Jesús sanó a un hombre que había nacido ciego. Los fariseos cuestionaron a ese hombre y lo echaron de la sinagoga porque rehusó condenar a Jesús como pecador por sanar en el día de reposo. El Salvador buscó al hombre, y el hombre adoró a Jesús como el Hijo de Dios.
Lleve a la clase un artículo de noticias que describa a alguien que ha enfrentado una adversidad. Resuma el artículo para los alumnos, o escriba el titular en la pizarra.
¿Qué otros ejemplos ha visto de personas que pasan por adversidad?
Explique que algunas personas se preguntan por qué Dios permite que la adversidad afecte su vida de forma drástica.
Mientras estudian Juan 9:1–5, invite a los alumnos a detectar verdades que pueden ayudarnos a entender mejor por qué Dios permite que la adversidad afecte nuestra vida.
Invite a un alumno a leer en voz alta Juan 9:1–2, y pida a la clase que siga la lectura en silencio en busca de la adversidad que enfrentó el hombre. Invite a los alumnos a dar un informe de lo que encuentren.
Según el versículo 2, ¿qué preguntaron los discípulos en cuanto a la causa de la adversidad de ese hombre?
Explique que muchas personas en la época del Salvador pensaban que las adversidades que la gente afronta son consecuencias de pecados que ellos o sus padres habían cometido. ( Quizá también desee señalar que la pregunta de los discípulos da por sentado la realidad de una existencia preterrenal).
¿Piensas que esa creencia era correcta? ¿Sí o no, y por qué?
Invite a un alumno a leer en voz alta Juan 9:3–5, y pida a la clase que siga la lectura en silencio y que busque las enseñanzas del Salvador respecto a la ceguera de ese hombre.
¿Qué creen que significa “para que las obras de Dios se manifestasen en él”? (versículo 3).
De las enseñanzas del Salvador en esos versículos, ¿qué verdad podemos aprender en cuanto a nuestras adversidades? (Los alumnos pueden usar diferentes palabras, pero deben reconocer una verdad parecida a la siguiente: Dios puede usar nuestras adversidades para mostrar Sus obras y Su poder).
Explique que, aunque haya muchas causas por las que tenemos adversidades en la vida, Dios puede usar nuestros desafíos para ayudar a lograr Sus justos propósitos.
Invite a los alumnos a pensar sobre una adversidad que hayan afrontado o que estén afrontando. Al seguir estudiando Juan 9, pídales que mediten en maneras en las que Dios podría demostrar Sus obras y poder por medio de ustedes debido a esas adversidades.
Invite a un alumno a leer en voz alta Juan 9:6–7, y pida a la clase que siga la lectura y busquen la manera en la que Dios manifestó Sus obras y Su poder mediante la experiencia del hombre ciego.
También podría mostrar una parte del video deLa vida de Jesucristo, Videos de la Biblia, “Jesús sana a un hombre ciego de nacimiento” [tiempo 0:00–3:37]. El video se halla disponible en LDS.org.
¿Cómo te imaginas que fue para ese hombre ver por primera vez?
¿Cómo fue que la adversidad de ese hombre permitió que otras personas presenciaran el poder de Dios?
En ese relato, el hombre debía lavarse en el estanque de Siloé para recibir su vista. ¿Qué es lo que tendrías que hacer para que Dios pueda demostrar Sus obras y Su poder en tu vida?
El Salvador busca al hombre al que había sanado después de que los fariseos lo echaron
Para resumir Juan 9:8–15, explique que después de que el hombre ciego había sido sanado, algunas personas debatieron si él era en realidad el hombre que había nacido ciego. Otros se preguntaron cómo había sido sanado, y lo llevaron a los fariseos, quienes comenzaron a interrogarle.
Pida a los alumnos que encuentren en Juan 9:14 el día en que el Salvador sanó al hombre ciego. Pida a un alumno que dé un informe de lo que encuentre.
¿Qué reacción piensas que tuvieron los fariseos a que Jesús sanara al hombre en el día de reposo?
Invite a varios alumnos a que se turnen para leer en voz alta Juan 9:16–38, y pida a la clase que siga la lectura en silencio y que busque otra adversidad que enfrentó el hombre que fue sanado.
En lugar de que los alumnos lean, podría mostrar el resto del video “Jesús sana a un hombre ciego de nacimiento” [tiempo 3:37–7:47]. Pida a los alumnos que busquen otra adversidad que enfrentó el hombre que fue sanado.
Ayude a preparar a los alumnos a descubrir un principio de ese relato al recordarles que se llevó a los padres del hombre ciego ante los fariseos para ser interrogados.
De acuerdo con el versículo 22, ¿por qué los padres del hombre ciego prefirieron que su hijo explicara cómo llegó a ver?
