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Lección 2: El Plan de Salvación


Lección 2

El Plan de Salvación

Introducción

El presidente Boyd K. Packer, del Cuórum de los Doce Apóstoles, indicó a los maestros de religión que presentaran una breve reseña del Plan de Salvación al inicio de cada año académico:

“El brindar una reseña general del ‘plan de felicidad’… al comienzo del curso y repasarlo de vez en cuando, será de gran provecho para los alumnos” (“The Great Plan of Happiness”, [discurso dirigido a educadores religiosos del SEI, 10 de agosto de 1993], si.lds.org; véase también La enseñanza en Seminario: lecturas de preparación para el maestro, [manual del Sistema Educativo de la Iglesia, 2006], pág. 74).

En esta lección se proporciona una breve reseña del Plan de Salvación, la cual hace hincapié en la función central de Jesucristo y de Su expiación en dicho plan.

Sugerencias para la enseñanza

La función de Jesucristo en la vida preterrenal

Como parte del devocional, podría invitar a la clase a cantar las estrofas 1 y 4 de “Creo en Cristo”, (Himnos, N° 72) o algún otro himno sobre el Salvador. Comience la lección con la pregunta:

  • ¿Cómo responderían si alguien les preguntara por qué es importante Jesucristo para ustedes?

Explique a los alumnos que en la clase de hoy aprenderán sobre la función de Jesucristo en el plan de salvación del Padre Celestial. Invítelos a buscar verdades, conforme estudien hoy, que los ayuden a afianzar la fe en Jesucristo.

Copie el siguiente cuadro en la pizarra. Si lo desea, también puede repartirlo como volante a los alumnos. (Si reparte volantes, pida a los alumnos que llenen el cuadro a medida que usted lo haga en la pizarra).

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handout, Jesus Christ chart

Jesucristo ocupa el lugar central en el plan de salvación del Padre Celestial

Nuevo Testamento: Manual del maestro de seminario—Lección 2

La vida preterrenal

La vida terrenal

La vida después de la muerte

Indique que el plan del Padre Celestial consiste en tres etapas principales: (1) nuestra vida preterrenal, que precedió nuestro nacimiento físico; (2) nuestra vida mortal en la tierra; y (3) nuestra vida después de la muerte, que seguirá a nuestro fallecimiento físico.

Invite a un alumno a leer en voz alta las siguiente palabras y pida a la clase que preste atención a las limitaciones que teníamos en la vida preterrenal:

“Antes de nacer en esta tierra vivíamos como hijos procreados en espíritu de nuestro Padre Celestial; sin embargo, no éramos como nuestro Padre Celestial ni podíamos llegar a ser como Él y disfrutar de todas las bendiciones de las que Él disfruta sin la experiencia de vivir en la vida terrenal con un cuerpo físico.

“Todo el propósito de Dios —Su obra y Su gloria— es permitirnos a cada uno disfrutar todas Sus bendiciones. Él ha proporcionado un plan perfecto para lograr Su propósito. Nosotros entendimos y aceptamos ese plan antes de venir a la tierra…

“A fin de que progresáramos y llegáramos a ser como Dios, cada uno de nosotros tenía que obtener un cuerpo y ser probado durante un período de prueba en la tierra” (véase Predicad Mi Evangelio: Una guía para el servicio misional, 2004, págs. 48, 49).

  • ¿Qué limitaciones teníamos en la vida preterrenal?

Explique que cuando el Padre Celestial presentó Su plan de felicidad, aprendimos que se necesitaría un salvador para llevar a cabo dicho plan. Lucifer, uno de los hijos procreados en espíritu del Padre Celestial, se rebeló contra el plan del Padre Celestial. Se le llegó a conocer como Satanás, una palabra hebrea que significa “adversario”.

Invite a un alumno a leer en voz alta Moisés 4:1–3, y pida a la clase que siga la lectura en silencio para determinar qué exigía Satanás al Padre Celestial.

  • ¿Qué exigía Satanás al Padre Celestial?

  • Según el versículo 2, ¿qué dijo el Padre Celestial sobre Jesucristo?

  • ¿Para qué obra se escogió a Jesucristo? (Después que los alumnos respondan, escriba la siguiente verdad en la pizarra, debajo de La vida preterrenal: Jesucristo fue escogido en la vida preterrenal para ser el Redentor del género humano).

