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Unidad 8, Día 3: Marcos 9:1–29


Unidad 8: Día 3

Marcos 9:1–29

Introducción

Cerca de seis meses antes de Su crucifixión, Jesús fue transfigurado (visto en Su estado glorificado) mientras Él, Pedro, Santiago y Juan se encontraban en un monte. Entonces enseñó a esos discípulos que Juan el Bautista era un Elías, o profeta que prepara el camino para el Mesías. Después de que Jesús regresó con Sus demás discípulos, un hombre le rogó que echara fuera de su hijo un espíritu inmundo. Jesús echó fuera el espíritu inmundo y enseñó a Sus discípulos acerca de la necesidad de orar y ayunar.

Marcos 9:1–13

Jesús es transfigurado y enseña a Pedro, Santiago y Juan acerca de Elías

Ve cuantas flexiones o abdominales puedes hacer en un minuto. Anota tus resultados aquí: ____________________

¿Por qué necesitaría o querría alguien incrementar su fortaleza física?

  1. Contesta las siguientes preguntas en tu diario de estudio de las Escrituras:

    1. ¿Cómo se puede asemejar la fortaleza física con la espiritual, o a la fe en Jesucristo?

    2. ¿Cuáles son algunas situaciones en las que podrías necesitar fortalecer tu fe en Jesucristo?

A medida que estudies Marcos 9:1–29, localiza verdades que te puedan ayudar a fortalecer tu fe.

Marcos 9:1–13 contiene un relato de la transfiguración de Jesús en un monte en presencia de Pedro, Santiago y Juan y de la aparición en ese lugar de Moisés y Elías (Elías el Profeta), de la que aprendiste en la lección de Mateo 17. Jesús también enseñó a esos apóstoles que Juan el Bautista cumplió con la labor profetizada de un Elías. “Elías” es un título para aquellos que preparan el camino para la venida del Mesías.

La Traducción de José Smith nos ayuda a comprender más acerca de la respuesta del Salvador a la pregunta de los apóstoles: “¿Por qué dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero?”. (Marcos 9:11):

“Y respondiendo él, les dijo: Elías a la verdad viene primero y preparará todas las cosas; y os enseñará de los profetas. Y, ¿no está escrito que el Hijo del Hombre padezca mucho y sea tenido en nada?

“Pero os digo que Elías ya vino, y le hicieron todo lo que quisieron, como está escrito de él, y dio testimonio de mí, y no le recibieron. En verdad éste fue Elías” (Traducción de José Smith, Marcos 9:10–11 [en Marcos 9:12, nota a al pie de página; Marcos 9:13, nota a al pie de página]).

¿Quién es Elías? El élder Bruce R. McConkie, del Cuórum de los Doce Apóstoles, explicó la función de Elías en la Restauración:

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Elder Bruce R. McConkie

“Existen tres revelaciones diferentes que nombran a Elías como tres personas diferentes. ¿Qué podemos concluir?

“…Muchos mensajeros celestiales han sido enviados de las cortes de gloria para conferir las llaves y los poderes, para otorgar sus dispensaciones y glorias a los hombres nuevamente sobre la tierra. Han venido por lo menos los siguientes: Moroni, Juan el Bautista, Pedro, Santiago y Juan, Moisés, Elías el Profeta, Elías, Gabriel, Rafael y Miguel. (D. y C.13; 110; 128:19–21). Dejando en claro que ninguno de los mensajeros ha llevado toda la carga de la restauración, sino que más bien cada uno ha traído una investidura específica de lo alto, es claro que Elías es un personaje compuesto. La expresión debe comprenderse como un nombre y un título para aquellos cuya misión es la de entregar las llaves y los poderes a los hombre en esta última dispensación [véase Doctrina de Salvación, compilación de Bruce R. McConkie, 3 tomos, 1954–1956, tomo I, págs. 164–166]” (Mormon Doctrine, segunda edición, 1966, pág. 221).

Marcos 9:14–29

Jesús echa un espíritu inmundo fuera del hijo de un hombre

Lee Marcos 9:14–18 para averiguar lo que estaba ocurriendo cuando el Salvador regresó del monte a Sus otros discípulos.

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Jesus holding young man

El hijo del hombre estaba poseído por un espíritu inmundo, que le causaba la pérdida del habla, sordera y otros problemas (véase Marcos 9:17–18, 22, 25). Imagina que eres su padre. ¿Cómo efecto podría tener en tu fe en el Salvador y en Su poder cuando Sus discípulos no pudieron sanar a tu hijo?

Lee Marcos 9:19–22 para imaginar cómo se pudo haber sentido ese padre al hablar con el Salvador.

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Elder Jeffrey R. Holland

El élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles, dio un punto de vista adicional acerca de los sentimientos y las súplicas de ese padre: “Sin tener ninguna otra esperanza, este padre expresa la fe que tiene y le suplica al Salvador del mundo: ‘…si puedes hacer algo, ¡ten misericordia de nosotros, y ayúdanos!’ [Marcos 9:22; cursiva agregada]. Apenas puedo leer estas palabras sin llorar. Es obvio que el pronombre nosotros se utilizó intencionalmente; el hombre decía en efecto: “Toda nuestra familia está suplicando; nuestra batalla nunca cesa; estamos cansados. Nuestro hijo se mete al fuego; se cae al agua; está en peligro constante y nosotros estamos atemorizados constantemente. No sabemos a quién más acudir; ¿nos puedes ayudar ? Agradeceremos cualquier cosa: una bendición parcial, un destello de esperanza, quitar un poco la carga que la madre de este muchacho ha llevado toda su vida’” (“Creo”, Liahona, mayo de 2013, pág. 93).

