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Capítulo 2: La misión de Elías el Profeta


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La misión de Elías el Profeta

Introducción

Elías era un profeta del Antiguo Testamento que ministró al reino del norte de Israel cerca de 900 a.C. Un relato de su vida se encuentra en 1 Reyes 17 y 2 Reyes 2. Él tenía las llaves del poder sellador del sacerdocio por el cual las ordenanzas salvadoras cobran validez tanto en la tierra como en el cielo. Elías tuvo un papel importante en la restauración de las llaves del sacerdocio en los tiempos del Nuevo Testamento y en nuestra dispensación de los últimos días.

Debido al poder sellador restaurado por conducto de Elías el Profeta, los integrantes de las familias de todas las generaciones pueden estar unidos en relaciones eternas. Este capítulo les ayudará a entender mejor las llaves del poder sellador del sacerdocio y la importancia de la venida de Elías el Profeta para el éxito de la obra de historia familiar. En nuestros días, el interés por la obra de historia familiar está floreciendo en todo el mundo, y se están construyendo templos para satisfacer la cada vez mayor necesidad de efectuar las ordenanzas del templo para todos los hijos de nuestro Padre Celestial.

Comentario

Las llaves de autoridad del sacerdocio [2.1]

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Presidente Joseph F. Smith

El ejercicio de la autoridad del sacerdocio en la Iglesia lo gobiernan los que poseen las llaves del sacerdocio (véase D. y C. 65:2; 124:123). Ellos tienen el derecho de presidir y dirigir la Iglesia dentro de su jurisdicción administrativa (véase D. y C. 107:9–10). El presidente Joseph F. Smith (1838–1918) explicó: “Pero es necesario que todo acto que se efectúe bajo esta autoridad se realice en el momento y en el lugar apropiados, en la debida forma y de acuerdo con el orden correcto. El poder de dirigir estas obras constituye las llaves del sacerdocio. Sólo una persona a la vez, el Profeta y Presidente de la Iglesia, posee estas llaves en su plenitud; él puede delegar cualquier parte de este poder a otro hombre y, en tal caso, esa persona posee las llaves de esa obra particular. De ese modo, el presidente de un templo, el presidente de una estaca, el obispo de un barrio, el presidente de una misión, el presidente de un quórum, cada uno de ellos posee las llaves de las obras que se efectúan en esa parte o lugar en particular. Su sacerdocio no ha aumentado por motivo de ese nombramiento especial… el presidente de un quórum de élderes, por ejemplo, no tiene más sacerdocio que un miembro de dicho quórum; pero sí tiene poder para dirigir las obras oficiales que se efectúen en… el quórum, o, en otras palabras, las llaves de esa parte de la obra” (Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: Joseph F. Smith, 1998, pág. 151).

Las llaves selladoras del sacerdocio permiten que las ordenanzas tengan validez más allá de la tumba [2.2]

Las llaves selladoras tienen efecto tanto en la tierra como en el cielo. [2.2.1]

El presidente Joseph F. Smith (1876–1972) hizo un resumen en cuanto al poder y la autoridad asociados con las llaves selladoras del sacerdocio:

“Este sacerdocio tiene las llaves de atar y de sellar en la tierra y en los cielos todas las ordenanzas y principios relativos a la salvación del hombre, a fin de que de esta manera los mismos tengan validez en el reino celestial.

“Durante los días de su ministerio, Elías tuvo esta autoridad y el Señor le dio poder sobre todas las cosas en la tierra y para que mediante su ministerio todo lo que fuese efectuado fuese ratificado, o sellado, en los cielos y reconocido con plena vigencia por el Padre Eterno. Este poder efectúa y vitaliza a toda ordenanza realizada por los oficiales debidamente comisionados que poseen este divino poder en la tierra.

“Es en virtud de esta autoridad que las ordenanzas son realizadas en los templos tanto para los vivientes como para los difuntos. Es el poder que une para la eternidad a esposos y esposas, cuando entran en el matrimonio de acuerdo con el plan eterno. Es la autoridad por la cual los padres obtienen el derecho de reclamar la paternidad sobre sus hijos, a través de toda la eternidad y no solamente por tiempo, lo cual hace que la familia sea eterna en el reino de Dios” (Doctrina de Salvación, compilación de Bruce R. McConkie, 3 tomos, 1954–1956, tomo 2, pág. 67).