Explique que después que Jesucristo fue escogido para llevar a cabo el plan de salvación del Padre Celestial, Él creó esta Tierra, donde todos nosotros podríamos recibir un cuerpo físico y obtener experiencia.

Pida a un alumno que lea Hebreos 1:1–2 en voz alta, e invite a la clase a seguir la lectura en silencio a fin de saber cuál fue la función de Jesucristo en la creación de la Tierra.

  • ¿Cuál fue la función de Jesucristo en la creación de la Tierra? (Escriba la siguiente doctrina en la pizarra, debajo de La vida preterrenal: Jesucristo creó la Tierra bajo la dirección del Padre Celestial).

Invite a los alumnos a pensar en la belleza de la Tierra. Si lo desea, muestre una o varias imágenes que ilustren la hermosura de la Tierra.

  • ¿De qué modo el saber que Jesucristo creó esta Tierra, así como millones de otras tierras semejantes a esta, influye en lo que sienten por Él?

La función de Jesucristo en la vida terrenal

Explique que en la vida terrenal tenemos otras limitaciones u obstáculos que evitan que lleguemos a ser semejantes al Padre Celestial y regresemos Su presencia. Invite a un alumno a leer en voz alta las siguientes palabras y pida a la clase que preste atención a los dos obstáculos que tenemos durante la vida terrenal:

“En la tierra vivimos en una condición en la que estamos sujetos tanto a la muerte física como a la espiritual. Dios tiene un cuerpo de carne y huesos perfecto, glorificado e inmortal. Para llegar a ser como Dios y volver a Su presencia, nosotros también debemos tener un cuerpo de carne y huesos perfecto e inmortal. Sin embargo, debido a la caída de Adán y Eva, toda persona que vive en la tierra tiene un cuerpo imperfecto y mortal que con el tiempo morirá. Si no fuese por el Salvador Jesucristo, la muerte acabaría con toda esperanza de tener una existencia futura con nuestro Padre Celestial.

“Junto con la muerte física, el pecado es un gran obstáculo que nos impide llegar a ser como nuestro Padre Celestial y regresar a Su presencia. En nuestra condición mortal, a menudo cedemos a la tentación, quebrantamos los mandamientos de Dios y pecamos… Aunque a veces no parezca ser así, el pecado siempre conduce a la desdicha, ya que trae sentimientos de culpa y vergüenza. Debido a nuestros pecados, no nos es posible regresar a vivir con nuestro Padre Celestial a menos que primeramente seamos perdonados y limpiados…

“Al igual que con la muerte física, no podemos vencer los efectos del pecado por nosotros mismos” (Predicad Mi Evangeliopágs. 50, 51).

Explique que antes que Jesús naciera en la tierra, un ángel se apareció a José en un sueño, en el que se enteró de que María esperaba un hijo. Pida a un alumno que lea Mateo 1:21 en voz alta. Invite a la clase a seguir la lectura en silencio para conocer lo que el ángel proclamó a José.

  • ¿Qué dijo el ángel que Jesús haría? (Después que los alumnos respondan, escriba la siguiente doctrina en la pizarra, debajo de La vida terrenal: Jesucristo vino para salvarnos de nuestros pecados).

  • ¿Qué hizo Jesucristo que nos permite ser salvos de nuestros pecados?

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Jesus Praying in Gethsemane
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The Crucifixion
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Mary and the Resurrected Jesus

¿Por qué lloras? © 2015 por Simon Dewey. Utilizado con permiso de Altus Fine Art, altusfineart.com.

Muestre las láminas Jesús ora en Getsemaní, La Crucifixión, y María y el Jesucristo resucitado, (Libro de obras de arte del Evangelio, 2009, N° 56, 57, y 59; véase también LDS.org). Recuerde a los alumnos que alsufrimiento, la muerte y la resurrección de Jesucristo conjuntamente se les conoce como la Expiación.

  • ¿Qué debemos hacer para ser salvos de nuestros pecados por medio de la expiación de Jesucristo? (Véase Hechos 2:38).