Lee Marcos 9:23 para averiguar lo que el Salvador le enseñó al padre.

Si lo deseas, marca las frases en el versículo 23 que enseñan el siguiente principio: Si creemos en Jesucristo, todo nos será posible. (Presta atención a que “todo” se refiere a las bendiciones de rectitud que están de acuerdo con los propósitos y el tiempo del Padre Celestial).

  1. Contesta las siguientes preguntas en tu diario de estudio de las Escrituras: ¿Cómo el creer en ese principio puede ayudar a alguien que enfrenta dificultades que parecen ser imposibles de vencer?

Lee Marcos 9:24 en busca de la respuesta del padre al principio que enseñó el Salvador. Presta atención a las dos partes de la respuesta del padre.

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Elder Jeffrey R. Holland

Lee la siguiente declaración del élder Holland, quien enseñó lo que la declaración del padre nos enseña acerca de lo que podemos hacer en tiempos de “incredulidad”, o tiempos de duda o temor: “… al enfrentar el desafío de la fe, el padre reafirma primeramente su fuerza y solo después reconoce sus limitaciones. Su primera declaración es afirmativa y sin titubeo: ‘Creo’. A todos los que deseen tener más fe, les diría ¡acuérdense de este hombre! En momentos de temor o duda, o en tiempos de dificultad, mantengan la fe que ya han cultivado, a pesar de que esa fe sea limitada. En el proceso para progresar por el que todos tenemos que pasar en la mortalidad, todos pasaremos por algo que en el aspecto espiritual será similar al sufrimiento de ese muchacho o a la desesperación de ese padre. Cuando lleguen esos momentos y surjan los problemas, y la resolución de esos problemas no sea inmediata, aférrense al conocimiento que ya tienen y manténganse firmes hasta que reciban más conocimiento” (“Creo”, Liahona, mayo de 2013, págs. 93–94).

Considera la segunda parte de la respuesta del padre: “… ayuda mi incredulidad” (Marcos 9:24). Medita acerca de lo que haces en momentos de incredulidad, duda o temor.

Lee Marcos 9:25–27 para saber lo que hizo el Salvador en respuesta a las súplicas del padre.

Un principio que podemos aprender de ese relato es que si nos aferramos a lo que creemos y buscamos la ayuda del Señor, Él nos ayudará a fortalecer nuestra fe.

  1. Contesta una o las dos preguntas siguientes en el diario de estudio de las Escrituras:

    1. Consulta las situaciones que escribiste en la tarea 1 de la lección de hoy. ¿Cómo se puede usar este principio en esas situaciones?

    2. ¿En qué ocasiones tú o alguien que conoces ha recibido la ayuda del Señor en tiempo de incredulidad, duda o temor al aferrarse a creer y buscarlo?

Esfuérzate por aplicar ese principio durante tiempos en los que enfrentes incredulidad, duda o temor. También puedes compartir el principio con un miembro de tu familia o con un amigo que pueda estar enfrentando desafíos.

Recuerda que ese padre llevó inicialmente a su hijo ante algunos de los discípulos de Jesús para ser sanado. Imagina que eres uno de esos discípulos. ¿Qué podrías haber pensado o sentido después de no poder echar al espíritu inmundo fuera del muchacho?

Lee Marcos 9:28 para localizar la pregunta que los discípulos le hicieron a Jesús.

En Marcos 9:19 Jesús describió a las personas como una “generación incrédula”. Esa reprimenda también pudo haber estado dirigida a Sus discípulos que estaban presentes. La palabra incrédula en este caso se refiere a la falta de fe en Jesucristo. La fe en Jesucristo es necesaria para que las bendiciones del sacerdocio tengan efecto.

Lee Marcos 9:29 para averiguar la respuesta del Salvador a la pregunta de Sus discípulos.

De ese versículo aprendemos que podemos incrementar nuestra fe en Jesucristo por medio de la oración y del ayuno. Si lo deseas, escribe ese principio en tu ejemplar de las Escrituras junto al versículo 29.

La siguiente declaración nos ayuda a comprender las diferentes situaciones en las que se podría aplicar esa verdad: “…este relato [de Jesús echando fuera un espíritu inmundo del hijo de un hombre] enseña que la oración y el ayuno pueden proveer fortaleza adicional a los que dan, así como a los que reciben bendiciones del sacerdocio. El relato también puede aplicarse a los esfuerzos que personalmente hagas por vivir el Evangelio. Si tienes alguna debilidad o un pecado que te hayas esforzado por vencer, tal vez sea necesario que ayunes y ores a fin de recibir la ayuda o el perdón que desees. Al igual que el demonio que Cristo expulsó, tal vez tu problema sea del tipo que solamente pueda vencerse mediante la oración y el ayuno” (véase Leales a la fe: Una referencia del Evangelio, 2004, pág. 24).

  1. Escribe en tu diario de estudio de las Escrituras acerca de una experiencia en la que tú o alguien que conoces experimentó un incremento de fe por medio de la oración y del ayuno. ¿En qué maneras te ha ayudado la oración y el ayuno a recibir las bendiciones justas que buscabas?

Considera cómo tu fe puede necesitar fortaleza. Busca un momento en el que puedas procurar incrementar tu fe por medio de la oración y del ayuno. Si lo deseas, escribe tus planes en una hoja de papel por separado y colócala donde pueda recordarte tu meta.

  1. Escribe lo siguiente en tu diario de estudio de las Escrituras, al final de las asignaciones de hoy :

    He estudiado Marcos 9:1–29 y he terminado esta lección el (fecha).

    Otras preguntas, ideas y reflexiones que me gustaría compartir con el maestro: