libro 8, página 11, josephsmithpapers.org/paperSummarylucy-mack-smith-history-1844-1845).

  • ¿Por qué creen que José Smith se regocijó después de esa experiencia? (Él ya no estaba solo como testigo de las planchas y del mensajero celestial).

Explique que ocho testigos adicionales también recibieron la oportunidad de ver las planchas.

Pida a la mitad de la clase que lea “El Testimonio de Tres Testigos” y a la otra mitad que lea “El Testimonio de Ocho Testigos”, ambos de los cuales se pueden encontrar en las páginas introductorias del Libro de Mormón. Pida a los alumnos que busquen elementos significativos en las experiencias de los testigos. Después de darles suficiente tiempo, pida a los alumnos que compartan lo que hayan descubierto.

  • ¿En qué sentido la experiencia de los Tres Testigos difiere de la de los Ocho Testigos? (Los Tres Testigos oyeron la voz de Dios y vieron un ángel, pero no tocaron las planchas. José Smith les mostró las planchas a los Ocho Testigos, quienes pudieron palparlas. Los Ocho Testigos tuvieron un testimonio más físico de la realidad de las planchas, mientras que los Tres Testigos tuvieron una experiencia más espiritual).

  • ¿Por qué piensan que tener varios testigos fue tan importante para la salida a luz del Libro de Mormón?

Algunos alumnos quizás no sepan que cada uno de los Tres Testigos y algunos de los Ocho Testigos con el tiempo abandonaron la Iglesia. Pida a un alumno que lea en voz alta las siguientes palabras del élder Dallin H. Oaks, del Cuórum de los Doce Apóstoles:

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Elder Dallin H. Oaks

“Después de evaluarlo tomando en cuenta todas [las] posibles objeciones, el testimonio de los Tres Testigos del Libro de Mormón se erige con gran fuerza… Como bien se sabe, debido a los desacuerdos o a los celos que existían entre otros líderes de la Iglesia, cada uno de los Tres Testigos fue excomulgado de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días aproximadamente ocho años después de la publicación de su testimonio… Sin embargo, al final de su vida… ninguno de esos testigos se desvió de su testimonio impreso ni dijo algo que pudiera generar alguna duda con respecto a su veracidad.

“Además, su testimonio no ha sido contradicho por ningún otro testigo. Uno podría rechazarlo, pero, ¿cómo se puede explicar que tres hombres de buena reputación se unieran y persistieran en ese testimonio impreso hasta el fin de su vida enfrentando gran escarnio y otras desventajas personales? Como el mismo Libro de Mormón, no hay mejor explicación que la que da el testimonio mismo: la declaración solemne de hombres buenos y honrados que dijeron lo que vieron” (véase “El testigo: Martin Harris”, Liahona, julio de 1999, págs. 41–42).

  • ¿En qué forma piensan que el testimonio de los Tres Testigos se ve reforzado por el hecho de que nunca negaron su testimonio, incluso después de que fueron excomulgados de la Iglesia? (Explique que Oliver Cowdery y Martin Harris posteriormente volvieron a bautizarse).

Dirija a los alumnos de nuevo a Doctrina y Convenios 17:6 y haga hincapié en que ese versículo contiene el mayor testimonio posible de la veracidad del Libro de Mormón. Ese versículo contiene el testimonio de Dios mismo, y Su juramento, de que el Libro de Mormón es verdadero.

Pida a los alumnos que se imaginen que su testimonio personal del Libro de Mormón se pudiera agregar a cada ejemplar del Libro de Mormón. Invite a los alumnos a compartir lo que incluirían en su testimonio.

Pida a los alumnos que compartan su testimonio del Libro de Mormón con alguien antes de la próxima clase.

Material de lectura para el alumno