Los poderes selladores representan el don consagrado de Dios. [2.2.2]

Los poderes selladores del Sacerdocio de Melquisedec validan las ordenanzas salvadoras del Evangelio tanto en la tierra como en el cielo; tal como el presidente Boyd K. Packer, del Quórum de los Doce Apóstoles, lo explicó:

“Ha habido relativamente pocos hombres a quienes se les ha delegado el poder sellador sobre la tierra; en todos los templos, hay algunos hermanos que lo poseen…

“En la Iglesia tenemos la autoridad de llevar a cabo todas las ordenanzas necesarias para redimir y exaltar a toda la familia humana. Y, por tener en nuestra posesión las llaves del poder sellador, todo lo que se ligue apropiadamente aquí quedará ligado en los cielos. Esas llaves —las que sirven para sellar y atar en la tierra a fin de que se ate también en los cielos— representan el don perfecto de nuestro Dios. Con dicha autoridad podemos bautizar y bendecir, investir y sellar, y el Señor hará honor a nuestros compromisos. (“El Santo Templo”, Liahona, junio de 1992, págs. 22–23).

Las ordenanzas reciben validez más allá de la tumba. [2.2.3]

El élder Bruce R. McConkie (1915–1985), del Quórum de los Doce Apóstoles, enseñó que el poder sellador hace que todas las ordenanzas esenciales del sacerdocio sean válidas tanto para los vivos como para los muertos: “Todas las cosas reciben vigencia y validez por motivo del poder para sellar. Dicho poder es tan completo que comprende las ordenanzas que se realizan tanto por los vivos como por los muertos, sella a los hijos que están en la tierra a sus antecesores que partieron antes y constituye la cadena patriarcal perpetua que existirá eternamente entre los seres exaltados” (Mormon Doctrine, segunda edición, 1966, pág. 683).

Elías el Profeta fue el último profeta del Antiguo Testamento que tuvo las llaves del poder sellador del Sacerdocio de Melquisedec [2.3]

Elías utilizó los poderes selladores del Sacerdocio de Melquisedec. [2.3.1]

El Antiguo Testamento registra la manera en que Elías el Profeta utilizó los poderes selladores del sacerdocio para sellar los cielos, que provocó hambruna sobre la tierra (véase 1 Reyes 17:1). Por medio de ese mismo poder, más tarde abrió los cielos (véase 1 Reyes 18:41–45). La misma autoridad del sacerdocio sella, o une, a las familias. La Guía para el Estudio de las Escrituras declara: “Elías el profeta poseía el poder para sellar, poder que corresponde al Sacerdocio de Melquisedec, y que fue el último profeta que lo tuvo antes de la época de Jesucristo” (“Elías el profeta”; véase también José Smith enHistory of the Church, tomo 4 pág. 211 y tomo 6, págs. 251–52). El presidente Henry B. Eyring, de la Primera Presidencia, describió el poder que Elías poseía como “el mayor poder que Dios da a Sus hijos” (“Teniendo entrelazados sus corazones”, Liahona, mayo de 2005, pág. 78).

Elías fue trasladado. [2.3.2]

Cuando el ministerio de Elías se acercaba a su fin, él y Eliseo, su sucesor, cruzaron el río Jordán, “Y sucedió que, yendo ellos hablando, he aquí, un carro de fuego con caballos de fuego los apartó a los dos, y Elías subió al cielo en un torbellino” (2 Reyes 2:11). Elías fue trasladado, o llevado al cielo sin gustar la muerte, es decir, sin la separación de su espíritu de su cuerpo. Como el último profeta del Antiguo Testamento en poseer las llaves del poder sellador del sacerdocio, Elías el Profeta tenía que mantener su cuerpo físico con el fin de conferir más tarde esas llaves del sacerdocio a Pedro, Santiago y Juan en el Monte de la Transfiguración (véase Mateo 17:1–3).

Malaquías profetizó sobre el regreso de Elías [2.4]

El regreso de Elías hizo volver el corazón de los hijos a los padres. [2.4.1]

Aproximadamente en el año 430 a. C., el profeta Malaquías profetizó que Elías regresaría a la tierra “antes que venga el día de Jehová, grande y terrible” (Malaquías 4:5). Esta profecía es de tanta importancia que se encuentra en la Biblia, el Libro de Mormón, Doctrina y Convenios y La Perla de Gran Precio (véase Malaquías 4:5–6; 3 Nefi 25:5–6; D. y C. 2:1–3; José Smith—Historia 1:37–39). Esta profecía registra que uno de los propósitos del regreso de Elías sería el de hacer volver el corazón de los hijos a sus padres. El presidente Joseph F. Smith explicó algunas maneras en que esto se está llevando a cabo:

“Los padres son nuestros antepasados fallecidos; los que murieron sin el privilegio de recibir el evangelio, pero que han recibido la promesa de que llegaría el tiempo en que ese privilegio les sería concedido. Los hijos son los que ahora viven, que están preparando la información genealógica y que vicariamente están efectuando las ordenanzas en los templos.