Explique que “Las sinagogas servían como el centro religioso y social de muchas comunidades judías; ofrecían acceso a instrucción y adoración espiritual, así como a oportunidades educativas y sociales. Debido a que la sinagoga era una parte tan integral de la sociedad judía, que a uno lo echaran de una sinagoga… significaba más que ser excomulgado y perder la hermandad con la comunidad religiosa. También suponía ser expulsado de actos culturales y sociales. Aparentemente, esa amenaza era suficientemente severa para hacer que los padres del hombre ciego no se involucraran demasiado en la investigación de la [sanación de su hijo]” (Nuevo Testamento, Manual del alumno , [Manual del Sistema Educativo de la Iglesia, 2014], pág. 230[00]).
Según el versículo 24, ¿por qué presión estaba pasando el hombre que fue sanado?
Invite a los alumnos a leer los versículos 30–33 en silencio, incluso el extracto de la Traducción de José Smith, Juan 9:32, que se encuentra en el versículo 32, nota a al pie de página, en busca de la respuesta del hombre a los fariseos.
¿Qué razones usó el hombre para defender a Jesús? (Si lo desea, sugiera que los alumnos marquen sus palabras en el versículo 33).
¿Qué sabía ese hombre en cuanto a Jesucristo?
Señale que a ese hombre se le expulsó de la sinagoga por defender sin temor a la persona que lo había sanado (véase el versículo 34).
¿Por qué piensas que ese hombre estaba dispuesto a ser fiel a lo que sabía de Jesucristo, aunque significara que lo echaran de la sinagoga?
Recuerde a los alumnos que después de que hubieron echado al hombre de la sinagoga, el Salvador lo encontró y le preguntó si “[creía] en el Hijo de Dios” (versículo 35). Pida a un alumno que lea Juan 9:36–38 en voz alta, y pida a la clase que busque la respuesta del hombre.
¿Qué le ocurrió al testimonio que ese hombre tenía de Jesucristo? (Llegó a saber que Jesucristo es el Hijo de Dios).
¿Qué principio podemos aprender de ese hombre en cuanto a permanecer fieles a lo que sabemos? (Es posible que los alumnos descubran una variedad de principios, pero asegúrese de que entienden el siguiente principio: Al permanecer fieles a lo que sabemos a pesar de la oposición, nuestro testimonio se fortalecerá. Escriba ese principio en la pizarra.)
A fin de ayudar a los alumnos a entender mejor ese principio, invite a un alumno a leer Éter 12:6 en voz alta, y pida a la clase que siga la lectura en silencio y que averigüe lo que ocurre después de que permanecemos fieles al Señor cuando experimentamos oposición a nuestra fe.
¿Por qué piensas que nuestro testimonio se fortalece después de superar la oposición o las pruebas de fe?
¿De qué manera se ha fortalecido tu testimonio debido a la oposición?
Para reconocer otro principio en ese relato, pregunte cuántos alumnos usan lentes correctivos (anteojos o lentes de contacto).
¿Qué hacen esos lentes por su visión?
¿Cómo era la visión física del hombre después de que Jesús lo sanó?
¿Cómo se corrigió o mejoró la visión espiritual o el entendimiento de ese hombre hacia el Salvador?
Invite a los alumnos a leer en silencio Juan 9:11, 17, 33 y a buscar frases que describan la visión del hombre o su entendimiento de quién era Jesús. Pídales que den un informe de lo que encuentren. (Sus respuestas deberían incluir un “hombre que se llama Jesús”, “un profeta” y un hombre “de Dios”. Escriba esas frases en la pizarra e invite a los alumnos a marcarlas en las Escrituras).
De acuerdo con esas frases, ¿qué le ocurrió a la visión espiritual del hombre? (Se corrigió o mejoró. Esas frases reflejan el crecimiento de la madurez espiritual del hombre y la comprensión de la verdadera identidad de Jesús).
¿Por qué piensas que la visión y el entendimiento que tenía del Salvador se volvieron más claros? (Ejerció fe al permanecer fiel a lo que sabía).
Pida a los alumnos que den un vistazo en Juan 9:36–38 para descubrir la manera en la que ese hombre terminó viendo al Salvador.
¿Qué vio al final ese hombre en cuanto al Salvador? (Llegó a darse cuenta de que Jesucristo es el Hijo de Dios).
¿Cuán correcta llegó a ser la visión de ese hombre?
Invite a un alumno a leer en voz alta la siguiente declaración del presidente Howard W. Hunter: Pida a la clase que preste atención a lo que el presidente Hunter dijo que le pasó al hombre.