La función de Jesucristo en la vida después de la muerte

Pida a los alumnos que piensen en alguien que haya fallecido. Después de unos momentos, pregunte:

  • De acuerdo con lo que saben del Plan de Salvación, ¿dónde están las personas que han fallecido? (Al momento de la muerte, los espíritus de todas las personas entran en el mundo de los espíritus. Para ayudar a los alumnos a entender mejor, si lo desea, invite a uno de ellos a leer en voz alta Alma 40:11–14).

Muestre la lámina La sepultura de Jesús (Libro de obras de arte del Evangelio, 2009, N°58; véase también LDS.org). Invite a un alumno a leer en voz alta 1 Pedro 3:18–20; 4:6. Luego pregunte:

  • ¿Qué hizo Jesucristo inmediatamente después de Su muerte?

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The Burial of Christ

La sepultura de Jesús, por Carl Heinrich Bloch. Cortesía del Museo Histórico Nacional del Castillo de Frederiksborg en Hillerød, Dinamarca. Prohibida su reproducción.

Invite a un alumno a leer Doctrina y Convenios 138:18–19, 30–32 en voz alta. Pida a la clase que siga la lectura en silencio para saber lo que hizo Jesucristo para permitir que se predicara el Evangelio a todos los que están en el mundo de los espíritus.

  • ¿Qué hizo Jesucristo para permitir que se predicara el Evangelio a todos los que están en el mundo de los espíritus?

  • ¿Cómo demuestra esa labor el amor del Padre Celestial y Jesucristo por todas las personas?

Dirija la atención de la clase a la lámina María y el Jesucristo resucitado (Libro de obras de arte del Evangelio, N° 59; véase también LDS.org), y pregunte:

  • ¿Qué ocurrió el tercer día tras la muerte del Salvador? (Resucitó).

  • ¿Qué significa resucitar? (El espíritu y el cuerpo físico de la persona se reúnen para no separarse nunca más [véase D. y C. 138:17]).

Invite a un alumno a leer 1 Corintios 15:20–22 en voz alta. Pida a la clase que acompañe la lectura en silencio para saber cómo influye en cada uno de nosotros la resurrección de Jesucristo.

  • ¿Cómo influye en nosotros la resurrección de Jesucristo? (Después que los alumnos respondan, escriba la siguiente doctrina en la pizarra, debajo de La vida después de la muerte: Gracias a la resurrección de Jesucristo, todos resucitaremos).

Invite a un alumno a leer en voz alta Apocalipsis 20:12. Luego pregunte:

  • ¿Qué nos sucederá a todos después de resucitar?

Explique que el libro de la vida puede representar los pensamientos y las acciones de una persona en esta vida, así como también el registro que se lleva en el cielo de las personas rectas (véase Guía para el estudio de las Escrituras, “Libro de la vida”). Recalque que se nos juzgará no solo por nuestras obras, sino también por nuestros pensamientos, palabras y deseos (véase Mosíah 4:30; Alma 12:14; 41:3; D. y C. 137:9).

Si lo desea, sugiera a los alumnos que escriban Juan 5:22 en el margen de las Escrituras, cerca de Apocalipsis 20:12. Pida a los alumnos que lean en silencio Juan 5:22 en busca de quién nos juzgará.

  • ¿Quién nos juzgará? (Después que los alumnos respondan, escriba la siguiente doctrina en la pizarra, debajo de La vida después de la muerte: Jesucristo juzgará a toda la humanidad).

Recuerde a los alumnos que el propósito primordial del plan del Padre Celestial es brindarnos la oportunidad de obtener la vida eterna o exaltación, lo cual significa llegar a ser semejantes al Padre Celestial y vivir con Él para siempre, en familias eternas. Si lo desea, muestra una lámina de una familia y explique por qué es importante para usted poder vivir con el Padre Celestial y su familia para siempre.

Invite a un alumno a leer Juan 3:16–17 en voz alta. Pida a la clase que siga la lectura en silencio para saber lo que debemos hacer para recibir la vida eterna.

  • ¿Qué debemos hacer para recibir la vida eterna? (Explique que creer en el Hijo Unigénito significa ejercer la fe en Jesucristo y vivir de acuerdo con Su evangelio, lo cual incluye recibir las ordenanzas del templo).

  • ¿Cómo resumirían Juan 3:16 a manera de principio? (Tras las respuestas de los alumnos, escriba el siguiente principio en la pizarra, debajo de La vida después de la muerte: Si ejercemos la fe en Jesucristo y vivimos de acuerdo con Su Evangelio, recibiremos la vida eterna).