“Al tornar el corazón de los hijos a los padres, se pone o planta en el corazón de los hijos el sentimiento y el deseo que los inspirará a buscar los registros de sus difuntos. Además es necesario que se implante en el corazón el deseo y la inspiración. Esto deben tener a fin de poder ir a la casa del Señor y efectuar la obra necesaria por sus padres que murieron sin el conocimiento del evangelio, o sin el privilegio de recibir la plenitud del evangelio” (Doctrina de Salvación, tomo 2, pág. 72).

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Elías el Profeta fue llevado al cielo

Eliseo fue testigo de cuando Elías fue llevado al cielo (véase 2 Reyes 2:11).

Las promesas hechas a los padres se siembran en los corazones de los hijos. [2.4.2]

Doctrina y Convenios 2:2 declara que Elías “plantará en el corazón de los hijos las promesas hechas a los padres”. ¿Cuáles son las “promesas hechas a los padres”? El presidente Joseph F. Smith enseñó: “Esa expresión hace referencia a ciertas promesas hechas a quienes mueren sin el conocimiento del Evangelio y sin la oportunidad de recibir las ordenanzas selladoras del sacerdocio en asuntos concernientes a su exaltación. De acuerdo con esas promesas, durante los postreros días los hijos deben efectuar esas ordenanzas a favor de los muertos (Curso de Seminario, Doctrina y Convenios e Historia de la Iglesia: Guía de estudio para el alumno, pág. 17). Mediante las ordenanzas selladoras del templo se pueden obtener las promesas de lazos familiares eternos.

La tierra sería asolada si Elías el Profeta no hubiese regresado. [2.4.3]

En el plan de redención del Señor, uno de los propósitos de la tierra es ser la morada celestial final para las personas que han hecho y cumplido con los convenios establecidos con nuestro Padre Celestial. Será un lugar en donde las familias puedan morar juntas para siempre. El poder sellador del sacerdocio hace posible la unión de los esposos y las esposas, padres e hijos, una obra esencial para la exaltación de los vivos y los muertos. Sin el poder sellador restaurado por medio de Elías el Profeta, los hijos de Dios no podrían recibir todas las bendiciones de la exaltación y este propósito de la creación de la tierra no se hubiera cumplido.

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Paisaje con el Templo de Kirtland

En cumplimiento de la profecía, Elías el Profeta se apareció al profeta José Smith y a Oliver Cowdery en el Templo de Kirtland (en la foto) el 3 de abril de 1836.

En cumplimiento a la profecía, Elías restauró las llaves del poder sellador del Sacerdocio de Melquisedec a la tierra en esta dispensación [2.5]

Elías regresó en cumplimiento de la profecía. [2.5.1]

El 3 de abril de 1836, en el Templo de Kirtland, Ohio, Elías regresó en cumplimiento a la profecía (véase D. y C. 110 encabezamiento de la sección; versículos 13–16). Aunque Elías era un ser trasladado cuando les confirió las llaves del poder sellador del Sacerdocio de Melquisedec a Pedro, Santiago y Juan en el Monte de la Transfiguración, era un ser resucitado cuando les confirió tales poderes para sellar a José Smith y a Oliver Cowdery en el Templo de Kirtland (véase Joseph Fielding Smith, (véase Joseph Fielding Smith, Doctrina de Salvación, tomo 2, capítulo 6, págs. 57–65).

Durante el proceso de la Restauración, el profeta José Smith recibió el Sacerdocio de Melquisedec por medio de Pedro, Santiago y Juan en 1829, pero todavía necesitaba las llaves otorgadas a él por Elías a fin de sellar a las familias por la eternidad.

Elías regresó durante la Pascua judía. [2.5.2]

En los hogares judíos que observan la comida tradicional de la Pascua, a Elías “lo invitan como huésped durante sus festividades de Pascua, dejando la puerta abierta y un lugar reservado en la mesa” esperando su regreso (Guía para el Estudio de las Escrituras, “Elías el profeta”). Es interesante observar que el regreso real de Elías, que tuvo lugar en el Templo de Kirtland el 3 de abril de 1836, no solo fue el domingo de Pascua de ese año, sino que también coincidió con la Pascua judía.

