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Lección 148: 1 Juan


Lección 148

1 Juan

Introducción

Juan invitó a los miembros de la Iglesia a buscar la comunión con el Padre y el Hijo. Hizo hincapié en la necesidad de guardar los mandamientos de Dios para mostrar nuestro amor por Él. Juan también recordó a los miembros de la Iglesia que amaran a los demás.

Sugerencias para la enseñanza

1 Juan 1–5

Juan explica la importancia de guardar los mandamientos y de amarse los unos a los otros

Divida los alumnos en grupos de dos. Escriba la palabra apostasía en la pizarra. Invite a los alumnos a explicar brevemente a su compañero el significado de apostasía. Luego invite a un alumno a que vaya a la pizarra y escriba una definición de apostasía. La definición debe indicar que apostasía significa el hecho de apartarse de la verdad (véase la Guía para el Estudio de las Escrituras, “Apostasía”, escrituras.lds.org).

Explique que el apóstol Juan escribió la epístola de 1 Juan en una época en la que la apostasía amenazaba a la Iglesia. En esa epístola, Juan advirtió a los santos acerca de los anticristos (véanse 1 Juan 2:18–26; 4:3). Un anticristo es “[t]oda persona o todo aquello que sea una representación falsa del verdadero plan de salvación del Evangelio, y que manifiesta o secretamente se oponga a Cristo” y a la autoridad y las enseñanzas de Sus siervos escogidos (Guía para el Estudio de las Escrituras, “Anticristo”, escrituras.lds.org). Algunos anticristos de la época de Juan estaban enseñando que Jesucristo no tenía un cuerpo físico mientras estaba en la tierra, sino que solo aparentaba ser una entidad material.

Invite a un alumno a leer 1 Juan 1:1–4 en voz alta, y pida a la clase que siga la lectura en silencio para averiguar acerca de qué testificó Juan a fin de refutar esa falsa enseñanza. Explique que la expresión “Verbo de vida” (versículo 1) se refiere a Jesucristo.

  • ¿Qué palabras utilizó Juan para refutar la idea falsa de que Jesucristo no tenía un cuerpo físico?

  • De acuerdo con los versículos 3–4, ¿por qué compartió Juan su testimonio sagrado de Jesucristo con los miembros de la Iglesia? (Quería que estos tuvieran comunión con los líderes de la Iglesia, quienes tenían comunión con el Padre Celestial y con Jesucristo. También deseaba que experimentaran una plenitud de gozo).

Explique que tener comunión significa disfrutar de una relación de confianza, hermandad y con propósito en común. Podemos tener comunión con los líderes de la Iglesia cuando recibimos sus enseñanzas y su consejo y los seguimos.

Escriba la siguiente frase incompleta en la pizarra: Si recibimos las enseñanzas de los profetas y apóstoles y las seguimos, podemos…

  • De acuerdo con las enseñanzas de Juan en 1 Juan 1:3, ¿de qué manera completarían esa declaración para que enuncie un principio? (Complete la declaración de la pizarra con las palabras de los alumnos de forma tal que trasmita el siguiente principio: Si recibimos las enseñanzas de los profetas y apóstoles y las seguimos, podemos lograr comunión con el Padre y el Hijo).

Muestre imágenes del actual presidente de la Iglesia y de otros profetas y apóstoles.

  • El seguir las enseñanzas de los profetas y apóstoles, ¿de qué manera nos ayuda a lograr comunión con nuestro Padre Celestial y Su Hijo, Jesucristo?

Invite a un alumno a leer 1 Juan 1:5–6 en voz alta, y pida a la clase que siga la lectura en silencio para ver qué puede impedirnos tener comunión con nuestro Padre Celestial.

  • ¿Qué puede impedirnos tener comunión con nuestro Padre Celestial?

Señale que el uso de la palabra tinieblas por parte de Juan hace referencia a las tinieblas espirituales.

  • ¿Qué creen que significa caminar en tinieblas espirituales?

Invite a los alumnos a estudiar 1 Juan 1:7–10; 2:1–6, y a buscar verdades que Juan enseñó que pueden ayudarnos a saber cómo caminar en la luz del Evangelio. Explique que la palabra propiciación, en 1 Juan 2:2 significa un sacrificio expiatorio que satisface la justicia de Dios. Invite a los alumnos a estudiar esos versículos en silencio por su cuenta, con su compañero o en grupos pequeños.

  • ¿Qué verdades hallaron en esos versículos? (Podría anotar las respuestas de los alumnos en la pizarra. Estas pueden incluir verdades como las siguientes: Jesucristo expió nuestros pecados. Cuando guardamos los mandamientos de Dios, nuestro amor por Dios se perfecciona).

  • ¿Por qué creen que nuestro amor por Dios se hace más perfecto o completo a medida que guardamos Sus mandamientos?

  • ¿En qué ocasión han experimentado un mayor amor por Dios al haberse esforzado por guardar Sus mandamientos?