Recuerde a los alumnos la pregunta que planteó al comienzo de la clase: “¿Cómo responderían si alguien les preguntara por qué es importante Jesucristo para ustedes?”. Pida a los alumnos que expliquen cómo ampliarían la respuesta a dicha pregunta basándose en lo que han aprendido hoy. Si lo desea, invite a varios de ellos a compartir su testimonio de Jesucristo y la función de Él en el plan del Padre Celestial. Si gusta, para concluir, testifique usted también.

Comentarios e información de contexto

Jesucristo hizo convenio de ser el Redentor

Mientras prestaba servicio en la Presidencia de los Setenta, el élder Tad R. Callister enseñó que el Padre Celestial escogió a Jesucristo para efectuar la Expiación en el plan de salvación del Padre y que Él hizo convenio de realizarla:

“En el concilio preterrenal, el Salvador hizo convenio con el Padre de efectuar la Expiación. John Taylor escribió: ‘El Hijo… hizo un convenio con Su Padre, en el cual convino expiar los pecados del mundo’ [The Mediation and Atonement, 1882, pág. 97] y, de ese modo, como se ha dicho, vino a ser el ‘Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo’ (Apocalipsis 13:8; véase también Moisés 7:47)” (The Infinite Atonement, 2000, pág. 74).

En Abraham 3:27 leemos que Jesucristo manifestó Su voluntad de cumplir la función del Redentor al decir “Heme aquí; envíame”. En referencia a esas palabras de Jesucristo, el élder Neal A. Maxwell, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó:

“Ése fue uno de esos momentos especiales en el que es mejor pocas palabras que muchas. Nunca se ha ofrecido ninguna persona, con tan pocas palabras, a hacer tanto por tantas personas como lo hizo Jesús cuando mansamente accedió a ofrendar Su vida a fin de rescatar a todos nosotros” (Plain and Precious Things, 1983, pág. 53).

La expiación de Jesucristo nos ayuda a vencer el pecado y la muerte

El élder M. Russell Ballard, del Cuórum de los Doce Apóstoles, explicó que la expiación de Jesucristo nos permite vencer los efectos de la caída de Adán y Eva, así como los efectos de nuestros propios pecados:

“Como resultado de la transgresión de Adán, los seres mortales fueron separados de Dios (véase Romanos 6:23), y lo hubiesen estado para siempre, a menos que se encontrase el modo de romper las ligaduras de la muerte. Eso no sería fácil, ya que requería el sacrificio vicario de uno que fuese sin pecado y que, por lo tanto, pudiese tomar sobre Sí los pecados de toda la humanidad.

“Estamos agradecidos porque Jesucristo valientemente llevó a cabo ese sacrificio en la antigua Jerusalén… Jesús sufrió voluntariamente a fin de que todos pudiésemos tener la oportunidad de ser limpios, mediante la fe en Él, al arrepentirnos de nuestros pecados, al ser bautizados por la debida autoridad del sacerdocio, al recibir el don purificador del Espíritu Santo mediante la confirmación y al aceptar todas las demás ordenanzas esenciales” (véase “La Expiación y el valor de un alma”, Liahona, mayo de 2004, págs. 84–85).

Jesucristo ocupa el lugar central en el Plan de Salvación

El presidente Gordon B. Hinckley testificó sobre la trascendencia de Jesucristo como figura central en el Plan de Salvación.

“La expiación [de Jesucristo] es el acontecimiento más trascendental de la historia de la humanidad. No hay nada que se le pueda comparar. Es la parte más esencial del plan de felicidad del Padre para Sus hijos. Sin ella, la vida terrenal sería un callejón sin salida, una existencia sin esperanza ni futuro”(“Pensamientos inspiradores”, Liahona, septiembre de 2007, pág. 6; véase también Juan 3:16).

Jesucristo “hizo el universo”

La Tierra sobre la cual vivimos no es el único mundo que Jesucristo ha creado. Hebreos 1:1–2 nos ayuda a entender que Jesucristo, bajo la dirección del Padre, “hizo el universo”. El libro de Moisés revela que los mundos que Él ha creado son “incontables” (Moisés 1:32–33).