El presidente Joseph F. Smith explicó: “Fue el tres de abril de 1836, cuando los judíos en sus hogares durante la fiesta pascual, abrieron las puertas para que entrara Elías el Profeta. Ese día sí entró Elías el Profeta, pero no en los hogares de los judíos para participar de la Pascua con ellos, sino que apareció en la casa del Señor, erigida en su nombre y recibida por Él en Kirtland, y allí confirió sus llaves para realizar las mismas cosas que estos judíos, reunidos en sus hogares, estaban buscando” (en Conference Report, abril de 1936, pág. 75; véase también John P. Pratt, “The Restoration of Priesthood Keys on Easter 1836, Part 2: Symbolism of Passover and of Elijah’s Return”, Ensign, julio de 1985, pág. 59; Stephen D. Ricks, “The Appearance of Elijah and Moses in the Kirtland Temple and the Jewish Passover”, BYU Studies,  23, No. 4, 1983, págs. 483–486).

El poder para sellar continúa con el Presidente de la Iglesia. [2.5.3]

El presidente Henry B. Eyring testificó acerca de las llaves del sacerdocio otorgadas a José Smith, que incluyen las recibidas por parte de Elías en el templo de Kirtland: “Las llaves del sacerdocio fueron restauradas por mensajeros celestiales al profeta José Smith, las cuales han pasado en una línea ininterrumpida hasta el [Presidente actual de la Iglesia]. Esas llaves las posee cada uno de los apóstoles vivientes” (“Obrar con toda diligencia”, Liahona, mayo de 2010, pág. 63).

El presidente Gordon B. Hinckley (1910–2008) compartió un testimonio similar: “Esa misma autoridad que tuvo José, esas mismas llaves y poderes, que eran la esencia de su derecho divinamente otorgado de presidir, los confirió a los Doce Apóstoles, con Brigham Young a la cabeza. Todos los Presidentes de la Iglesia desde aquel entonces han llegado a ese altísimo y sagrado oficio habiendo sido escogidos de entre el Consejo de los Doce. Cada uno de esos hombres ha sido bendecido de lo alto con el espíritu y poder de revelación. Desde José Smith, hijo, hasta [el Presidente actual de la Iglesia] ha habido una cadena ininterrumpida. De esto doy solemne testimonio ante vosotros en este día” (Manual del alumno del curso de Religión 333, “Enseñanza de los Profetas Vivientes”, capítulo 3, pág. 12).

La restauración de las llaves para sellar es un pináculo de la Restauración. [2.5.4]

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Presidente James E. Faust

El presidente James E. Faust (1920–2007), de la Primera Presidencia, explicó una razón por la que todos debemos alegrarnos de que las llaves en poder de Elías el Profeta han sido restauradas en esta última dispensación: “Ninguna otra religión [afirma] tener las llaves para unir los lazos familiares por la eternidad… Aquellos que atesoren a su familia tienen una convincente razón para reclamar las incomparables bendiciones de estar sellados por la eternidad en los templos de Dios. Para todos: abuelos, padres, maridos, esposas, hijos y nietos, este poder y autoridad para sellar es el principio supremo, el pináculo de la restauración ‘de todas las cosas’ (Hechos 3:21) mediante el profeta José Smith” (“Señor, “Creo: ayuda mi incredulidad”, Liahona, noviembre de 2003 pág. 21).

El espíritu de Elías, por definición, es el Espíritu Santo ya que Su influencia guía a las personas que participan en la historia familiar y la obra del templo [2.6]

“El Espíritu de Elías” es una manifestación del Espíritu Santo. [2.6.1]

Los Santos de los Últimos Días a menudo hablan del “Espíritu de Elías”. Esta frase se refiere a la influencia del Espíritu Santo sobre las personas la cual crea un entusiasmo y deseo por “volver el corazón de los padres a los hijos, y el de los hijos a los padres” (D. y C. 110:15) y por estar embarcados en la obra de historia familiar. El élder Russell M. Nelson, del Quórum de los Doce Apóstoles, explicó: “Lo que en ocasiones se llama el espíritu de Elías [es] una manifestación del Espíritu Santo que da testimonio de la naturaleza divina de la familia. De ahí que la gente de todo el mundo —sin importar su afiliación religiosa— se encuentre recopilando registros de familiares fallecidos a un paso cada vez más acelerado” (“Un nuevo tiempo para la cosecha”, Liahona, julio de 1998, pág. 36).

Comentando en cuanto a la declaración del élder Nelson, el élder David A. Bednar del Quórum de los Doce Apóstoles, declaró: “Esa singular influencia del Espíritu Santo impulsa a las personas a buscar los datos, documentar y valorar a sus antepasados y parientes, tanto pasados como presentes” (“El corazón de los hijos se volverá”, Liahona, noviembre de 2011, pág. 25).

El poder sellador se revela en las relaciones familiares. [2.6.2]

El poder sellador no solo motiva a las personas a dedicarse a la obra de historia familiar, sino que también estrecha los lazos de amor que se encuentran dentro de las relaciones familiares rectas. El presidente James E. Faust enseñó: “Al pensar en el poder conferido por Elías, quizás lo relacionemos solamente con las ordenanzas más solemnes que se llevan a cabo en lugares sagrados; pero para que esas ordenanzas sean activas y produzcan el bien tienen que reflejarse en nuestra vida diaria. Malaquías dijo que el poder de Elías volvería el corazón de los padres hacia los hijos y viceversa. El corazón es la fuente de donde provienen las emociones y un medio para recibir revelación (véase Malaquías 4:5–6). De ese modo, dicho poder sellador se revela en las relaciones familiares, en los atributos y las virtudes que se desarrollan en un buen ambiente familiar y al prestar un servicio abnegado. Estos son los lazos que unen a la familia” (“Padre, vuelve a tu hogar”, Liahona, julio de 1993, pág. 43).

“El espíritu de Elías” fortalece los lazos familiares. [2.6.3]

El élder Richard H. Winkel de los Setenta, señaló la influencia positiva del “Espíritu de Elías” y del templo en su familia: “Al ir al templo, amarán a su familia con un amor más profundo del que jamás hayan sentido. El templo tiene que ver con las familias. A medida que mi esposa… y yo redoblamos nuestro servicio en el templo, nuestro amor mutuo y el amor que sentimos por nuestros hijos han aumentado. Y eso no es todo: ese amor se extiende a nuestros padres, hermanos, hermanas, tíos, tías, primos, nuestros antepasados y, en especial, a nuestros nietos. Ése es el espíritu de Elías, el espíritu de la obra de historia familiar que, inspirado por el Espíritu Santo, hace volver el corazón de los padres hacia los hijos y el corazón de los hijos hacia los padres. Gracias al sacerdocio, el esposo y la esposa se sellan el uno al otro y los hijos se sellan a sus padres por la eternidad, de modo que la familia es eterna y no se separará al morir” (“El templo tiene que ver con las familias”, Liahona, noviembre de 2006, pág. 9).

Tras el regreso de Elías el Profeta, el interés en la historia de familiar comenzó a acelerarse en todo el mundo [2.7]

Millones de personas están trabajando en la historia familiar. [2.7.1]

El presidente Gordon B. Hinckley destacó el interés mundial en la historia familiar que se radicó tras el regreso de Elías en 1836 y dio testimonio del propósito divino detrás del aumento de ese interés:

“Hoy en día hay en el mundo muchas sociedades genealógicas y de historia familiar, y creo que todas ellas se formaron después de la visita de Elías. Una de las más antiguas y prominentes es la Sociedad Genealógica Histórica de Nueva Inglaterra, organizada en 1844, el año de la muerte del Profeta. Desde entonces, y particularmente en años más recientes, se ha despertado en la gente un tremendo interés en la historia familiar. Con el fin de dar lugar a ese crecimiento, se ha expandido el Departamento de Historia Familiar de la Iglesia…

“Hay millones de personas por todo el mundo que están trabajando en registros de historia familiar, ¿por qué? ¿Por qué lo hacen? Creo que es porque se han sentido inspiradas por el espíritu de esta obra, algo a lo que llamamos el espíritu de Elías; es el volver el corazón de los hijos a sus padres. La mayoría de ellos no ve ningún propósito en ello, salvo quizás una fuerte y motivadora curiosidad.

“Tiene que haber un objetivo en esta tremenda inversión de tiempo y de dinero. Ese objetivo, del cual testificamos solemnemente, es buscar los datos y los nombres de las personas fallecidas, a fin de que se lleven a cabo las ordenanzas por ellos para su progreso y bendición eternos.