Lea en voz alta las siguientes descripciones de dos jóvenes Santos de los Últimos Días. Invite a los alumnos a prestar atención al mandamiento en particular que estas dos personas tienen problemas en obedecer.

  1. Un joven lee las Escrituras cada día y realiza fielmente muchos de sus deberes del sacerdocio, pero a menudo es poco amable con su hermano menor.

  2. Una joven asiste a las reuniones de la Iglesia con regularidad y ha recibido el Reconocimiento a la joven virtuosa. Sin embargo, a menudo publica en las redes sociales comentarios desagradables acerca de algunos de sus compañeros y profesores.

  • ¿Qué mandamiento tienen problemas en obedecer esos dos jóvenes?

Invite a los alumnos a reflexionar acerca de situaciones en las que quizás les cueste mostrar amor por los demás.

Invite a algunos alumnos a turnarse para leer en voz alta 1 Juan 2:9–11; 4:7–11, 19–21, y pida a la clase que siga la lectura en silencio para averiguar lo que Juan enseñó en cuanto al amor. Si lo desea, podría invitar a los alumnos a marcar las enseñanzas de esos versículos que sean significativas para ellos.

  • ¿Cuál de las enseñanzas de Juan acerca del amor es significativa para ustedes? ¿Por qué?

  • ¿Qué principio podemos reconocer en esos versículos acerca de lo que haremos cuando amamos a Dios? (Aunque los alumnos empleen otras palabras, deben reconocer un principio parecido al siguiente: Cuando amamos a Dios, amamos a los demás).

  • ¿Por qué piensan que cuando verdaderamente amamos a Dios mostramos nuestro amor por los demás?

Indique que aun cuando Juan utilizó la palabra aborrecer en 1 Juan 4:20, hay muchas otras maneras en las que podemos refrenar nuestro amor o bondad hacia los demás. Invite a los alumnos a explicar cuáles piensan que podrían ser esas maneras.

Invite a un alumno a leer 1 Juan 3:17–18en voz alta, y pida a la clase que se fije en las maneras que deberíamos demostrar nuestro amor por los demás. Invite a los alumnos a dar un informe de lo que encuentren. Los alumnos deben descubrir la importancia de amar no solo “de palabra” sino también “en los hechos”.

  • ¿Por qué piensan que es importante que demostremos nuestro amor a través de nuestras acciones y no solamente por medio de palabras?

  • ¿A quién conocen que sea un buen ejemplo de mostrar amor por los demás? ¿Qué hace esa persona que pone de manifiesto su amor por los demás?

Invite a los alumnos a pensar en alguien a quien podrían mostrarle más amor. Pídales que escriban en una hoja de papel el nombre de esa persona, junto con algo específico que podrían hacer para mostrar amor o bondad hacia ella. Explique que no hace falta que muestren su amor en formas elaboradas y que los actos pequeños y simples de caridad y bondad son a menudo los más significativos. Invítelos a llevar la hoja de papel a sus casas y a actuar de conformidad con lo que escribieron.

Señale que cuando mostramos nuestro amor a través de nuestras acciones, estamos siguiendo el ejemplo de Jesucristo (véanse 1 Juan 2:6; 3:1–3). Si lo desea, para concluir la clase comparta su testimonio de las verdades que los alumnos reconocieron en su estudio de 1 Juan. Anime a los alumnos a aplicar esas verdades en su vida.

Comentarios e información de contexto

1 Juan 3:2. “… seremos semejantes a él”

El élder Dallin H. Oaks, del Cuórum de los Doce Apóstoles, explicó que el propósito de la vida terrenal es llegar a ser como Dios mediante la expiación de Jesucristo:

“En la teología de la Iglesia restaurada de Jesucristo, el propósito de la vida terrenal es prepararnos para lograr nuestro destino como hijos de Dios: llegar a ser como Él… La Biblia describe a los mortales como ‘hijos de Dios’ y como ‘herederos de Dios, y coherederos con Cristo’ (Romanos 8:16–17). También declara que ‘padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados’ (Romanos 8:17), y que ‘cuando él aparezca, seremos semejantes a él’ (1 Juan 3:2). Nosotros tomamos estas enseñanzas de la Biblia en forma literal; creemos que el propósito de la vida terrenal es adquirir un cuerpo físico y que, por medio de la expiación de Jesucristo y de la obediencia a las leyes y ordenanzas del Evangelio, podemos cumplir con los requisitos para obtener el estado celestial, glorificado y resucitado, llamado exaltación o vida eterna” (véase “La Apostasía y la Restauración”, Liahona, julio de 1995, pág. 97).

1 Juan 5:3. “Pues este es el amor a Dios”

El élder Joseph B. Wirthlin, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó en cuanto a la relación que existe entre amar a Dios y guardar Sus mandamientos:

“… Cuando amamos al Señor, la obediencia deja de ser una carga y y se torna en una delicia” (“El gran mandamiento”, Liahona, noviembre de 2007, pág. 30).