Imagen
President Howard W. Hunter
“Se había otorgado la vista dos veces, una vez para remediar un defecto congénito [un defecto físico de nacimiento] y otra para contemplar al Rey de Reyes antes de que ascendiera a Su trono eterno. Jesús había estimulado la vista, tanto física como espiritual” (“El Dios que hace maravillas”, Liahona, julio de 1989, pág. 20).
¿Cómo podría la sanación de la ceguera física del hombre representar su sanación de ceguera espiritual?
¿Qué principio aprendemos de ese relato acerca de lo que puede pasar cuando ejercemos fe en Jesucristo? (Los alumnos pueden usar diferentes palabras, pero deben reconocer un principio parecido al siguiente: Al ejercer fe en Jesucristo, nuestra visión y nuestro entendimiento espirituales llegan a ser más claros. Anote ese principio en la pizarra).
¿Por que piensas que ejercer fe es necesario para ver y entender la verdad espiritual más claramente?
Explique que algunos fariseos estaban cerca cuando el hombre vio a Jesús y lo adoró como el Hijo de Dios. Invite a un alumno a leer Juan 9:39–41 en voz alta, y pida a la clase que siga la lectura en silencio para averiguar lo que el Salvador enseñó en cuanto a la ceguera.
¿Cómo resumirían lo que el Salvador enseñó a los fariseos?
Explique que en respuesta a la pregunta de los fariseos, “¿Somos nosotros también ciegos?” (versículo 40), “el Salvador usó una metáfora, enseñando que aquellos que eran ‘ciegos’—los que no sabían quién era Él—‘no [tendrían] pecado’ (Juan 9:41). Por otro lado, aquellos que pudieran ver—los que habían recibido suficientes testimonios en cuanto al Salvador y Su misión divina y que debían saber quién era Él—serían responsables de sus acciones. Los fariseos estaban entre aquellos que podían ver, y por tanto su ‘pecado permanece’. Espiritualmente hablando, escogieron ser ciegos, porque rehusaban reconocer a Jesús como el Hijo de Dios, a pesar de los muchos testimonios que habían recibido” (Nuevo Testamento, Manual del alumno,pág. 231[000]).
Para terminar, invite a los alumnos a mirar los dos principios en la pizarra y a meditar cuál piensan que deberían poner en práctica en su vida (es posible que sientan la necesidad de poner en práctica ambos principios). Invite a los alumnos a escribir en su cuaderno de apuntes o en su diario de estudio de las Escrituras cómo pondrán en práctica ese principio. Aliéntelos a orar para recibir guía en cuanto a cómo hacerlo.
Comentarios e información de contexto
Juan 9:2. “… ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego?”
El élder Bruce R. McConkie, del Cuórum de los Doce Apóstoles, dijo lo siguiente en cuanto a lo que Jesús enseñó a Sus discípulos cuando sanó al hombre ciego:
“Con este acto de dar vista al mendigo ciego, Jesús, de manera dramática e irrefutable, se proclamó como (1) la Luz del Mundo y (2) el mismo Hijo de Dios. A raíz de lo que hizo, Él también: Confirmó la creencia de los discípulos de una existencia preterrenal; rechazó la creencia de que las discapacidades físicas resultan de un pecado antes de nacer; enseñó que Su propia obra le fue asignada del Padre; reafirmó que Él es el juez sobre el mundo; y enseñó que el rechazo de la luz y la verdad traerá condenación” (Doctrinal New Testament Commentary, 3 tomos, 1965–1973, tomo I, pág. 479).
(Juan 9:8–38). Al ejercer fe en Jesucristo, nuestra visión y entendimiento espirituales se vuelven más claros
El presidente Boyd K. Packer, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó:
“Sean creyentes, y su fe será constantemente fortalecida; su conocimiento de la verdad aumentará, y su testimonio del Redentor, de la Resurrección y de la Restauración será como un ‘manantial de aguas vivas que brota para vida eterna’ [D. y C. 63:23; véase también Juan 4:14; Jeremías 2:13]. Es entonces que recibirán dirección sobre las decisiones prácticas de su vida cotidiana” (“Revelación personal: El don, la prueba y la promesa”, Liahona, enero de 1995, 70).
El élder Richard G. Scott, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó:
“… ejerce la fe en el Salvador; empéñate en prestar atención a Sus consejos y en obedecer Sus mandamientos. Él te bendecirá y te guiará mientras caminas por este mundo, que muchas veces es traicionero.
“Testifico solemnemente que Jesucristo guía esta, Su Iglesia. Él te conoce personalmente y te ama. Si caminas en fiel obediencia, Él te bendecirá, te inspirará y te guiará para obtener conocimiento y capacidad mayores. Certifico que Él vive”, (véase “Cómo adquirir conocimiento espiritual”, Liahona, enero de 1994, pág. 104.