“El verdadero objetivo de esta búsqueda de datos y nombres de las personas fallecidas se encuentra únicamente en la Casa del Señor, o sea, en los templos de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Y a medida que la obra de investigación de historia familiar sigue adelante y progresa, también aumenta el número de templos” (“El Espíritu de Elías”, Liahona, noviembre de 1996, págs. 19–20).

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pareja con una computadora y papeles

La investigación de historia familiar se ha convertido en un pasatiempo muy popular. [2.7.2]

Mientras servía como miembro de los Setenta, el élder Ronald T. Halverson compartió la siguiente experiencia:

“La genealogía y la historia familiar se han convertido en uno de los pasatiempos principales en América y por todo el mundo. Tuve una experiencia mientras prestaba servicio en Nueva Zelanda. Debido a algunos problemas de espalda fui a un fisioterapeuta. Mientras recibía tratamiento el terapeuta me dijo: ‘¿No es usted miembro de la Iglesia Mormona?’

“Mi respuesta fue: ‘Sí’.

“‘¿No es esa la Iglesia que conserva la historia y los registros de nuestros antepasados?’ dijo.

“‘Sí’, le respondí, ‘nos caracterizamos por eso y somos bendecidos de tener una Biblioteca de Historia Familiar’.

“Luego me dijo que él y su hija habían pasado varios años recopilando los nombres de sus antepasados y haciendo investigación sobre la familia y que habían acumulado muchas generaciones. Estaba preocupado y quería saber si podía compartir eso con la Iglesia. Le preocupaba que todo el trabajo y esfuerzo que había puesto en la acumulación de esta obra sagrada podrían perderse y quería preservarlos para las generaciones futuras. Me sentí contento de compartir con él la dirección de correo electrónico y los medios por los cuales podría ponerse en contacto con el Departamento de Historia Familiar y confío en que ya ha transferido la información.

“A pesar de que él no sabe por qué, es evidente que el espíritu de Elías está obrando en él como en muchas otras personas en todo el mundo. Según mi conocimiento, antes de la venida de Elías en 1836 no hubo ninguna iniciativa ni apoyo para la búsqueda de registros de personas fallecidas, pero lo que ha ocurrido desde entonces es milagroso. Se han promulgado leyes que compelen a los países a preservar los registros de las personas fallecidas. En Noruega, en donde los registros estaban esparcidos y eran difíciles de encontrar, han construido una bóveda de registros, cerca de la ciudad de Morirana, similar a la bóveda de la Iglesia. Están muy orgullosos de su bóveda. Ahora se pueden encontrar bibliotecas de historia familiar o lugares en donde buscar registros en casi todas las grandes ciudades o condados” (“An Offering, Worthy of All Acceptation”, discurso en una conferencia sobre historia familiar y genealogía, Brigham Young University, 26 de julio de 2005, págs. 2–3).

Preguntas para reflexionar

  • Puesto que ustedes están tomando una clase de historia familiar, ¿es razonable suponer que han sentido que su corazón se ha vuelto hacia sus antepasados, al menos hasta cierto punto? ¿De qué manera les ha alentado el Espíritu Santo a participar en la historia familiar? ¿Cuáles son sus intereses específicos en la historia familiar?

  • ¿De qué manera han influido en su vida las llaves para sellar restauradas por el profeta Elías?

  • ¿De qué manera el corazón de los integrantes de su familia se ha vuelto el uno al otro?

  • ¿Hay algún nombre de sus antepasados que a menudo les acuda a la mente? Si es así, ¿han escrito esos nombres y esas experiencias en su diario? ¿Qué van a hacer al respecto?

Asignaciones sugeridas

  • Respondan a la pregunta: ¿Qué significa “el espíritu de Elías”?

  • Expliquen a una persona, a un grupo o por escrito el significado de la misión de Elías el Profeta en los últimos días.

  • Estudien los pasajes de las Escrituras de este capítulo que se refieren a Elías y su misión. Anoten lo que aprendan en un cuaderno de estudio.

Recursos adicionales

  • Mark E. Petersen, “The Mission of Elijah”, Ensign, agosto de 1981, págs. 64–65.

  • Russell M. Nelson, “El espíritu de Elías”, Liahona, enero de 1995, págs. 96–99.

  • Capítulo 26, “Elías el Profeta y la restauración de las llaves para sellar”, en Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith, 2007, págs. 325–333.